Hasta ahora no se había conocido un caso reciente de esas características: el Partido Revolucionario Institucional, como una entidad de interés público, no tiene facultades punitivas en lo judicial, pero sí puede aplicar correctivos disciplinarios en contra de cualquiera de sus militantes, tenga o no tenga fuero legislativo.

Y por esa estrecha rendija César Camacho autorizó el audaz movimiento para sacudirse y sacudirle al estado de Morelos, la incómoda presencia del “chivo en cristalería”, Manuel Martínez Garrigós, ex alcalde de Cuernavaca y responsable de tantas y tantas tropelías y desmanes como para no acabar con el relato de ellas en el breve espacio de esta columna.

Hace algunos meses, cuando Pedro Joaquín Coldwell era presidente del PRI, ya se comentaba en tonos de desastre la gestión del ex alcalde cuya candidatura al gobierno del Estado se veía como un chantaje inadmisible. La solución fue darle la candidatura a Amado Orihuela Trejo, quien a pesar de una significativa presencia en las zonas rurales del Estado, no pudo contrarrestar los años de presencia política del pertinaz Graco Ramírez.

Entonces se optó por entregarle a Martínez Garrigós (como encargado del despacho) una ruina, con la seguridad de su derrumbe final: el PRI de Morelos, la organización estatal más desorganizada del país, según el dicho de Pedro Joaquín.

Y además una candidatura para el Congreso Local. La alcaldía triunfante para Cuernavaca quedó en las manos de Jorge Morales quien fue el peor de los damnificados por la extravagancia financiera (de alguna manera se le debe decir al endeudamiento irresponsable) de su antecesor: más de mil millones de pesos en deudas.

La prensa local lo explicó de este modo:

“…En esas condiciones por lo menos en los siguientes cinco años (el municipio) sólo podrá disponer del 14 por ciento de las participaciones estatales para obras, ya que el 86 por ciento se destinará automáticamente al pago de la deuda.

“Jorge Morales Barud alcalde electo de Cuernavaca, explicó, «el 84 por ciento de las participaciones que llegan al ayuntamiento, están comprometidas, es decir que el 84 por ciento de esas participaciones van a parar a un fideicomiso, fideicomiso del cual se cobran los bancos acreedores y lo que sobra se lo dan otra vez al ayuntamiento”.

Pero hace cosa de un año, en febrero del 2013, otra noticia sacudió a la capital morelense:

“Giran orden de aprehensión al diputado estatal del PRI Manuel Martínez Garrigós y sus dos ex colaboradores en el gobierno local, así fue declarado en el Tribunal Unitario de Circuito.

“Manuel Martínez ex presidente municipal de Cuernavaca, el ex secretario municipal de dicho ayuntamiento, Rodrigo Gayoso Cepeda (hijo de la esposa del actual gobernador) y la tesorera de dicha administración, Araceli González Verazaluce, son responsables de violar la protección del ajusticia a favor de la empresa regiomontana, Promotora Ambiental La Laguna (PASA).

“Durante sus primeros meses como alcalde de Cuernavaca, Martínez inicio una cruzada contra dicha empresa con el fin de hacerla a un lado de servicio de recolección de basura, concesión que había sido otorgada por 20 años.

“La empresa logro el amparo de la justicia federal para no ser echada a un lado de su actividades, y que sus cobros no fueran frenados ,sin embargo Martínez logro ordenar el retiro del a concesión, pese al ordenamiento judicial”.

Pero así de tumbo en tumbo y de escándalo en escándalo, Martínez Garrigós ha llegado a un punto sin retorno, al menos por cuanto hace a su carrera política: expulsado del PRI, lo cual no es poca cosa. Ya de fincarle responsabilidades de otro orden, ya es cosa por indagar. Quizá lo cobije el manto de la impunidad, como en tantos otros casos. Pero en fin.

Así lo publicó el miércoles por la noche “El diario de Morelos”, uno de los actores políticos con las cuales siempre chocó el ex alcalde:

“El Partido Revolucionario Institucional, decidió expulsar de este organismo político a nada más que a Manuel Martínez Garrigós y Georgina Bandera Flores, ex presidente y secretaria general del partido en el estado de Morelos, respectivamente.

“En la resolución del proceso sancionador iniciado en su contra desde hace varios meses -que hoy mismo empezará a ser notificada a los interesados-, se acredita que los ex dirigentes hoy expulsados “incurrieron en actos y omisiones graves que atentaron contra la unidad ideológica, programática y organizativa del PRI”.

“De acuerdo con los expedientes de dichas resoluciones definitivas correspondientes a los procedimientos sancionadores número CNJP-PS-MOR-053/2013 y CNJP-PS-MOR-054/2013, iniciados a petición de la militancia en el estado de Morelos, se comprobó que ambos ex dirigentes afectaron el patrimonio de partido, al adjudicarse indebidamente bienes y fondos del mismo, por un monto superior a los 20 millones de pesos”.

La línea anterior amplifica las definiciones zoológicas de MMG. De “chivo en cristalería” lo vienen a echar como “rata”. Como diría mi querido Brozo: ¡Órale!

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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