La pregunta ahora es muy simple: si las elecciones de Michoacán son hoy todo cuanto los perdedores dicen como para llevarlas a la anulación, ¿cómo la noche del domingo se proclamaban ganadores en ese mismo proceso al cual hoy le brotan defectos cuyo triunfo proclamado habría borrado?

Las acusaciones de armamentismo suenan en este momento ridículas por no decir ociosas. A la hora de las encuestas había tres ganadores. Cuando se terminó el conteo del Programa de Resultados Electorales Provisionales (PREP) entonces hubo dos quejosos y un resignado a su triunfo.

El panorama de hombres encapuchados y con armas largas en una sistemática labor de amenaza y siembra del miedo a plena luz del día y con una presencia militar y policiaca de diez mil elementos, suena como una historia fantástica.

Tan fantástica como la intentona inicial de anular las elecciones para llegar con el estado planchadito, planchadito, con una candidatura única promovida en su momento por los empresarios amigos de Los Pinos. Eso también falló, como el corte del dinero federal para el gobierno de Leonel Godoy a quien le ha caído encima toda la catedral de Morelia.

“Silvano Aureoles Conejo, exigió (Quadratín) anular el proceso debido a la presunta intervención de gobierno federal y del crimen organizado en las campañas proselitistas del PAN y PRI respectivamente.

“El abanderado perredista, que se ubica en tercer lugar de acuerdo a los resultados del PREP, consideró que se debe repetir la elección para evitar el uso de recursos de la Federación y la intimidación del crimen organizado hacia los militantes del PRD.

“Aureoles Conejo, en rueda de prensa estuvo acompañado por el dirigente nacional del Sol Azteca, Jesús Zambrano, quien señaló que de no las supuestas irregularidades en el proceso electoral, “Michoacán se perfila hacia un narcoestado”.

Por su parte Doña Cocoa ha dicho “que en su partido revisarán con cuidado cada una de las actas que lleguen del sur del estado pues, asegura, a medio día el crimen organizado tenía el control de la zona.

“Al medio día el crimen organizado traía el control del sur del estado, así que vamos a tener que revisar muy cuidadosamente todas las actas que lleguen de esa zona”.

A veces la vida tiene situaciones paradójicas. Hoy alguien de apellido Calderón Hinojosa clama por Una revisión acta por acta, lo cual implica voto por voto casilla por casilla.

Pero más allá de la pertinencia o no de las impugnaciones (para eso existen esos recursos legales) las quejas de los perdedores contrastan con el optimismo registrado el domingo a las siete u ocho de la noche cuando todos vivían en los extraños parajes de su individual país de las maravillas; es decir, el espejo alquilado en el cual los encuestadores los obligaban a mirarse.

Y esa diferencia conforma a este columnista en su tesis de hace ya tiempo: la encuestitis nada más produce distorsiones y falsas apreciaciones cuyas consecuencias se convierte después en estigmas, argumentos en contra; macanas verbales y demás elementos de perturbación absolutamente nocivos para la certidumbre electoral ye l consecuente avance democrático.

Por otra parte algo debe tener Aureoles Conejo para salir con ese par de orejas cuando habla de la infiltración del narco en la política michoacana. Seguramente en el fragor de la lucha electoral ya olvidó quién es Julio César Godoy Toscano a quien sus compañeros legisladores metieron a San Lázaro en una cajuela mientras lo buscaba la policía (como hasta ahora) acusado (y prófugo) de sociedad delictuosa con “La tuta”.

Las acusaciones contra el PRI tiene un grave defecto: están mal hechas y peor sustentadas. Quizá podrían probar todo cuanto han dicho, pero no es posible denigrar la lógica de la legalidad por el escudo priísta en los calzones de Juan Manuel Márquez. Bueno, ni siquiera por el despojo sufrido.

Lo grave de esta situación son sus repercusiones para el proceso del próximo año.

Impugnar o mostrar músculo ante las impugnaciones son actos cuya decisión no les corresponde nada más a los candidatos sino a los dirigentes de sus partidos. En un caso resulta altamente riesgosa la tentación interventora desde Los Pinos, si la hubiera.

En el otro, el aprovechamiento de esta escandalera para la definición final del perredismo cuyo agotamiento no se verá cuando se den a conocer los resultados de la falsa encuesta pública realizada en privado.

CONVOCATORIA

Quizá usted no lo sepa pero hay una especialidad zootécnica llamada “Bubalinocultura” cuya materia de estudio es el búfalo, ese hermoso animal bóvido artiodáctilo, cuyas manadas cubrían casi todo el territorio de la América del Norte desde Coahuila hasta casi el Canadá. La verdad esos animales cuya estampida revienta las praderas (o las reventaba antes del casi exterminio del cazador blanco) se deberían conocer como bisontes, pero la palabra búfalo se ha extendido tanto como para considerarla correcta.

Pero más allá de estas minucias del diccionario, la “bufalada” fue siempre la forma de llamar a la conducta de los oportunistas cuando el candidato del PRI (en otros tiempos seguro ganador del trono) se alzaba con la candidatura.

Ayer el PRI emitió una convocatoria y en ella se prohíbe la carrera del búfalo. Se acabaron las adhesiones anticipadas, los camiones de redilas y las cargadas. Van contra la ley y contra la equidad, como mañana veremos.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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