Sobre el tablero del ajedrez se desplazan con favorable auspicio y viento futurista las piezas de Ernesto Cordero por ahora todavía alfil del Presidente de la República en el juego interminable de la política en este año de inminentes definiciones y decisiones.

Juan Molinar (por fin los padres de la guardería ABC lo vieron fuera del gabinete) se marcha al PAN y se apresta a explicarles el silabario a Gustavo Madero y a Cecilia Romero.

Maestro, a fin de cuentas, el señor Molinar, deberá recordar frente a sus nuevos discípulos aquella frase hoy tan en boga: lo que natura non da…

A partir del viernes pasado el presente ya no representa tanta importancia. Ya no tiene mucho caso guardar esperanzas para lo inmediato. El mensaje calderonista de Año Nuevo canceló toda posibilidad de cambio en cualquier estrategia (económica, política o de inseguridad) mientras el anuncio de los cambios en la alta burocracia, suenan como una clarinada partidista y no como un real ajuste del aparato público.

Felipe Calderón, en su papel de mandamás del PAN le ordena al jefe de Ejecutivo, Felipe Calderón, mover a sus empleados en el gabinete y orientar el aparato público bajo el rimbombante lema panista de la patria generosa y ordenada.

De otra forma no se entienden estas llamadas de claro tinte electoral con las cuales se presentan los cambios:

“Se trata –dice el dual presidente–, de que las políticas públicas beneficien a los mexicanos sin distingo alguno y que permitan a nuestra Nación ser la Patria justa; la Patria ordenada y generosa que está destinada a ser, proveyendo a los mexicanos una calidad de vida mucho mejor”.

En ese sentido y mientras el enésimo gasolinazo entra en acción, el responsable reafirma el rumbo y con esa convicción –las cosas no son como son sino como yo las nombro–, no se avizoran ni mejores resultados ni diferentes estrategias. Cuando mucho alejar la orilla del abismo mediante el viejo procedimiento de caminar hacia él de espaldas para no mirarlo.

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“No tenemos cadáveres en el closet”, dice Ernesto Cordero cuando hace un corte de caja y nos habla de la fortaleza de las finanzas públicas, del orden económico, de la certeza crediticia y el poderío de nuestras reservas cuyo destino nunca se discute, horas antes de ver cómo sus subsecretarios José Antonio Meade y Dionisio Pérez Jácome se van a sendas secretarías desde donde se manejará el futuro político nacional y hozarán hasta engordar ahítos de trufas los “cochinitos”.

Pues será el único lugar de la patria donde no haya cadáveres. El resto, 30 mil o más de ellos se pudren en fosas comunes o henchidos cementerios.

Apenas ayer sabíamos de la peor decapitación masiva en los tiempos recientes ocurrida en el puerto de Acapulco, donde hace apenas una semana el propio presidente se deleitaba con un espectáculo de fuegos de artificio sobre la bahía. Ahora el fuego no fue pirotecnia.

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Cambios anunciados el viernes por la tarde noche, y cuyas filtraciones y divulgación mediática vespertina opacaron el sonido de los tambores triunfales allá en Insurgentes Norte donde Humberto Moreira (con Cristina Díaz como secretaria general) camina a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional.

“Nuestro esfuerzo será –dice HM– trabajar por la unidad del Partido, será trabajar para que en ningún momento nos gane la confianza, será trabajar para llegar a cada rincón de la patria, será trabajar para lograr construir la estructura más fuerte, más sólida que nos lleve al triunfo electoral en el 2012, será trabajar también para darles a todos los mexicanos el México que queremos, un México de empleos, un México donde podamos salir en paz a las calles”.

Salir en paz a las calles, dice el heredero de Calles.

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Pero en el Partido Acción Nacional no todo es miel sobre hojuelas. Mientras un ex presidente, Manuel Espino es echado a la calle de mala manera (así se prenda desesperado del marco de la puerta); otro sale del círculo íntimo (si alguna vez perteneció a él) sin destino conocido aun cuando algunos lo ubiquen si las cosas tiran para mal, como el testimonial candidato panista en el estado de México, donde ya fracasó una vez.

No todo le sale bien al Presidente Calderón. No es lo mismo subir a bajar a sus colaboradores; adelantar sus peoncitos o mover alfiles y caballos. Su dolor de cabeza, ese caballero de nombre Enrique y Peña Nieto de apellidos, se le sigue atravesando en la garganta. Le bloquea la traquea. No lo traga.

Si en un momento envió a César Nava a ofrecerle un pacto anti aliancista en el estado de México a cambio del respaldo parlamentario para sus inconclusas e insuficientes reformas para negarlo antes del canto del gallo, hoy su históricamente riesgosa apuesta por las mancuernas con la parte domesticada del PRD, sufre un revés mayúsculo.

Si Peña se le atraganta, Andrés Manuel francamente se le presenta como una fobia. Todavía en una entrevista con XEW se sigue refiriendo a la izquierda intransigente y violenta.

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Marcelo Ebrard quiere venderle hule a Mr. Rhodes (ese notable capitalista por cuya industria llantera, como todos sabemos, se inventó un país africano llamado Rhodesia) y se adelanta en la presentación de Alejandro Encinas quien primero con titubeos y después leyendo el “tele-prompter” de AMLO, rechaza las alianzas con la derecha.

En este sentido valga una digresión sobre la figura política (no la personal, pues esa no tiene importancia pública) de Alejandro Encinas.

Encinas ha construido una imagen de diplomático de la izquierda. Cuando viene a cuento y cuando no, exhibe su pasado como miembro del Partido Comunista como si eso fuera prueba de algo. Eso nada más nos dice; el señor perteneció a una antigua organización hoy borrada del mapamundi. Nada más.

Después se nos explican sus méritos y características.

“Como casi nadie –dijo un columnista de cuyo nombre no quiero acordarme–, Alejandro Encinas encarna los mejores atributos de la izquierda nacional. De sólida formación marxista (pero sin fundamentalismos), ha sabido administrar la fidelidad a sus convicciones ideológicas con el respeto a las instituciones y la contradictoria lealtad al popular, autoritario y profundamente antidemocrático Andrés Manuel López Obrador”.

Además del auxilio de un traductor el párrafo anterior necesita algo más.

Encinas ha tenido un desempeño público de enorme pobreza, siempre en el papel de servidor (hay sinónimos pero la mayor parte de ellos guarda connotación peyorativa). Nadie puede explicar cómo se combina el “respeto a las instituciones” con el auspicio desde ellas al asalto callejero del Paseo de la Reforma emprendido por su jefe y patrón, el mismo por cuya orden puede emprender hoy una campaña electoral cobijada por imaginarias consultas y plebiscitos amañados.

Encinas no satisface los requisitos de vecindad en el estado de México. En abril del 2009, el Partido de la Revolución Democrática, para darle una diputación por la IV Circunscripción, presentó al IFE la documentación probatoria del requisito de residencia en el Distrito Federal.

Imposible entonces cumplir con lo dispuesto por los artículos 23 y 68 de la Constitución mexiquense. Pero en este país donde todo es negociable tampoco Andrés M. López O., cumplía en su momento con las condiciones de residencia en el DF y Ernesto Zedillo operó en favor del disimulo. Y ya sabemos lo demás.

Alejandro Encinas ha saltado de puesto en puesto siempre al amparo de López. Por él se hizo secretario de Ecología cuando perdió la elección en Álvaro Obregón; por él se hizo Jefe de Gobierno (interino, como Rosario Robles) y por él ha sido contendiente a la presidencia del PRD (lo vencieron Chucho y el Tribunal) y también por su influencia ahora es precandidato al gobierno del estado de México donde ya “jugó” una vez con los mismos resultados de siempre. Perdió.

Ya no tiene caso ahora recordar el estrepitoso ridículo de haberle dado asilo a un prófugo en su oficina de San Lázaro. De eso se van a encargar los jilgueros opositores.

Por lo pronto ya circulan los chistes: Julio César Godoy va a ser el coordinador de su campaña. Bueno, cuando lo encuentren.

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No lo sabíamos pero gracias a las clases de historia del Presidente Felipe Calderón ahora nos enteramos de la expropiación de Petróleos Mexicanos. Encarrerado en el tobogán de la oratoria, el presidente elogió el desempeño de la señora Georgina Kessel al frente de la Secretaría de Energía. Y dijo:

“Gracias a su esfuerzo, fue posible sacar adelante, entre muchas otras cosas, la Reforma al Sector Energético que fortaleció a Petróleos Mexicanos, la reforma más importante en este sector, quizá, desde los años 60, o incluso desde 1938, cuando fue expropiada la paraestatal”.

Sabíamos de la expropiación de las empresas extranjeras y la nacionalización de la industria petrolera, pero no de la expropiación de ninguna “paraestatal” en el lejano 1938.

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Llegan noticias de Veracruz:

Por considerar infundados los agravios del Partido Acción Nacional (PAN), la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación Xalapa del Tribunal TEPJF confirmó la resolución del Consejo General del Instituto Federal Electoral (CGIFE) que declaró nulo el procedimiento especial sancionador contra Fidel Herrera y el PRI, por expresiones que supuestamente denigraron y calumniaron a César Nava, entonces dirigente panista.

“En su momento, el CGIFE determinó que ni Herrera Beltrán era candidato a ningún cargo electivo, ni sus expresiones llamaron a votar a favor o en contra de algún contendiente, por lo que no podían considerarse como propaganda electoral”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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