Mucha agua ha pasado por debajo del puente de la izquierda desde 1938. Mucho se han movido, por tanto, las ruedas del molino, tanto como para ahora olvidar las invocaciones morales de algunos de los empeños del general Lázaro Cárdenas, por ejemplo.

Si en 1938 el pueblo inocente y débil debía ser protegido por el Estado para no caer en las garras de los apostadores profesionales, tahúres y dueños de casinos, hoy las ciudades estadunidenses dedicadas al juego, las apuestas, legales e ilegales, y sus conexas e inevitables  actividades de tráfico de drogas y personas (o nada más de prostitución), son puestas como modelo de hacia dónde debemos dirigir los cambios transformadores de la cuarta etapa de nuestra historia.

Recordemos:

“La prohibición para instalar y operar casinos en México data del 24 de junio de 1938, cuando en un Decreto, el entonces Presidente Lázaro Cárdenas ordenó su abolición, aduciendo que, por su propia naturaleza son focos de atracción del vicio, de mafias y explotación por parte de apostadores profesionales.

“Sin embargo, el Ejecutivo Federal a través de la Secretaría de Gobernación, tiene (sobre todo tras una ley promulgada por Miguel Alemán, en el movimiento pendular tradicional hacia el extremo opuesto), la facultad absoluta y discrecional de autorizar los juegos con apuestas o prohibidos.

“En este trabajo se definió a los casinos como establecimientos abiertos al público en el que se realizan juegos de azar con apuesta, de conformidad con una licencia expedida por la Comisión de Juegos, Sorteos y Casinos.

“Algunos juegos que se pueden practicar dentro de los casinos son los siguientes: la ruleta, los dados, las cartas y los naipes, la rueda de la fortuna (ruleta) y las máquinas tragamonedas.

“…Si se aprueba la instalación y operación de los casinos en México, el Ejecutivo Federal a través de la Secretaría de Gobernación, tendría la facultad de regular esta actividad. Para apoyar a la SEGOB se crearía una Comisión, que sería un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría, con autonomía técnica y operativa.

“La Comisión tendría entre otras funciones regular, autorizar, vigilar y controlar la actividad relacionada con los casinos”  (2004 Reyes Tepach).

Visto así  un gobierno prohibía y otro simulaba cumplir con la ley.

Obviamente los supuestos de este analista, publicados en un análisis de la Cámara de Diputados de ese año, no son ya materia de análisis o reflexión: son hechos consumados y en México, los casinos funcionan  con toda normalidad.

Lo extraño es la innovación de las ciudades del juego como ejemplos aspiraciones de nuestro país,  para (entre otras cosas), revertir la conducta delictiva. En ese marco de análisis nos deberíamos tomar la molestia de releer estas líneas de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública:

“¿Qué ofrecer a los delincuentes para que dejen de delinquir? En primer lugar, un aumento en la esperanza de vida: los integrantes de las organizaciones criminales suelen morir jóvenes (el promedio de vida de un joven que ingresa a la delincuencia organizada es de seis meses) y de manera violenta. Ensanchar las perspectivas de la existencia resulta una posibilidad que casi todo mundo ambiciona. En segundo lugar, la posibilidad de llevar una vida tranquila y sin sobresaltos; en tercero, la posibilidad de que encabecen negocios legales y regulares.

“En cuarto, alcanzar la respetabilidad social. Ésta es la manera en la que actuó el gobierno de Estados Unidos en los años treinta del siglo pasado para acabar con las mafias que asolaban sus ciudades.

“De ese proceso surgió la bonanza en Atlantic City, Las Vegas, Miami…”

La bonanza de Atlantic City resulta ahora un mito genial. Hasta Trump quebró su enorme casino.

La única pregunta es si las mafias estadunidenses se acabaron o simplemente cambiaron de piel y nos ofrecen la otra cara de la utopía.

OAXACA

El gobierno de Oaxaca se sumó, como líder internacional,  al organismo “Partners for Review”, del cual ha sido declarado subsede nacional, y es la primera entidad en someter a revisión permanente  su Plan Estatal de Desarrollo para ajustarlo a los lineamientos de la agenda 2030, en los 17 puntos planteados por la Organización  de las Naciones Unidas.

Entre esos puntos destacan algunas metas como la Erradicación de la Pobreza, el “Hambre cero”, la integralidad de los servicios de Salud y Bienestar; la igualdad de Género y la operación  de Ciudades y Comunidades Sustentables.

Para el seguimiento de tales objetivos se han instalado en todo el estado, quinientos cuarenta y siete consejos de Desarrollo Municipal.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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