Posiblemente para un país sea un triste destino discutir si quiere o no una juventud de “pachecos” tolerados. Y peor es fomentar el consumo de la idiotizante “mota”. Estupefactos por el estupefaciente. Todos en la molicie contemplativa, todos idos.
“Soy un perdido, soy un mariguano”, se lamentaba Porfirio Barba Jacob y eso antes de consumir la pobre “grifa” de la soldadesca y después de escribir la “Canción de la vida profunda”, algunos de cuyos versos podrá usted leer al final de esta romántica columna.
Pero el actual debate impulsado (y al parecer perdido de antemano) por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, lo cual ya nos revela su escasa calidad intrínseca, pues el dominio legislativo de la Revolución Democrática nos ha regalado joyas de monumental ignorancia, ha confundido a todos.
Ofrecer un debate administrativo para un asunto de salud pública es un error. Como también lo es creer en la solución de los problemas de salud, legalizando sustancias a todas luces dañinas para ella.
Los usos medicinales de la mariguana son una invención de los traficantes para abrir un boquete en la ley y después meter a los demás negocios por ese enorme agujero, cada día agrandado por el esnobismo cómplice de quienes desean figurar a cualquier costo social.
En los Estados Unidos, desde donde viene la presión para liberalizar el negocio, se iniciaron las discusiones con los usos medicinales y ahora se abre la capa para los usos recreativos. ¿Por fin? Es terapia o jolgorio.
“—Cuni, cuni cantaba la rana y echaba los versos de la mariguana…”
La estupidez ha llegado a grados de solicitar (Vidal Llerenas) dispensarios en las unidades sanitarias de la ciudad de México, para regalar dosis a los adictos y consumidores con lo cual les ofrece la idea a los borrachos para ir a pedir su botella en las oficinas del doctor Armando Ahued. También su “grapa” a los cocainómanos o su “tacha” a los chavos banda.
—Oiga, Doc, ¿no se coopera pa’l pomo?, le diría el teporocho incurable.
Por eso esta nota es importante, sobre todo si el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera resiste las presiones y se mantiene firme en esta idea a la cual le sobran varias cosas: oportunidad y sentido común frente a tanta y tan peligrosa demagogia.
“El jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Miguel Ángel Mancera, rechazó que se pretenda legalizar el consumo recreativo de la marihuana en la Ciudad de México, e insistió en que el debate debe partir de un esquema de salud pública.
“El mandatario capitalino destacó la importancia de conocer el planteamiento en la materia presentado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) esta semana, a fin de que, dijo, quede claro que se trata de un tema de salud y no de recreación.
“Todavía hay mucho debate en donde dicen ‘es que no se debe legalizar la mariguana’, todos estamos de acuerdo en que no se debe partir de un enfoque recreativo, por supuesto que no”, comentó en conferencia de prensa al término del inicio del programa “Tu ciudad te requiere”.
“Mancera remarcó que debe proporcionarse información a la ciudadanía sobre lo que se busca con esta iniciativa.
“El titular del GDF detalló que las personas tienen que conocer cuál es el alcance de la propuesta que se está haciendo, al considerar que a ningún padre de familia le gustaría pensar que se va a legalizar la mariguana y que el consumo estará abierto a todo mundo.
“Por eso digo, expliquemos que se trata de un tema de salud pública”, insistió.
“El jefe de Gobierno señaló que en este debate deben participar expertos en medicina, en economía y en el ámbito legal, así como investigadores.
“El mandatario capitalino enfatizó que la ciudadanía debe tener muy claro que no se está promoviendo el uso recreativo de la marihuana”.
Pero por otra parte el debate es falso de toda falsedad. Legalizar el consumo de la mariguana es algo innecesario: ya es legal. Lo ilegal es venderla, cultivarla, transportarla. Consumirla no es legal y entonces la batería se enfila hacia otra parte: aumentar la cantidad transportable para fines de consumo personal (como si no hubiera sido ilegalmente adquirida, eso sí) de cinco gramos a treinta, veinticinco o cuantos se quiera.
Y luego más arriba, como si alguien no pudiera comprar de cinco en cinco y luego de veinte en veinte o de cincuenta en cincuenta. Algún día por kilo, como hijo de ex presidente.
Hoy el negocio de la mariguana es ilegal, socialmente dañino y criminógeno. Si se llega a legalizar será igualmente nocivo y criminal, no importa si la ALDF quiere jugar a la vanguardia uruguaya.
Pronto los habitantes de la Banda Oriental del Río de Plata se darán cuenta de su error.
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Y ahora lea usted a Porfirio (Fragmento):
“…Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.
“Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar”.
racarsa@hotmail.com