Los días 9 y 10 de marzo de este bicentenario año de la Patria quedarán en la memoria de muchos como ejemplo de hasta dónde puede descender la calidad de la vida parlamentaria agravada y agraviada por los “piñateros” y los Pinochos, por los oportunistas y los imprudentes; los cáusticos fallidos y los irresponsablemente ofensivos. Y también por quienes cayeron en la manipulación del gobierno.
Nunca los diputados se habían tratado a sí mismos con tanto desprecio a su condición de representantes populares en una polémica sin sustento ni motivo como no fueran los zarpazos y las tarascadas de la rabia. Jamás se habían puesto –en el calor de una polémica sin sentido–, al mismo nivel de los narcotraficantes aspirantes al polígrafo o los candidatos a policías federales obligados al “control de confianza.”
Por ahí llegaremos al alcoholímetro y el “antidoping” para estar todos parejos.
Mas en honor a la justicia nos debemos preguntar si la batahola (hasta con sus consecuencias de violencia) solamente ocurre en esta cámara nuestra (como comentaré después) donde hemos visto en tiempos remotos hasta una liviana carga de caballería; tomas de tribuna, golpes, “bombas molotov” en la mochila; insultos, agravios, mentiras, muchas mentiras; calumnias y acusaciones; gritos, sombrerazos, amenazas, dicterios, ofensas, arrepentimientos, imprudencias y estupideces, muchas estupideces.
Ejemplo.
Muy grave cuando Gerardo Fernández Noroña llamó “asesino”, con todas sus letras al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna o la diputada María Elena Pérez de Tejada (pobre señor Tejada) culpa a Enrique Peña Nieto de la muerte de su esposa.
A ella, la señora Pérez de Tejada, Enrique Peña Nieto le responde un día después con el respeto nunca dispensado para su persona:
“… (las actitudes del miércoles) llegaron a un nivel que rebasa el mínimo de ética que debe haber en la política
“Cuando se recurre a la calumnia, a la infamia, a la descalificación, sin otro propósito que no sea el afectar a la persona, me parece grave, me parece que se falta al respeto que debe haber entre los actores de la política”.
“La política tiene una orientación y un propósito que es el ser un instrumento de nuestra transformación social, de cómo cambiar la realidad que tenemos para mejorarla”.
Suave, como el mismo día de los hechos había dicho con firmeza en torno del guantelete soltado al vacío por César Nava quien lo retó al debate público:
“No es tiempo de confrontación; es tiempo de construcción.”
César Nava, dígase cuanto se quiera es un zombie. Un muerto ambulante, un “dead man walking” como en su momento lo fue (y sólo lo digo en el aspecto político), Juan Camilo Mouriño tras las revelaciones de su coyotaje en PEMEX por López Obrador. Su actitud del pasado miércoles obligó a Beatriz paredes a pasar de la época del “muchachito pendenciero” (Germán Nava) al muchachito mentiroso.
Pero Nava, con su oportunista aspiración de subir a la escena en un debate con BP y con Enrique Peña Nieto y colarse de golpe en el escuálido grupo de la actual “caballada” panista (eso y no otra cosa quiere) cometió un error de cálculo: creyó provocar y “calentar” al gobernador del Estado de México quien no resultó tan incauto como para caer en un garlito obvio para discutir con quien no tiene nada por perder y si mucho por ganar en la papeleta de méritos ante un jefe de Estado cuya única finalidad histórica posible hoy, es impedir a toda costa el regreso del PRI al poder.
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Pero volvamos brevemente a la intervención originaria de todo este follón. Nava dijo para abrir boca desde la tribuna de la Cámara (con una demora de 24 horas) ocupada el día anterior por Beatriz Paredes:
“Ahora que la verdad está públicamente expuesta ante la opinión pública y que el acuerdo celebrado a finales de octubre pasado es del conocimiento de toda la opinión pública, también lo he dicho y lo reitero: no he aceptado ni aceptaré por repuesta la mentira y la falsedad.
“Ni la mentira ni la falsedad que han sido la respuesta del gobernador Peña Nieto, que fue el peticionario, el presunto beneficiario, el divulgador y que luego ha guardado un silencio sospechoso, para posteriormente reiterar que en el fondo del acuerdo no hubo ninguna obligación del PRI.
“La mentira y la falsedad también vertidas el día de ayer en esta tribuna, porque no sólo se ha mentido ante los medios de comunicación, también se ha venido aquí a esta tribuna a mentir, y se ha negado, se han atrevido a negar que había alguna obligación del PRI en este acuerdo.
“Lo reitero, como lo he dicho y lo he sostenido”
Eso fue suficiente para encender un polvorín sobre el cual no tiene ya mucho sentido volver. Finalmente sólo había una intención: frenar la investigación sobre las suciedades de Nava en Pemex, por eso se orquestó la barahúnda.
Sin embargo, como suele suceder en estos casos, al día siguiente, jueves, todos llegaron como si se tratara de un bolero de Álvaro Carrillo, “con la flor del perdón en las manos”.
El jefe de los panistas, el Presidente Calderón, se puso severo mientras el senador Alejandro Zapata deslizaba los arrepentimientos de un faltista diputado Nava, lejos de San Lázaro.
Así dijo el Ejecutivo:
“…esta mañana hice un respetuoso llamado, una invitación respetuosa a que dignifiquemos la política, a que verdaderamente elevemos el debate y, con altura de miras, sí discrepemos, si es necesario; sí expresemos nuestras divergencias, pero siempre, siempre respetémonos; porque respetarnos entre nosotros significa respetar al pueblo, que a todos nos eligió.
“Y más allá de las diferencias políticas y partidistas, la gente no merece que se denigre la política, que se denigren las instituciones públicas, que se denigre la vida pública.
“Necesitamos que la ciudadanía confíe nuevamente, recupere la confianza en la política, en los políticos y en los gobiernos. Necesitamos también ciudadanos más activos, más participativos en la vida pública y en la toma decisiones.
“Porque a final de cuentas, la palabra ciudadanía y la palabra política son lo mismo. Sólo que ciudadanía viene del latín, de la palabra Civitas, que significa ciudad; y la política viene del griego, de la palabra Polis, que también significa ciudad.
“Política y ciudadanía no deben estar separadas, sino, por el contrario: la política de a de veras, la política buena, sólo puede entenderse con los ciudadanos participando. Y la ciudadanía que construye, la ciudadanía que hace bienes públicos, no puede hacerlo si no hay una política sana, a la vez.
“Hoy la clave es abrir la política de par en par a los ciudadanos, para que puedan incidir en la vida pública, porque deben tener las herramientas necesarias para que hagan suya la política”.
Como vemos el Presidente no deja pasar una oportunidad para promover el sentido de su propuesta de Reforma Política, esa cuyo dictamen Carlos Navarrete, presidente del Senado ve tan cercano como el inexplicable desbordamiento de su optimismo.
El empoderamiento ciudadano, es el slogan con el cual se promueven estos cambios constitucionales en la representación popular, entre otras cosas,
“Porque hay que reconocer –agregó–, que los ciudadanos están insatisfechos con el comportamiento de nosotros los políticos. Esa es la verdad. Y cada vez que se convierte el debate político en descalificación, en denigración, incluso en ofensas e insultos, los ciudadanos tienen más razones poderosas para desconfiar y sentirse decepcionados de los políticos”.
Prudentes palabras quizá bien recibidas en lo general pero causantes de otro estallido (al menos verbal) en el Partido Revolucionario Institucional donde nadie se chupa el dedo.
César Augusto Santiago, diputado chiapaneco y aguerrido, notorio en los días de la cólera, reviró así a este mensaje: “no son de aceptar regaños de nadie y menos de un político que carece absolutamente de calidad moral”,
“Si como afirma Calderón –dijo en un comunicado–, los ciudadanos están insatisfechos con los políticos, debe aceptar que esa insatisfacción es principalmente con él y con su Secretario de Gobernación, que han escenificado una comedia de equivocaciones, que han crispado el ambiente político nacional… nadie puede dudar que detrás de todo el incidente, esté la pretendida manipulación de Calderón…pensar que no estaba enterado de todo no es una ingenuidad, es una tontería.
“…lo único que le sale bien al Presidente es armar el caos y la confusión; ya tiene al ejército en la calle, ya probó que puede aterrar a la ciudadanía con una falsa epidemia, ya demostró que es un pésimo economista, que ha manejado la crisis económica de la peor manera posible, con desparpajo y esquemas publicitarios, lo que ha dejado un saldo de miles de desempleados y ocho millones más de pobres; es el peor desempeño en América Latina.
“Su reforma política, dijo, es en esencia un intento para desprestigiar al Congreso, satanizar la democracia representativa con el propósito de salvar su magro desempeño.
“Nombrar a Roberto Gil subsecretario de Gobernación ——como pretende– es simplemente la ratificación de su obsesión por ganarle al PRI a toda costa y a cualquier costo”, sostuvo.
“Es inconcebible que alguien que azotó la tribuna para decirle al diputado Omar Fayad, que quiere que gane Xóchitl Gálvez en Hidalgo, ahora vaya a ser nombrado subsecretario de Gobernación, para seguir en el manipuleo que colme su pretensión”.
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Pero si el escándalo superó la posible materia de las intervenciones, pensemos un poco en esto. ¿Son estas actitudes exclusivas de esta Cámara de la cual hoy nos decimos avergonzados?
De ninguna manera.
Son cosa frecuente en la política mundial. Eso sucede en todas partes y estos son algunos ejemplos:
El año pasado, mientras se discutía una polémica Ley de Medios de Comunicación en Seúl, la agencia coreana “Yonhap”, envió el siguiente despacho:
“ Varios diputados del Parlamento de Corea del Sur se han enzarzado en una pelea a base de puñetazos y gritos a raíz de la aprobación de una polémica ley sobre los medios de comunicación que permite a las compañías de prensa escrita poseer también una cadena de televisión terrestre o por cable… los legisladores de la principal fuerza opositora, el Partido Democrático (PD) se han ausentado de la votación y han tratado de bloquear la entrada de los diputados gubernamentales a la sala del parlamento.
“En el año 1994, en Italia, un diputado de Refundación Comunista, Francespo Voceoli, hubo de ser atendido ayer de una conmoción en la enfermería de la Cámara de Diputados del Parlamento italiano, como consecuencia del golpe que sufrió durante una reyerta entre parlamentarios mientras se debatía el futuro de la RAI, la radiotelevisión estatal.
“Un ujier salió de la sala sangrando abundantemente de la nariz a causa de los mismos hechos.
“Se trata del primer choque físico registrado en las Cámaras de Italia durante la actual legislatura. Las peleas y trifulcas se hicieron frecuentes en el último período de la precedente. El choque de ayer, que viene a demostrar que la llamada segunda república no ha cambiado estos lamentables usos, fue iniciado, al parecer, por un diputado neofascista de Alianza Nacional, cuando otro, verde, intervenía en el debate”.
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Y si ya hemos hablado del ríspido debate, si a ese sartal de agresiones, insultos, descalificaciones, dicterios y calumnias, se le puede llamar debate, vale la pena reproducir estas palabras de José Cárdenas en su emisión del jueves por la tarde en Radio Fórmula:
“La Cámara de Diputados tiene dos funciones.
“Una, la básica, servir de asiento al Poder Legislativo para elaborar (junto con el Senado) las leyes de la República.
“La otra es eminentemente política: constituir una permanente arena donde se diriman, se discutan, se riña; se confronten, en voz alta o en voz baja, con cuidado y comedimiento o a mentadas de madre; no importa, todos los puntos de vista de los ciudadanos y los partidos ahí concurrentes.
“El problema surge, como ahora cuando las discusiones no son preludio de la materia legislativa, ni abono para las ideas, sino nada más un tropel de leguleyos escandalosos y falsarios, en pos de su propia redención acusándose mutuamente en un ambiente de inmitigada miseria moral.
“Todos se creen con capacidad para lanzar sus catilinarias, pero ninguno de ellos es Cicerón”.
“En cualquier parlamento del mundo se encienden los ánimos. Pero sólo en el subdesarrollo este incendio produce nada más las cenizas del tiempo.
“En los días de esta semana los mexicanos hemos visto cómo se pueden dejar ir las horas sin sentido. Hemos pasado del Poder Legislativo, al Poder Peyorativo.
“¿Y todo eso para qué?
“Para algo muy importante, a fin de cuentas, para tener una prueba definitiva e irrefutable de que todos estos no valen nada”.
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Pero a fin de cuentas todo se disipa, todo se olvida. O al menos ellos hacen como si lo hubieran olvidado. Palabras como éstas de Oscar Levín, quien por un mal símil se vio obligado a pedirle perdón a la comunidad “gay”, no se olvidan fácilmente. En la alharaca de la homofobia esto se pasó de largo, pero es de importancia primordial:
Dijo Levín:
“Es de preocupar, en todos sentidos, una actitud como la de la oradora que me antecedió. Vino a la tribuna a decir dos provocaciones que claramente dinamitan las posibilidades de gobernabilidad, no sólo en la Cámara de Diputados, sino que dinamitan las posibilidades de gobernar al país.
“Es tan irresponsable lo que están haciendo. Es tan irresponsable que están claramente llevando al país a una situación muy delicada.
“Claramente se ve; enseñan lo autoritario. Yo vi que el señor Nava, lo conocía como a un joven impetuoso, con posibilidades…. Hoy se ha ganado ante la opinión pública varios criterios y calificaciones más: claramente mentiroso, inexperto, provocador”.
Es cierto los políticos tragan sapos, hacen de tripas corazón y se aguantan muchas cosas, pero los rencores ya han sido sembrados. El próximo año los veremos florecer llenos de espinas.
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Impresionante por su claridad el texto de Porfirio Muñoz Ledo sobre los apoyadores del calderonismo reformador enviados a la arena política con el escudo combativo contra la “Generación del NO”. Dice en alguna de sus partes:
“No se preguntan por las causas del pasmo de la transición, a pesar de que son evidentes. A ninguno de ellos lo vimos protestando cuando fue el fraude de 1988, ni acompañando las difíciles negociaciones que nos condujeron al pluralismo, ni denunciando los desmanes de Vicente Fox, el abuso del desafuero, el atraco legal del 2006 y la insolente militarización del país.
“No se tomaron el trabajo de revisar la iniciativa que promueven. Hubiesen descubierto que recuenta los antecedentes próximos de la reforma política: los esfuerzos de la LVII legislatura en 1998 y de la Comisión de la Reforma del Estado en 2000, los foros para la revisión integral de la Constitución del 2001 y las mesas negociadoras del 2005. Todos impulsados por quienes tenemos un genuino proyecto de cambio.
“Tampoco averiguan las razones que hicieron abortar a la CENCA en 2007: 109 propuestas de reforma constitucional frenadas por la ambivalencia del Partido Revolucionario Institucional y el veto del Partido Acción Nacional. Menos aun sus contenidos, orientados a “beneficiar a los ciudadanos”, rediseñar, descentralizar y reconstruir al Estado en el rescate de su soberanía”.