El populista mandatario insiste en que su reforma al Poder Judicial “urge” y minimiza la caída del peso frente al dólar
Chantajista y adoptando su característica expresión vengativa, al anteponer su interés personal sin tomar en cuenta las acciones de quienes considera sus adversarios y enemigos, el populista presidente Andrés Manuel López Obrador subrayó este martes desde el púlpito de Palacio Nacional, que la reforma al Poder Judicial va, ya que es un tema urgente, -para él- pues sin pruebas contundentes más que sus dichos dice que hay corrupción en el sistema de justicia, por lo que sin importar si su posición absurda empatan el arribo de inversionistas, minimizó la depreciación que ha registrado el peso desde la semana pasada por el nerviosismo de los mercados.
Dueño del escenario, desde donde le gusta como actriz de telenovela acaparar los reflectores, López Obrador dijo que respecto a los plazos para la aprobación de la iniciativa para aprobar la reforma al Poder Judicial, con la que que propone que jueces y magistrados sean elegidos por votación popular, refirió que él tendría disposición de decir que no hay necesidad de que se apruebe en septiembre, pero insistió en que hay mucha corrupción en el Poder Judicial, tanto de la delincuencia organizada como por la de “cuello blanco“.
Como es tradicional en sus talk show matutinos, para ganar tiempo y seguir siendo el foco de atención, citó ejemplos como los casos del exgobernador de Chihuahua, César Duarte y del narcotraficante Rafael Caro Quintero, de quienes señaló que jueces actuaron por intereses para beneficiar a estos personajes en sus fallos ante la justicia para exonerarlos de delitos, y arremetió contra la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, sobre un presunto trato “en los oscurito” que tuvo con el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno.
El mandatario sólo ve lo que quiere ver, ya que ya se le olvidó cuando aseguró que cuando el ministro Zaldívar fue presidente de la SCJN, él aseguró habló con el entonces magistrado para tratar de influir en algunos casos para cambiar lo que marca la ley para aplicar lo que él ordenaba por un interés personal y de terceros, acciones que hacen cómplice al populista mandatario como uno de los principales incitadores a la corrupción, pero de esto no mencionada nada.
Respecto a la caída del valor del peso frente al dólar, el huésped de Palacio Nacional minimizó el hecho y como AMLO siempre quiere tener la razón aunque esté a años luz del razonamiento para entender lo que pasa en el entorno económico nacional y mundial, lo atribuyó a los especuladores, pero aseguró que a partir de que se apruebe su reforma habrá jueces honestos (improvisados y sin experiencia, vea el caso Lenia Batres, a la que le tienen que corregir la tarea en la SCJN) que garantizaran un Estado de derecho, y que es eso lo que quieren los inversionistas.
El populista jefe de Estado exhibió una gráfica sobre la cotización del peso y apuntó que este lunes 10 de junio estaba en 18.24 unidades por dólar, y señaló que en el balance, desde que empezó su sexenio, la moneda mexicana se ha fortalecido más de 10%, y dijo que “sí aguantamos y aguantaríamos más”.