Obviamente la cinta debió llamarse “El silencio de los corderos”, como Thomas Harris tituló su novela después llevada al cine, en alusión al calmoso paso con el cual las ovejas y otros animales van rumbo al matadero sin sentir nada, excepto sus propias pezuñas en la andadura final. Los traductores dijeron, mejor llamarla “El silencio de los inocentes”. Y así fue.
El escándalo del caníbal Lecter hizo época en las criaturas cinematográficas. Tuvo hasta grotescos imitadores, uno de ellos en la colonia Guerrero de la ciudad de México, una especie de poetastro maldito quien se masticaba las vísceras de sus amigas muertas.
Una vez, en una conferencia de prensa con el gran Dino de Laurentis, uno de los grandes productores del cine mundial, alguien le preguntó a Anthony Hopkins si el canibalismo de su personaje no le habría causado una curiosidad extrema hasta el punto de ingresar a la vivencia y probar la carne humana.
Hopkins, lejano a la fantasía de mimetizarse con el personaje a tal junto y muy lejos de Bela Lugosi, dormido dentro de un ataúd desde la cinta Drácula, o Weissmuller pegando alaridos de Tarzán por el Hotel Las Hamacas de Acapulco, rechazó cualquier contagio y dijo con sequedad: ha sido un papel, un trabajo. Y cuando uno acaba su trabajo se marcha a su casa a empezar una nueva cosa por hacer. Soy un actor, nada más un actor.
Y posiblemente esa madurez no la tengan todos quienes cambian momentáneamente su vida por la de un personaje. Comienzan a sentirse quienes no son, ni podrán ser, pues por lo general sus caracteres provienen de la fantasía, no de la vida real.
Pero hay otros casos y el sainete de estos días entre Kate del Castillo, una mezcla extravagante entre Mata Hari con Teresa Mendoza (la Reina del sur en el folletón de Pérez Reverte), así lo comprueba.
¿En qué momento esta hermosa señora comenzó a sentirse en verdades parte del mundo de los narcotraficantes en el cual se desempeñaba con diligencia en las pantallas de la televisión? Nadie lo sabe, pero su vida en estos días no es materia ni siquiera de novela, es pastura de tabloides y entras ella podría explicar las cosas mediante un sensato y eficaz mecanismo de control de daños al cual se rehúsa del todo.
Por eso habla de este modo. Veamos.
“El gobierno mexicano (Crónica) “me quiere a fuerza destrozar”, dijo la actriz Kate del Castillo en un mensaje el sábado pasado a la cadena estadunidense de televisión, Univisión.
“Añadió que no ha hablado públicamente de su rencuentro con el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán porque sus abogados así se lo recomendaron.
“No tengo por qué dar explicaciones a la prensa. Que si no hablo es porque mis abogados así me lo aconsejan, ya que el gobierno me quiere a fuerza destrozar”, dijo la actriz.
“Del Castillo, por otra parte, reapareció el fin de semana pasado en Los Ángeles, California.
“El sitio web “TMZ” publicó un video de Kate junto a su amiga Jillian Barberie, conductora del “talk show” KABC.
“Kate y Barberie acudieron el sábado por la noche al restaurante de comida mexicana “El Coyote”, en la ciudad californiana.
“En el video se escucha que una persona fuera de cámara le pregunta a Kate del Castillo acerca de si consideraba que la entrevista de Sean Penn al Chapo fue un fracaso. La actriz se concretó a guardar silencio.
Interrogada asimismo sobre si piensa viajar pronto a México, Del Castillo se limitó a esbozar una sonrisa de cortesía.
“¿Sabes qué?, no quiero hablar sobre él”, fueron las únicas palabras de Kate al referirse a Penn”.
Siempre será mucho más sencillo dar explicaciones (o argumentos socialmente útiles y políticamente rentables) a la prensa. El Ministerio Público es como Gabino Barrera: no entiende razones.
Pero si no hace declaraciones si logra defensas a través de plumas amigas, como la señora Lydia Cacho. Veamos:
“…Ciertamente hay que celebrar la detención del capo, él y todos sus cómplices han hecho un daño irreparable al país, pero enfocarnos pasivamente en una persecución de Estado en contra de Kate del Castillo, persecución que a todas luces se ve forzada, nos hace sospechar que hay algo más detrás de esta historia, algo que la autoridad no quiere que preguntemos.
“Mucha gente de Hollywood y quienes hemos sido cercanas a Kate del Castillo durante años sabíamos de este proyecto cinematográfico que tendría mucho de documental. Es claro que hay una parte de esta historia que no será contada mientras no comprendamos el porqué de la insidiosa persecución a la actriz y productora mexicana”.
Ahora resulta…