Confirmada en su contundente vigencia jurídica y política mediante la edición extraordinaria del Diario Oficial de la Federación y acogida por la clase política, el gobierno y varios cientos de aplaudidores profesionales (hasta las devoluciones de antaño eran materia de vitoreo, cómo no iba a ser este motivo de adhesión y lagoteo), la Reforma Energética es hoy una realidad constitucional en el México contemporáneo.
Saludada y bendecida desde su alumbramiento por las calificadoras internacionales y cuanto analista respetable haya en el mundo, LA REFORMA (con mayúsculas) en cuyas bondades no habrá de detenerse ahora esta columna, se ha cimentado sobre los restos del antiguo Cú de la mitología Revolucionaria.
“Al asumir la Presidencia de la República dije que las naciones más desarrolladas en algún momento de su historia decidieron dar un gran paso.
“Este año, los mexicanos hemos decidido superar mitos y tabúes para dar un gran paso hacia el futuro.
“A través de sus instituciones democráticas, México se ha pronunciado en favor del cambio y la transformación.
“Con esta Reforma mandamos una clara y contundente señal de que México se está transformando en el Siglo XXI para bien de todos los mexicanos. Así se percibe ya en el exterior”.
Pues sí, la principal característica del futuro es su silencioso pero inevitable arribo, así nunca sepamos dónde esta, pues cuando llega se vuelve presente y al instante se hace pasado. Fugacidad del tiempo. Quien tuviera la sabia virtud de conocerlo.
La vida cambia y los hombres mudan con ella; el espíritu de los tiempos pesa con mucha frecuencia por encima de la tradición de la historia. Todo el conjunto de creencias se nos vuelve del dogma al mito; del mito a la antigualla, de la necesidad a la necedad.
Extinto el Nacionalismo Revolucionario, olvidado –o confirmado, según se quiera–, como la única posible utopía mexicana, el cardenismo (De Don Lázaro) es hoy una pieza de museo. Hasta hace unos días era un credo transmitido de generación en generación como la página más fecunda de la dignidad nacional frente al poderío de empresas extranjeras cuya arrogancia las hizo pasar con frecuencia encima de la Nación, sus hombres, sus trabajadores, su sistema jurídico y su dignidad.
Pero esas son cosas de ayer. Las de hoy, son cosas de mañana.
Y el mañana siempre es luminoso, brillante y promisorio. Los mexicanos siempre hemos tenido un mañana soleado y un presente de sombras, cuando no de tinieblas.
Pero hoy no estamos para leer de nuevo “La rosa blanca” ni para releer los libros de cuando la educación era socialista o la tierra se repartía erre los campesinos. El mundo ha cambiado; México ha cambiado y no hay fuerza capaz de oponerse a la transformación. Ella viene sin nuestra aquiescencia ni nuestra opinión.
Por eso el Presidente Peña nos dice estas palabras:
“La reforma incluye una visión de largo plazo, al establecer el Fondo Mexicano del Petróleo para la estabilización y el desarrollo. Este instrumento financiero tendrá la misión de recibir, administrar y distribuir la renta petrolera, pensando en el presente y el futuro de México.
“Su prioridad será acumular recursos para las próximas generaciones y para que el país pueda hacer frente a coyunturas difíciles.
“Al mismo tiempo, el fondo promoverá el desarrollo nacional, a través del financiamiento de proyectos en ciencia, tecnología e innovación, infraestructura, becas, energías renovables y un sistema universal de pensiones.
“Esto quiere decir que se va a proteger y cuidar la riqueza y el patrimonio de los mexicanos.
“Los ingresos que se obtengan de un recurso no renovable, como lo es el petróleo, se invertirán en nuevas fuentes generadoras de riqueza, como son precisamente la educación, la ciencia y la tecnología, la infraestructura y el ahorro público.
“En el sector energético habrá mayor transparencia y rendición de cuentas. Por ejemplo, en cuestión de exploración y extracción de petróleo y gas natural, cualquier contrato que otorgue el Estado podrá ser consultado por la ciudadanía y ser sujeto de auditoría.
“La Reforma fortalece a los órganos reguladores del Estado, como la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía, dotándolos de personalidad jurídica propia, autonomía técnica y de gestión, así como suficiencia presupuestaria.
“En suma, por todos sus beneficios la Reforma Energética es un paso decisivo, en favor de mejores condiciones de vida para todos los mexicanos”.
Podéis ir en Paz, la Reforma, ha comenzado.
SECUESTROS
Pero en México, además de la reescritura histórica hay otras cosas imperantes. Y una de ellas es la expansión incontenible y a veces in controlable del delito. Del crimen, de la delincuencia organizada o sin organizar; definida como fuerza o simplemente sentida y resentida como amago permanente, monstruos ingobernable con sus muchos disfraces y sus varias actividades.
Robo, trata de personas, extorsión, tráfico de estupefaciente y drogas de estímulo artificioso; secuestro y asesinato; mutilación, vandalismo, terrorismo o como ser le quiera llamar. Catálogo enorme de horrores y felonías.
Y uno de los más graves por su alevosa condición de daño directo, colateral y a veces irreparable, es el secuestro, casi siempre asociado con otros abusos durante el cautiverio, y cuyo desenlace, por desgracia, es la muerte, se hayan o no satisfecho las siempre excesivas condiciones de los captores.
Pero el Estado se preocupa por esta situación. Se preocupa mucho. Vea usted:
“Entre diciembre de 2012 y noviembre de 2013, el número de homicidios dolosos se redujo en 15 por ciento, en relación con el mismo periodo anterior.
“De modo similar, el número de robos en todas sus modalidades ha tenido una disminución, si bien marginal, pero con una tendencia a la baja, que representa ya de un poco más del cinco por ciento.
“Estos son algunos avances en materia de seguridad y justicia del Estado mexicano.
“Sin embargo, aún hay temas sensibles que no podemos soslayar y menos atender de manera inmediata y con eficacia, me refiero al secuestro, que ha tenido, lamentablemente, una tendencia contraria.
“Por eso quiero, en este espacio, instruir al titular de la Secretaría de Gobernación para que en el mes de enero presentemos una estrategia específica que nos permita hacerle frente, contener y disminuir los índices del secuestro que, lamentablemente, han tenido una tendencia a la alza en los últimos meses”.
Y el problema en verdad, es grave. Revisemos:
“ (AP) Por tercer año consecutivo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) y lo que quedó claro es que estamos frente a una crisis de seguridad.
“En 2012 ocurrieron alrededor de 105 mil secuestros. Específicamente, entre 85 mil y 127 mil, debido al rango de precisión de la estimación utilizada. Esto, frente a los mil 317 secuestros para los que se inició una averiguación previa, lo cual quiere decir que se reflejó una cifra negra de 98.8 por ciento”.
Y quizá por ese tema –no solo en su aspecto social sino también en su lamentable extensión internacional–, el Premio Nacional de los Derechos Humanos le ha correspondido a una organización humanitaria –Las patronas–, de respaldo y auxilio de los emigrantes (en su mayoría centroamericanos) cuya terrorífica aventura de cruzar el territorio nacional halla en ocasiones la desembocadura del secuestro y la extorsión a sus familiares o amigos allá en las tierras de donde salieron sin posibilidad de llegar a donde sus sueños los han impelido.
“He compartido hace un momento con Norma Romero, el reiterado compromiso que hacemos para que desde el Gobierno, de manera señalada a través de instancias que tienen por responsabilidad velar por la defensa y protección de los derechos humanos, como entre ellas está la Secretaría de Gobernación, la propia Procuraduría General de la República, y todas las áreas del Gobierno de forma transversal, dedicadas, realmente, a ser promotoras permanentes de la defensa de los derechos humanos y en el marco de sus responsabilidades, establecer acciones y programas orientados, precisamente, a la defensa de los derechos humanos.
“En lo que hemos conocido de la historia que acompaña el apoyo y la labor incansable de Norma Romero, allá, en Veracruz, está el compromiso del Gobierno de la República para que esas condiciones, Norma, como lo desean todos, todos los presentes y todos los mexicanos, cambie.
“Para que ese tránsito de migrantes que lamentablemente pasan por momentos difíciles y por penurias, realmente puedan superarse y sea otra la condición que tengamos”.