Ya se han convertido casi 600 mil seres humanos (casi es antes o después), en pobre ceniza. 

Ya se sienten afectados por secuelas ignotas hasta hace un año los cientos de miles de enfermos de Coronavirus o Covid 19 como lo llaman algunos especialistas y se devanan los sesos quienes estudian la conducta humana y los efectos emocionales del encierro y el miedo, y a pesar de ello el gobierno  sigue con su errónea política de cuenta chiles y se opone con toda la vehemencia de sus mentiras a la aplicación de inmunizantes fuera de la mal llamada estrategia del Plan Nacional de Vacunación, triste carpa de remedios progresivos por edades y estamentos, coordinada por un merolico incrustado en el papel estelar de la bufonería presidencial como si en verdad supiera algo más allá de las interminables peroratas infructuosas o mejor dicho, fructíferas en contagios, incapacidades y decesos, razón por la cual lo han llamado “Doctor Muerte” aunque él prefiera –sin duda–, la inmejorable comparación con Mario Moreno de quien plagió la confusa y churrigueresca verborrea cantinflesca de su nombre de batalla: López Gatinflas, para servir a usted y obviamente al señor presidente quien me sacó de la mediocridad burocrática y me puso como estrella en la Feria del Libro de la Ciudad de México donde como un “rock star” de “cuarta región” (no confundir por favor con Cuarta Transformación), me he presentado a decir todas las mentiras del catálogo acumulativo guardado y enriquecido en los meses y meses de conferencias de prensa desde el Palacio Nacional, las cuales sirvieron para aturdir a muchos y ensordecer a otros, pero en este caso sus profundas disquisiciones sobre si los cubre bocas son prueba del egoísmo de las personas precavidas, cuando pudieron haber sido objeto de “conexión social para protegernos los unos a los otros”, ya raya en la estupidez, dicho sea esto con perdón delos estúpidos quienes ninguna culpa tienen de su limítrofe condición en tanto este embaucador profesional y engaña bobos, empezando por arriba y terminando por abajo, dice y hace estupideces con la venia presidencial a pesar de la demostrada incapacidad para la estrategia sanitaria según han dicho los expertos neoliberales seguramente de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana del mismo rubro, quienes nos miran con ,la enternecida piedad dispensada a los paisitos bananeros, y desde la altura de la ciencia nos dicen, mírenlos, pobrecitos, no han aprendido nada en estos dos años,  principio, mientras la catástrofe de los sesenta mil muertos es diez veces mayor de la prevista, con el agravante de una pasividad ciudadana espeluznante, porque nadie protesta por el muerto cercano ni a nadie se le ocurre atribuirle responsabilidades públicas a quienes hacen los planes públicos o como dicen los especialistas, las políticas públicas como si las hubiera privadas, y en este caso el Señor Presidente se enoja (bueno, él vive enojado y con la derrota de los Dodgers, más todavía) porque hay quienes desde su insignificante condición de viles ciudadanos, exigen una vacuna para sus hijos sin distinción de edad y al no lograrla dentro del Plan Nacional (un plan hecho a partir de nuestra penuria farmacológica; y la importación o recepción de regalos de los países serios, productores  de vacunas), tienen la osadía de ampararse, lo cual es poner la potencia  de la ley en favor del derecho de las personas, y eso enfurece al presidente quien anuncia controversia por el caso de esos amparos, ante los cuales se inconformará y pondrá recursos, cómo si no fuera más simple vacunar a todo el mundo, sin selecciones arbitrarias ni clasificaciones electoreras, y si no hay vacunas para todos, pues a conseguirlas, porque para eso es el dinero, y de metálico estamos sobrados, pues se lo andamos regalando a salvadoreños y guatemaltecos (hasta  gastamos platales en comprar macanas para los rompehuelgas de Dos Bocas), porque a eso se reduce todo su “encaboronamiento”, a no perder un solo distrito y si fuera posible ni una sola urna o casilla, como siempre nos ha dicho, porque sólo con la victoria total se alcanza la victoria, y en eso se parece mucho al Che Guevara con una diferencia fundamental, porque el argentino (no se es argentino de balde), era un simple “Che chico o Chicoché”, para hablar de amigos y conocidos, y sin Fidel Castro junto o sin Fidel para darle órdenes, quiso convertir el mundo entero en Santa Clara y se fue a hacer una guerrilla planetaria para ir a perecer en un villorrio miserable en la miserable Bolivia, lo cual es de verdad poco heroico para quien quiso hacer en el mundo uno, dos, tres, muchos Vietnam y no tuvo tiempo para ver cómo ahora en las tiendas de Wall Mart por todo mundo, se venden camisas hechas en Saigón,  vaya cosa esa de la globalización, y si la foto del Che se hizo camiseta para estudiantes del CCH, fue gracias a una foto editada antes de la existencia del photoshop y tomada en un entierro por el magnífico Alberto Korda quien hasta su muerte vivió en La Habana, protegido por el régimen cuyo nacimiento atestiguó con una camarita Leika sobreviviente del tiempo y con la cual pudo tomarle (yo estaba con él)  fotos al Sagrado Corazón. de Jesús, del tamaño de un edificio, junto a la silueta de aquel icónico retrato de Guevara, como todos sabemos; pero hay algo ignorado por muchos de nosotros, ¿porque la cuarta transformación trae pleito casado con la lógica, si sus fines, propósitos y reivindicaciones se pueden alcanzar sin torcer ni la ley ni la inteligencia?, pero eso es algo ignoto, misterioso, oscuro y escondido en las sombras del tiempo.


Te recomendamos:


Rafael Cardona | El Cristalazo

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

Deja una respuesta