Mientras el Partido Acción Nacional prepara una (infructuosa) demanda contra el subsecretario y merolico (no vocero) de la epidemia, Hugo López Gatell. “Gatinflas”, para los amigos, por haberse contoneado en el parque a sabiendas de su capacidad de contagio, el favorecido por el aire sucio de la tolvanera ahumada del fin de semana, presentó una nueva cifra de horror:

Los muertos por la epidemia y sus comorbilidades asociadas ya suman más de 300 mil casos aunque de seguro son muchísimas más. El domingo, 24 horas antes, en este mismo espacio se lo dije a López “Gatinflas” y se lo recuerdo ahora:

“Falta de valor civil, le llamaban antes. Aconsejaban

–Nunca culpes a los demás de tus errores. Asume tu responsabilidad y el costo de no cumplir con ella. No compares tus méritos con los de otros. Nunca digas, a él le tratan con privilegios para mí desconocidos. Cumple tus obligaciones sin esperar ni regocijo ni recompensa. 

“Si no sabes algo, acéptalo. Si lo sabes, ponlo en práctica.

“Pero por encima de todo no te evadas detrás de la excusa falsa. Explica tus motivos para cumplir, nunca tus razones para incumplir.

“Y, sobre todo, no seas cobarde ni quieras engañar a todos, todo el tiempo. Sólo, podrás engañar a los imbéciles.

“Esos consejos se los debieron dar a Hugo López Gatell, el “Doctor Muerte” o “Gatinflas”, para los amigos.

“Además de incompetente. –el epidemiólogo se infecta en la playa, no en la primera línea hospitalaria–, cobarde y lambiscón. Un lisonjero profesional –este o cualquiera–, es como el faldero de cola veloz. 

–¿Festinamos y exageramos los medios los 200 mil muertos de la epidemia? Informar (con sus datos, además), es distinto de festejar o propiciar. 

“Y lo seguiremos dando a saber y seguiremos diciendo de quién es la incumplida responsabilidad. No nos quiera echar la culpa de su meroliquenta ineptitud.

“Ya lo veremos al llegar a los 300 mil difuntos. 

“Mientras tanto, sus diez recomendaciones de hogaño, se las puede usted guardar, señor “Gatinflas”, junto con sus diplomas de “científico”, ahí donde el proctólogo realiza sus inspecciones”. 

Así pues, mientras encuentra el sitio para depositar sus méritos y su palabrería; reproduzco el texto más reciente producido por el gobierno, no por los medios a quienes el medroso inculpa:

“(EoL).- Entre marzo y febrero, en plena pandemia de covid-19, ocurrieron 417 mil 002 muertes no esperadas, es decir, mil 142 cada día, 47 cada hora y prácticamente una cada minuto.

“De acuerdo con la última estimación del exceso de mortalidad en el país, 70.6% de las muertes en exceso están relacionadas con Covid-19.

“El reporte divulgado este fin de semana asoció a 294 mil 287 muertes a covid-19 entre18 de marzo y el 13de febrero. Ese día se reportaron oficialmente sólo 173 mil 771 defunciones, es decir, 60 por ciento menos.

“A partir de entonces, y hasta ayer, se sumaron 27 mil 852 muertes, más con lo que la cifra real de muertes por Covid en este momento sería de 322 mil 139; 120 mil 516 más que las 201 mil 623 que reportó la Secretaría de Salud ayer, es decir, un subestimado de 62.5 por ciento.

“Al tomar en cuenta las 322 mil 139 como saldo real de la epidemia, más de 400,000 mexicanos han muerto por encima del promedio de los años anteriores. Probablemente la cifra más alta del mundo.”

Aquí nos encontramos con la vigencia de un viejo principio de lógica: la causa de la causa, es causa de lo causado.

Obviamente en relato palabrero de las tardes, el vocero va a intentar la absoluta separación de las causas de la muerte y si bien son reales los padecimientos anteriores, no se habrían potenciado si no fuera por la presencia del Coronavirus, cuya capacidad infecciosa produce efectos hasta ahora no conocidos del todo porque se trata de una enfermedad nueva cuya accidentalidad no se conoce del todo.

Pero esta sola línea del reporte de la Ssa, va contra toda especulación. Es un. dato preciso, aunque alguien quiera invocar otros datos, casi siempre los de su conveniencia.

“70.6% de las muertes en exceso están relacionadas con covid-19”.

MUGRE

El aire sucio, las tolvaneras, la ciudad velada como una vieja película al sol, las jacarandas con tos, las montañas con bufanda.

¿Cuándo entenderá el gobierno la quizá ya irreversible catástrofe ecológica de la ciudad? Sus problemas son tres: el aire, el agua (su escasez) y el suelo.

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Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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