El Ministerio de Salud publicó el pasado 10 de mayo un decreto con esta posición en la que hace retroceder al país en la lucha contra la discriminación y reconocimiento de los derechos de las personas de estas comunidades

Este 17 de mayo se cumplen 34 años desde que la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó a la homosexualidad de la lista de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), una decisión histórica que ha sido inspiración para instituir el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia en 2005. La conmemoración es reconocida por más de 130 países actualmente en el mundo, más no en Perú, donde se mantiene la etiqueta de enfermedad mental.

El Ministerio de Salud de Perú (Minsa), publicó el pasado 10 de mayo un decreto que hace retroceder al país en la lucha contra la discriminación y reconocimiento de los derechos de las personas LGBTIQ+, al considerar que estos colectivos sufren problemas de salud mental por sus identidades.

A través del decreto presidencial N° 009-2024-SA, que lleva la firma de la mandataria Dina Boluarte, se subraya una actualización del Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), que “el transexualismo, el transvestismo de rol dual, el trastorno de la identidad de género en la niñez, otros trastornos de la identidad de género, el transvestismo fetichista y la orientación sexual egodistónica” han sido consignados en el capítulo de problemas de salud mental en la cobertura de aseguramiento del país andino, a pesar de que la OMS excluyó la transexualidad de su manual de enfermedades desde hace dos años. Podría decirse que se trata de más tiempo, pues la CIE-11 fue presentada para su adopción por los Estados miembro en el 2019. El término transexual fue reemplazado por incongruencia de género, el cual está circunscrito a una condición relacionada con la salud sexual.

El decretó y la posición del Departamento de Salud desató críticas e colectivos de estas comunidades, sin embargo, el Ministerio de Salud emitió un comunicado contradictorio en el que sostiene que la diversidad de género y sexual no son enfermedades ni trastornos, pero no se retractan ni realizan una autocrítica. Justifica el decreto, aduciendo que es para “garantizar que la cobertura de atención sea completa en salud mental”.

Al respecto, Jorge Apolaya, vocero del Colectivo Marcha del Orgullo Lima, ha exigido al Ministerio de Salud que modifique dicha norma pues se apoya en un conjunto de normas que ya están en desuso. “La norma de por sí está desfasada y más bien deja una puerta abierta a las terapias de conversión, así como al uso de hormonas con fines de corrección de la homosexualidad, terapias que son consideradas una tortura por el derecho internacional”, señaló al periódico local “El Comercio”.