Quizá sea por los ejemplos más altos en la lucha social o posiblemente por el relativo orgullo de haber paralizado una y otra vez algunas ciudades “sin romper ni un solo vidrio”, pero el Señor Presidente les ha conferido una dudosa responsabilidad a quienes –de seguro–, harán mañana un infierno (o por lo menos un desmadre); pórtense bien.
Pues si se quisieran portar bien, no jugarían al mini-terrorismo urbano, a la violencia o el embozo incendiario. Los métodos del vandalismo tolerado en la ciudad de México, no guardan relación ni con las movilizaciones políticas ni con el civismo urbano.
Las peticiones del Señor Presidente y sus reflexiones sobre los hechos inminentes son –por decir lo menos–, una justificación anticipada de la irresponsabilidad de la autoridad capitalina, cuyas fuerzas del orden no son capaces de hacer algo frente al desorden. No importa cuánta confianza le tenga él; esa se la deben tener los ciudadanos, no el jefe político. La paz pública, alguna vez invocada, es un sueño burgués frente a los tolerados aullidos del anarquismo.
Ahora, si la convocatoria cuyas líneas repetiremos más abajo es admitida, estaremos ante una segunda edición de Francisco de Asís frente al lobo de Gubia, el terrible lobo.
“…Llamamos a los manifestantes a que se actúe de manera pacífica y responsable. Si queremos protestar para que no haya actos autoritarios de prepotencia, que fue lo que llevó a la represión del 2 de octubre del 68, tenemos que actuar por la vía pacífica, todos tenemos que decir: No a la violencia y llamar a todos los que deseen manifestarse, que lo hagan de manera pacífica, están garantizadas las libertades, el derecho de manifestación.
“No somos un gobierno represor, nosotros surgimos para que nunca más se reprima al pueblo, que nunca más sucedan hechos tan lamentables como la represión del 2 de octubre del 68 a los estudiantes. Nosotros llegamos aquí para que no se repitan esos hechos, este no es un gobierno autoritario.
“Por lo mismo, pedimos que nos ayuden y que la manifestación sea pacífica, que no se afecten comercios, que no haya violencia, que se cuide al patrimonio histórico, que se actúe como lo hicieron en su momento Gandhi, Mandela, Martin Luther King y otros luchadores sociales”
Aquí una apostilla: sinceramente, Don Mandela y señores, yo les ofrezco una disculpa si se usa su nombre en vano. Seguimos
“…Y pedirles a todos los participantes que nos ayuden para que, si se infiltran provocadores, los aíslen y los mantengan separados. Nosotros, que venimos de oposición, sabemos de cómo se puede evitar que actúen provocadores: con organización, bastante organización de los manifestantes.
“…Va a haber cuidado, vigilancia sin represión…”
La verdad resulta muy peligrosa la maniobra de aislar y separar a los provocadores (me hace usted el favor de orillarse a la orilla, señor provocador), porque estos siempre actúan armados (palos, lanzallamas, piedras, puntas, boxers, etc). Supuestamente el resto de los manifestantes no lo están; pero implica una confrontación entre los “rudos” y los “técnicos”, la, cual, puede tener graves consecuencias.
Además, implicar a los ciudadanos en labores de seguridad en un episodio de control de masas, es una subrogación de responsabilidades y funciones, arriesgada parea todos.
“—Sí, invito, incluso a los ciudadanos –dice el discurso presidencial–, a que ayuden, invito a que se apoye un plan que tiene la jefa de gobierno para que se hagan cordones con ciudadanos que procuren la paz y que se evite la violencia.
“…Vamos a tener vigilancia. Les adelanto, no vamos a caer en ninguna provocación, nada de dar excusas a quienes buscan eso, provocar; están queriendo que haya choques, no lo van a conseguir, no lo van a conseguir.
Y repito, esas actitudes no son de izquierda, son de derecha. El que participa en eso no está en favor del pueblo ni de las causas justas, está a favor de la opresión y el autoritarismo, incluso están a favor de los explotadores los que participan en actos de violencia, le están haciendo el juego a los conservadores y no vamos nosotros a caer en esa provocación.
“Y sí va a haber vigilancia para los ciudadanos, los comercios, los edificios históricos, sin violencia…”
Y como remate:
“…Van a llevar a cabo un plan con ese propósito. Y que nos ayuden, ustedes (los medios), nos pueden ayudar muchísimo.
“Ustedes saben cuándo actúan llevan a cabo un acto, un destrozo, y ahí van todos los medios, porque eso es lo que quieren, es propaganda… “