Un reporte de expertos en criminología de la Universidad de Montreal, Canadá, revela que este grupo criminal encomienda a cada jefe de plaza la responsabilidad de negociación para después entregar cuentas; contadores del mismo grupo criminal se encargan de las transferencias de dinero a cuentas que les indican los funcionarios de municipios y estados en los que operan

A pesar de las fracturas que vive el Cartel de Sinaloa, organización criminal fundada por Joaquín “El Chapo” Guzmán, recluido desde 2017 en la prisión de máxima seguridad de ADX Florence en el condado de Fremont, en Colorado, así como la captura de otros líderes de esta grupo del narcotráfico, entre ellos Ovidio Guzmán, alias “El Chapito” en enero pasado e hijo de Guzmán Loera, el cártel ha mantenido sus operaciones sin cambios, con el trasiego de drogas con sus socios y con su sistema de corrupción en instituciones públicas en México, destaca un reporte de expertos en criminología de la Universidad de Montreal, Canadá y que destaca la organización InSight Crime, con sede en Washington y que monitorea e investiga amenazas para la seguridad nacional en América.

A través de una investigación titulada “Gobernanza de los mercados ilegales y grupos del crimen organizado: un estudio del Cartel de Sinaloa”, los especialistas, Valentín Pereda y David Décary-Hétu, subrayan que el Cártel que dirigió “El Chapo” Guzmán mantiene sin cambios su sistema de corrupción predecible, con el que fomenta interacciones continuas con dependencias públicas en México y también en acuerdos con instituciones políticas electorales.

El reporte subraya que el Cártel de Sinaloa en sus diferentes niveles de operación deja a cada jefe de plaza la responsabilidad de negociación para después entregar cuentas, de supervisar los pagos de los sobornos a las autoridades.

De acuerdo con el testimonio de Jesús Reynaldo Zambada (hermano de Ismael “Mayo” Zambada, uno de los altos mandos del cártel, aseguró que delegan el manejo de los sobornos rutinarios a contadores profesionales del mismo grupo criminal, quienes se encargan de las transferencias de dinero habituales a cuentas que les indican los funcionarios de municipios y estados en los que operan.

JESÚS ZAMBADA

Asimismo y de acuerdo con el nivel de jerarquía y el grado de responsabilidad con instituciones de más alto nivel, los líderes de alto rango del Cartel de Sinaloa supervisan personalmente que los tratos del grupo con funcionarios de dependencias federales se lleven a cabo y se cumpla con lo pactado.

La investigación refiere que de acuerdo con las declaraciones de Jesús Reynaldo Zambada, las relaciones sensibles con funcionarios de alto nivel en el gobierno ya son cosa de rutina y cita por ejemplo que líderes del cártel adoptaron nombres en clave para identificar a delegados regionales de la exProcuraduría General de la República (PGR), a quienes se nombraba como “Yankee”, mientras que para referirse al comandante de la desaparecida Policía Federal (PF) en Sinaloa se le identificaba como “Puma”, y así como esos motes cuando se mencionaba esas identificaciones los líderes del grupo ya sabían con quién habrían de dirigirse para manejar los acuerdos.

CONTROL

El estudio subraya que los acuerdos mediante sobornos no han terminado y son asuntos cotidianos con infiltrados en instituciones públicas de todos los niveles.

Los especialistas en criminología de la Universidad de Montreal aseguran que a pesar de que en las últimas tres décadas el Cartel de Sinaloa ha enfrentado duros golpes debido a intervenciones por operaciones de las fuerzas del orden, por rivalidades con adversarios y por conflictos internos, este grupo criminal se ha mostrado más fuerte que otros cárteles como el Jalisco Nueva Generación, del Noreste y La Familia Michoacana, al mostrar que tiene la capacidad de expandir sus operaciones dentro y fuera de México.

De acuerdo con información de fuentes oficiales del gobierno de Estados Unidos, en 2019 el Cártel de Sinaloa mantuvo control hasta en 60 por ciento del comercio ilícito de drogas en México, con lo que acumuló ganancias anuales por unos 3 mil millones de dólares.