Adios a Garmabella*.
No pudo ser en ningún otro sitio.
Coahuila es una de las zonas más importantes de la paleontología mundial; allí se han hallado restos únicos de especies remotas no visibles en ninguna otra latitud, como el “Coahuilaceratops magnacuerna” o el “Velafrons coahuilensis”; en sus museos yacen saurios magníficos de agua y tierra, cuyas osamentas petrificadas parecieran esperar el nuevo soplo para resurgir con el poderío de la vida.
Por eso en esas tierras Humberto Moreira ensaya con motivo de su Quinto Informe de Gobierno, la expresión unificada del Partido Revolucionario Institucional, fuera de su derrotada vitrina de dinosaurio desvencijado y pega el grito de guerra: quiero un PRI invencible en el 2012.
“…Quiero ser presidente del PRI… no por necedad ni por poner una palomita más en el currículum. No. Quiero fortalecer a la organización del partido, para estar cerca de las bases, para revitalizar al partido, para que ganemos, que seamos invencibles en 2012… Voy a defender a mi partido y a los priístas” y hasta de ellos mismos, proclives como son a las divisiones y conflictos: “aquí lo vamos a evitar. Tenemos puestos los ojos en el 2012, tenemos que ganar la elección, tenemos que ganar además la confianza de la gente y construir un proyecto social de gobierno de la gente del cual el partido sea el supervisor”.
Y obviamente esas consideraciones políticas y el poderío de toda una asamblea de (22) gobernadores y dirigentes y líderes camerales y personajes de la política tricolor dejan en segundo lugar sus magníficos datos sobre empleo, desarrollo social, primer sitio nacional en crecimiento económico; salud, obra pública y demás, con los cuales muestra el mejor gobierno coahuilense de los años recientes.
–Eso no fue sólo un informe de gobierno, me dijo un amigo en el aeropuerto: fue la verdadera Asamblea del PRI.
Mientras tanto en otros rumbos de la geometría política, como decía López Portillo, la unidad no se logra ni siquiera en apariencia. El “juego democrático interno” es el perfecto disfraz para la lucha de las facciones y la intención de mermar el poder presidencial en el último tramo (ya hablan y escriben ellos mismos del “post calderonismo” en tono funerario), especialmente por los yerros monumentales en las dos designaciones anteriores.
El presidente de la República tiene abiertos varios flancos abiertos en la extraña relación con su partido. Ya no se diga en su gestión de gobierno.
Por una parte son cada vez más frecuentes las impertinencias de su antecesor quien un día le censura su política anticrimen (a estas alturas su única política) y lo obliga a recordarle al entrometido su omiso pasado (así sea con la saliva al cielo) y en la jornada siguiente lo manda al grupo de quienes se creen la mamá de Tarzán.
No importa si Vicente Fox quiere después aclarar las cosas con agua enlodada: no se lo dije a él, se los dije a todos. Sí, pero a él también.
Por otro lado la existencia de señales cruzadas, primero para mover el carro en la dirección de Gustavo Madero y después en favor de Roberto Gil mientras el resto de la caballada se agita en los corrales y piafa emberrinchada por la decorativa posición en la cual los han colocado.
Blanca Judith Díaz impugna el registro de Gil y Gil ve cómo en los diarios, seguramente con información obtenida en la Secretaría de Gobernación, se publican sus extrañas condiciones de doble nacimiento, una vez en Oaxaca y otra en Chiapas, imposible fenómeno de ubicuidad respaldado sin embargo con documentos oficiales con letra de su puño.
Pero como dijo el licenciado Galileo: y sin embargo, se mueve.
Los conflictos llegan al peor de los extremos: deben ir todos los aspirantes a suceder a César Nava cuya nerviosa sonrisa no lo aleja de los linderos del fracaso final, a un “team back” a Los Pinos con lo cual queda absolutamente claro dónde se resuelven los asuntos del Partido.
El jefe del Estado en papel de conciliador, distribuidor de posiciones y árbitro al menos de la contienda de quien a esas horas debería estar celebrando la muerte del Tony Tormenta, macabro y peligroso individuo del cual hablaremos más adelante o medianamente preocupado por los bloqueos e incendios en su tierra michoacana derivados de la captura de un par de siniestros delincuentes. Ese fue el verdadero “michoacanazo”.
Por lo pronto, les exigen a los distinguidos militantes y aspirantes dejar en paz a la sin hueso, cerrar el pico y no hacer declaraciones, con lo cual, la disciplina partidaria se torna algo así como una reprimenda a la hora del recreo, mientras el ex jefe nacional, Manuel Espino, activo cuando Felipe Calderón ganó la presidencia mira cómo se deshacen a dentelladas quienes lo quieren echar a la calle. Y se ríe.
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En México la guerra electoral desata pasiones, emociones e incompetencias diversas. El Instituto Federal Electoral actúa incompleto pero ufano ante su capacidad de parchar el Consejo General mientras en la Cámara de Diputados resulta imposible designar a tres señores o señoras para ocupar los asientos vacíos en el cenáculo privilegiado de la dorada burocracia neodemocrática. Como si se tratara de hallar a tres genios o tres premios Nobel.
Los partidos fuertes en la Cámara no han podido hallar siquiera tres representantes suyos. Y después nos hablan de la construcción de acuerdos ante la urgencia de las grandes reformas. Perezosos e incapaces, cuando no cosas peores.
La diputada Josefina Vásquez Mota, coordinadora de la fracción panista, a quien este redactor ha señalado como parte de esta monumental ineptitud, envía algunos datos a cuya publicación estoy obligado. Dice haber buscado el consenso para lograr un Consejo General menos vulnerable (esa es su explicación), y con eso justifica el corrimiento del plazo. Se apoya en una laguna legal para rechazar cualquier interpretación de violación constitucional como consecuencia de este atraso.
Veamos sus argumentos:
“1.- Tanto la Constitución como la Ley Orgánica del Congreso no establecen fecha exacta para la elección de los nuevos consejeros, pero lo faculta para realizar el procedimiento y la convocatoria.
“2.- El artículo IV transitorio Constitucional establece cuándo deberán concluir en su encargo los tres Consejeros electorales (30-oct-10), pero no señala fecha exacta para elegir a los nuevos consejeros.
“3.- La convocatoria, aprobada por el Pleno de la Cámara, en su numeral VII establece: Los Grupos Parlamentarios, a través de la Junta de Coordinación Política, determinarán por el más amplio consenso posible y atendiendo a las consideraciones y recomendaciones que establezca el Dictamen de la Comisión de Gobernación, la propuesta de los nombres de los tres candidatos a Consejeros Electorales del Instituto Federal Electoral, para el periodo del 31 de octubre de 2010 al 30 de octubre de 2019. Así, no hay una fecha exacta y legal para elegir a los nuevos consejeros.”
Con base en esas consideraciones, donde lo legal juega en contra del sentido común y la lógica, pues la fecha para designar sustitutos de quienes se van debería ser la misma del día de la ausencia, como resulta obvio, esta columna propone entonces y visto lo innecesario de tales consejeros, extender el plazo hasta el infinito, al fin y al cabo los diputados han desafiado la física moderna y han sacado de este universo temporal al tiempo mismo con la fantasía esa del “reloj parlamentario”, invención ante la cual Lewis Carrol se habría quedado mudo con todo y Alicia, la liebre y el sombrerero.
-¿En qué se parece un cuervo a un escritorio?
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El jueves pasado el Presidente, en una reunión con elementos de la II Región Militar en Mexicali, Baja California, el presidente les dijo a los soldados: “La defensa de nuestra libertad, la defensa de nuestra seguridad, la defensa de nuestro México, que se ve amenazado, precisamente, por quienes amenazan seguridad y libertad, es la razón por la que estamos decididos a avanzar y avanzamos en esta lucha y habremos de perseverar en este esfuerzo hasta alcanzar las condiciones de seguridad que México merece y que queremos heredar a nuestros hijos”.
También advirtió en el diálogo por la seguridad allá sostenido, y con ellos nos advirtió a todos sobre lo inútil de albergar esperanzas de éxito completo o al menos cercano:
“Porque estamos comprometidos con resolver, y resolver de fondo este desafío para México, que si bien no se ha construido súbitamente ni tampoco puede resolverse en el corto plazo, sí era hora de enfrentarlo y la buena noticia es que lo estamos enfrentando…”
Por eso debe haber sido como lluvia refrescante la noticia del viernes por la noche: mataron al “Tony Tormenta” en Matamoros, donde la Marina Armada le cambia el nombre al pueblo y lo denomina “Matanarcos” y abate al terrible traficante por cuya cabeza la DEA, ofrecía cinco millones de dólares tal en otros tiempos el gobierno americano hizo con Pancho Villa.
Pero el tal Ezequiel Cárdenas Guillén nada tenía de revolucionario y si mucho de asesino inclemente y despiadado, tanto como quienes asesinaron después de torturarlo a Mario González, hermano de la ex procurara de Chihuahua, Patricia González.
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A partir de mañana la ex diputada juarense (II distrito), Lilia Merodio se hará cargo de la representación del gobierno del estado de Chihuahua. Fiel colaboradora de César Duarte desde los días de la LX Legislatura, donde fue vicecoordinadora del grupo parlamentario.
La licenciada Merodio es una incansable promotora de los derechos de las mujeres y a su paso por la política mucho ha hecho por buscar el restablecimiento de la justicia y la paz en Ciudad Juárez y en general en el estado.
Una inmejorable decisión del gobernador César Duarte.
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*Compartimos la redacción, el micrófono, la tarde y el tendido; recorrimos plazas y tabernas; mesas y periódicos. Caminamos juntos la calle de López y comimos con Juan Orol en el Centro Republicano. Bebimos, cantamos y reñimos por la lentitud de una muleta o la calidad de un torero. Fue mi amigo, se llamó José Ramón Garmabella (o así quiso llamarse, pues) y hoy le deseo un eterno y pacífico reposo.