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La estrategia del Partido Acción Nacional para evitar el naufragio del 2012 es muy sencilla: podemos perder todas las elecciones, menos la principal. Y para evitar el riesgo, se atiende la estrategia secundaria: lograr la dilución institucional en los partidos para convertirlos en una especie de plastilina calentada con cuya maleable materia se puedan hacer alianzas de derribo; cualquier clase de maniobra, sin importar consecuencias posteriores.

Lo importante es frenar el ascenso (y eventual regreso) del PRI y concretamente de quien avanza al frente de la “caballada” tricolor”, el gobernador Enrique Peña, a quien se acusa por sus acciones y también por sus omisiones, por su aspecto o por su precepto, por un sí o por un no.

Si organiza foros analíticos y reflexivos con la participación de notables figuras del pensamiento económico, reuniones de calidad académica y política, malo. Se quiere quitar la reputación frívola. Si lo saludan las mujeres en algunas de sus giras de trabajo, peor. Véanlo, es un frívolo. Si habla es un parlanchín; si se calla, un mustio.

Sin embargo, mientras se hace o no se hace un ejército en su contra, Peña sigue con sus afanes cotidianos. Podría repetir aquello de don Francisco de Quevedo sobre la atención:

“…Si no siempre entendidos, siempre abiertos, o enmiendan, o fecundan mis asuntos…”.

Pero Peña lleva una agenda múltiple y eso exaspera a sus críticos.

Luego de que Jeffrey Sachs advirtiera de los riesgos en el golfo por el derrame irresponsable y ecocida de la British Petroleum (frente al cual el gobierno federal se queda en Babia), Peña sostuvo ayer una importante reunión con el secretario de la Defensa Nacional, el general Guillermo Galván Galván, para entregarle las instalaciones del 102° Batallón de Infantería cercano a la XX Zona Militar, emplazamiento éste cuya nueva ubicación quedará lista en septiembre.

Las instalaciones del ya dicho batallón están en el municipio de Tejupilco, vértice en el cual se encuentran Guerrero y Michoacán. zona mariguanera, dicen algunos. De contrabando maderero, dicen otros. De las dos cosas, afirman los enterados.

El general secretario Galván no sólo recibió las instalaciones del batallón cuya presencia en la zona inhibirá la actividad delictiva. Hizo además un reconocimiento pleno al gobierno estatal con cuya colaboración será posible garantizar la tranquilidad de la población en esa región.

Pero la entrega de esas instalaciones es parte de un todo en el cual se relacionan el Edomex y la Defensa Nacional. Los terrenos donde actualmente se ubica la XXII Zona Militar han quedado rodeados por la conurbación de Toluca, por lo cual serán reubicadas en el cercano municipio de Rayón.

La información oficial señala:

“El titular de la Defensa Nacional mencionó que la construcción de estas nuevas instalaciones obedece a la urgente necesidad que tenía la dependencia a su cargo de reubicar el cuartel general de la XXII Zona Militar, cuya matriz en Toluca confrontó serias limitaciones para la realización del quehacer castrense, y coincide con el proyecto que presentó el gobierno estatal para contar con un parque ambiental metropolitano que estimule la convivencia familiar y coadyuve al mejoramiento del medio ambiente del Valle de Toluca”.

Hace pocos días, con motivo de los allanamientos en Huixquilucan y los hechos ya conocidos en la zona cercana a La Herradura, las murmuraciones se desataron para insinuar disimulos o complicidades del gobierno estatal en cuanto al combate al narcotráfico.

Ayer, el secretario de la Defensa y el gobernador Peña caminaron por los mismos senderos y expresaron coincidencias notables en cuanto a la seguridad. Quizá la más importante haya sido señalar como máxima satisfacción para un soldado (o para un funcionario) la conciencia del deber y su cumplimiento en la tarea primordial de garantizar la seguridad nacional.

DECESO

Me informa el veterano compañero Roberto Rodríguez Baños sobre la muy lamentable muerte del periodista Edilberto Soto Angli.

“La ausencia de Edilberto —me dice— cobra singular importancia en este tiempo de canallas, en cuyo transcurso México tanto necesita de quienes, como él, han hecho suya la estafeta de los mejores mexicanos”.

TRANVÍA.

Solamente en esta ciudad puede pasar. Hurgan y escarban en la avenida Cuauhtémoc y, como en Insurgentes en su momento, aparece un tesoro: los rieles del viejo tranvía sepultados bajo el pavimento levantado. Y sobre ellos van a meter el concreto para el Metrobús.

¿No indicaría la lógica el retiro de esos kilómetros de acero bajo el suelo para destinarlos al tranvía turístico? Pues no, dejaría de ser el jugoso negocio de Alí Marcelo y sus 40 funcionarios…

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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