Fortalecido internamente con dos discursos memorables, “chango viejo no aprende maroma nueva” y aquel de “ponerse los pantalones de uso rudo”; Ernesto Cordero ha comenzado su campaña en medio de anticipaciones cuya denuncia le corresponde a sus adversario, si así lo consideraran.

La noche del lunes anterior, en el noticiario estelar de Televisa, Cordero dejó ver la empuñadura de su espada. Mostró las cachas de la pistola y lanzó tres amenazas aun cuando esencialmente haya sido una sola: el PRI no puede escapar de su pasado convertido en el presente de la inmoralidad (Mario Marín); el autoritarismo (Ulises Ruiz) y la irresponsabilidad (Humberto Moreira).

Pero ese no es un análisis. Ni siquiera un diagnóstico. Mucho menos una amenaza. No. Es el inicio de una estrategia a la cual llega el pre candidato panista después de tener acceso a la más privilegiada de las informaciones gracias al cargo al cual renunció hace apenas unas jornadas.

El pasado día once Cordero pronunció una pieza oratoria de cuyo contenido no parece querer apartarse: se puso los pantalones y externó su preocupación:

“…no por el PRI de antes, sino el de ahora… (por ) ese partido que al perder la Presidencia ni aprendió nada ni ha olvidado nada”.

Y de paso lagoteó a su patrono político y jefe, el presidente Felipe Calderón. No podía ser de otra manera. Son las formas heredadas de la vieja cultura. Llamó a sus correligionarios a difundir los logros del PAN“… con (el mismo) valor con el que se defiende al presidente Felipe Calderón y lo que hemos construido como opción de gobierno”.

La embestida de Ernesto Cordero contra tres ex gobernadores del PRI, uno de los cuales preside hoy el Comité Ejecutivo Nacional, no es asunto gratuito.

Queda inscrito en la tesis del propio presidente Calderón quien ha señalado la falta de compromiso de quienes desde sus territorios gobiernan insularmente al margen de los compromisos nacionales, especialmente en materia de seguridad.

El 4 de junio la prensa divulgó lo siguiente:

“El nerviosismo en el PRI por presuntos expedientes en contra de ex gobernadores podría no tener sustento, pues Marisela Morales, procuradora General de la República, afirmó ayer que no hay nada de eso.

—Sobre las supuestas investigaciones sobre algunos ex gobernadores, ¿es cierto esto, procuradora? —se le preguntó en Los Pinos.

—No; no sé de dónde es la información, porque no, es negativo, no, no.

— ¿Es negativa la versión?

—Sí, claro. Nosotros no tenemos ahorita nada—aseguró la funcionaria”.

Pero una cosa era no revelar la información acopiada pacientemente desde hace tiempo y otra, muy diferente, comenzar a utilizar esa información y esos expedientes precisamente a las pocas horas de la reunida del mejor informado de los miembros del gabinete presidencial.

Y si digo lo de mejor informado es por algo.

Si bien la fama del espionaje –la inteligencia–, la tienen las áreas relacionadas con Gobernación (especialmente el CISEN), la posibilidad de conocer a una persona por el revés y el derecho es más simple y sencilla por medio del Servicio de Administración Tributaria.

No en balde todos recordamos la historia de Al Capone (y no comparo al gánster de Chicago –pobre de él–, con Mario Marín) quien fue puesto en la prisión por sus mínimas evasiones fiscales en negocios lícitos. Los otros nunca le fueron comprobados.

Y si desde el gobierno cuenta un candidato con la aquiescencia para hurgar en los archivos (SAT, PGR, CISEN); cruzar información y con ella en la mano planear una estrategia de desprestigio, el platillo queda debidamente condimentado, hasta para un chef inexperto y balbuciente como Ernesto Cordero.

Si bien la presencia de Cordero en el noticiario para ofrecer sin los obstáculos de un interrogatorio agresivo sus planteamientos políticos no fue en sentido estricto un “destape”; pues eso ya había ocurrido cuando se presentó el grupo “Unidos con Ernesto”, en Guanajuato, sí fue ocasión para presentar una estrategia basada –hasta ahora— en amenazas bravuconas (o advertencias) contra el PRI y sus ex gobernadores.

Poco antes de salir del cargo de secretario de Hacienda, Cordero presentó una denuncia penal ante la PGR en contra de QRR por la contratación irregular de deuda en el gobierno de Coahuila y anunció otros procesos similares cuando se hubiera terminado de reunir la información necesaria “y tengamos evidencias de que parte de la deuda fue contratada de manera irregular ante las instituciones del sistema bancario mexicano».

Al parecer esa información, cuyo contenido debería ser manejado por la secretaría de Hacienda forma parte del arsenal político de Don Ernesto a menos de tres semanas del inicio del proceso electoral federal de 2012.

VOTO

Al terminar la comodona entrevista con López Dóriga mi voto quedó claro: si ese fuera el candidato del PAN, sin duda votaría por él. Por Joaquín, claro…

**Saludos a Irene Arceo y a “Tinta jarocha” por su primer aniversario en la edición escrita.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

Deja una respuesta