Quizá la predicción de José López Portillo en torno de la conversión nacional hacia un país de cínicos se haya cumplido en varios sentidos y uno de ellos sea esta gran cruzada sin declaración formal ni claridad absoluta por la cual la moda política obliga a  perseguir a alguien.

La oferta pública no se basa, como sucedía en los tiempos de otros disimulos,  en la prosperidad, la dicha, el bienestar o el reparto adecuado de la riqueza nacional. No; hoy se basa, fundamental y satisfecha con la oferta justiciera (o vengativa, según el caso) de indagar fortunas, auditar cuentas y abrir de par en par las puertas de un presidio en el cual alojar al antecesor.
Los políticos han creado una serpiente de dudosa conformación. Una mezcla de escorpión y espejo. Una criatura fantástica en todos los casos semejante.
Así “El bronco” persigue a Rodrigo Medina y ha hecho de su cabeza, en sentido figurado, una oferta redentora para Nuevo León. Y todo se estanca y empantana en los tribunales y sus infinitos recursos protectores, de procedimiento, de términos y plazos, de revisiones y concesiones, de amparos y  papeleos infinitos. Careos, embargos, corretizas a funcionarios menores, agua de borrajas.
Pero la persecución sigue como ocurre también en otros estados como en Sonora, por ejemplo, donde la gobernadora Claudia Pavlovich se ha visto urgida hasta de apremiar públicamente a la Procuraduría General de la República, la cual la ha dejado sola con su afán justiciero, e inerme para combatir las incontables deshonestidades del granuja panista el innombrable señor Padrés (no tendría ¿madrés?).
Y de Chihuahua, donde quieren meter a un  corral de matadero al otro Duarte, ni hablamos.
Pero la vistosa temporada de caza, con todo y sus ribetes de carnaval, oportunismo y ética de ocasión (recurso acaso fingido sólo para lograr votos fáciles con promesas imposibles y mercancías novedosas, entre la moralina y la demagogia), prosigue para beneplácito de la gayola; llenas las galerías a es en Veracruz donde la mojiganga ya toma tonos de carnaval. ras en el tendido, anista Guillermo Padrto, de tsor. nal. No; hoyy los palcos, con los matadores en vistoso toreo de salón para congraciarse con sus porristas en el tendido eufórico.
Quizá el lugar donde esto se acentúa es en Veracruz con una  mojiganga con ribetes de carnaval.
Miguel Ángel Yunes, cuya fama es de sobra conocida, acusa a Xavier Duarte de Ochoa (y de paso a Fidel Herrera) de todas las inmoralidades e inmundicias habidas y por haber. Duarte ayuda, obviamente y la emprende por la vía judicial en contra del futuro gobernador quien  desea extender lo escuálido de su mandato (dos años) y desde ahora comienza a gobernar con la etiqueta de electo.
Y estira los días y aprovecha el tiempo, pues ya se sabe: su desperdicio lo lloran hasta los santos, y acusa y cifra su futuro en la redención punitiva. Y Duarte hace esto:
“(AP)…Acompañado de diputados federales y locales, Duarte de Ochoa acudió a la Fiscalía General del estado para interponer la denuncia en la que acusa a Yunes Linares de robar recursos públicos mientras tuvo cargos públicos en los gobiernos federal y estatal, reportó Milenio.
“El mandatario dijo que entregó pruebas para que se investigue el origen de las propiedades de Yunes Linares. 

Creo que el único negocio (que tuvo Yunes fue) cuando era pequeño en el mercado vendía escobas, no ha tenido otra empresa”, señaló Duarte al calificar de desmedido el patrimonio que presuntamente posee el gobernador electo.

“Más tarde, el gobernador electo de Veracruz respondió en un comunicado quela “denuncia que presentó Duarte tiene tanto sustento como su declaración de bienes”.

“Yunes Linares ha sido diputado federal por el PAN; ocupó diversos cargos en la Secretaría de Gobernación entre 1999 y el 2000; además de Director General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE)”.

La declaración nulificada de Duarte a la cual se refiera Yunes es la “3de3” cuyo contenido fuer rechazado por el INCO, pues ya se sabe, ahora la organización por la competitividad asume facultades de Ministerio Público y juzgado al mismo tiempo, mientras los políticos aplauden como pinípedos camino al matadero polar.

La historia de Dreyfus y su célebre “Yo acuso…” es una de las páginas notables en la enciclopedia de la política y la persecución injusta. Hoy cualquiera acusa.

Y eso no estaría mal si se tratara en realidad de purificar el envilecido ámbito de la política, la administración y el juego de los recursos públicos y hasta privados, pero ya se sabe, a los empresarios y contratistas no se les puede tocar ni con el pétalo de una declaración inventada por triplicado en sus propias oficinas.

Pronto veremos a otros en la siempre socorrida maniobra de acusar al antecesor de los males presentes y por venir.

Y el extraño engendro de serpiente, alacrán y espejo, seguirá mordiéndose la cola y picoteándose el lomo mientras los problemas nacionales, esos de los cuales tanto se ha hablado y escrito, se siguen alimentando solos de la masquiña moral de los mexicanos.

–¿De cuáles? De muchos.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

1 thought on “El país de los perseguidores”

  1. Nuevamente me permito enviarle esta observación… sus artículos tienen algunas fallas que no me permiten entender el comtenido, espero no sea molestia y los próximos también los leeré.- sic- s en Veracruz donde la mojiganga ya toma tonos de carnaval. ras en el tendido, anista Guillermo Padrto, de tsor. nal. No; hoyy los palcos, con los matadores en vistoso toreo de salón para congraciarse con sus porristas en el tendido eufórico.

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