¿Ruido? En la teoría de la comunicación, ruido es todo aquello cuya irrupción distorsiona y confunde la línea de entendimiento, de comprensión. Ruido son las mentiras, las falacias, las exageraciones. Ruido son los sofismas y las desviaciones. Ruido es el murmullo de la propaganda contra la palabra del mensaje claro.
Ruido es jugar con las artes del engaño. Eso es ruidoso.
Y furioso, pues cuando el presidente de la República “macanea” a los adversarios (los órganos constitucionales no deberían formar parte de su catálogo de enemigos personales o partidarios) y en abierta usurpación del cargo de Mario Delgado, su delegado en Morena, dice:
“…quiero enviar un mensaje a todos los mexicanos y en particular a los ciudadanos de Guerrero y de Michoacán. Decirles que no se desanimen y al mismo tiempo que no se exalten, hay que actuar con la cabeza fría, aunque se tenga el corazón caliente. En la lucha por la democracia se tienen que enfrentar muchos obstáculos y hay que aprender a evadir el acoso y la provocación.
“Yo quiero expresar que considero un exceso lo que aprobaron el día de ayer los magistrados del Tribunal Electoral. Es un golpe a la democracia, a la incipiente democracia mexicana.
“No es posible, no tiene justificación alguna el que por no comprobar supuestamente un gasto de precampaña -en un caso, de 14 mil pesos, en lo que corresponde al candidato de Michoacán, y de 19 mil pesos que se le atribuye no comprobó el precandidato de Guerrero- se les cancele su registro para participar. Eso no tiene ninguna justificación, repito, se me hace excesivo y además antidemocrático…”
Y aquí, con todo respeto (para usar sus palabras), el señor presidente se equivoca o miente con toda conciencia. No lo sé. Pero sí lo comprendo, la furia nubla. Como el ruido.
Primero:
¿Por qué los ciudadanos de Michoacán y Guerrero deberían tener fría la cabeza y ardiente el corazón (frase tan insulsa como para formar parte hasta del repertorio de FSM), en defensa de los candidatos defenestrados? ¿Cuáles ciudadanos?, ¿los potenciales votantes de Morena; sus seguidores o todos los millones de habitantes de esos estados?
Si el presidente no admite sus palabras de ayer como simple y llana propaganda política directa, abierta y descarada, entonces no será capaz de aceptar ningún argumento en la discusión política. Se quedará con el puro ruido y perderá el espacio de las ideas y la responsabilidad constitucional de su cargo:
El Ejecutivo no tiene entre sus múltiples funciones la abierta defensa de las posturas de su partido ni tampoco la crítica de las instituciones de justicia. Mucho menos “ex catedra” desde el Palacio Nacional.
La otra distorsión interesada consiste en falsear los motivos de la nulidad electoral:
“…en un caso, de 14 mil pesos, en lo que corresponde al candidato de Michoacán, y de 19 mil pesos que se le atribuye no comprobó el precandidato de Guerrero…”
Falso. Quiien haya escuchado la sesión del tribunal o haya recibido un informe bien hecho (de preferencia no por Julio Scherer), comprenderá el motivo real: la infracción fue la deliberada intención de no entregar los informes, más allá del monto de los gastos. Se castigó el doloso incumplimiento, no la economía propagandística. Esa es otra falsedad. Otro ruido.
“Por eso –dijo AMLO–, hablo de que fue un golpe a la democracia, porque la democracia es el respetar la voluntad del pueblo. En la democracia es el pueblo el que decide, es el pueblo el que manda”.
Sí, en efecto, en la democracia el pueblo manda, pero en los tribunales manda la ley. O los jueces, o los magistrados o los ministros cuya labor es defender las leyes y su cumplimiento.
Si a esas vamos, ningún pueblo había decidido la candidatura de Salgado ni la de Morón.
Las había decidido una sola persona tras cuya determinación se movió la maquinaria matraquera de Morena. Y eso es cualquier cosa, menos democracia clásica, con todo y su juego de etimologías.
“Demos es pueblo, kratos es poder, es poder del pueblo”. ¿De veras?
BORREGO
Frente a la ruidosa propaganda cuya base es la desaparición de los programas sociales si otro partido llega al gobierno y no Morena, Ernesto Gándara,candidato de la alianza en Sonora dejó varias cosas en claro.
“Nosotros le vamos a regresar a la gente lo que los morenistas le quitaron: el Prospera, el Seguro Popular, el Seguro de Vida para jefas de familia, las Estancias Infantiles, los Refugios para Mujeres”