Por medidas de seguridad también fue cerrado el balneario geotérmico de Blue Lagoonde, cercanmo a la ciudad de Grindavik

Luego de varias semanas con actividad sísmica constante en el suroeste de Islandia, un volcán de la zona entró en erupción en la península de Reykjanes, lo que obligó previamente a desalojar a unas 4.000 personas de la ciudad pesquera de Grindavik, además que por motivos de seguridad se cerró el balneario geotérmico de Blue Lagoon, cercano al sitio, destacó la cadena británica BBC.

La erupción del coloso comenzó al norte de la ciudad a las 22:17 horas locales, según informó la Oficina Meteorológica de Islandia.

La región que rodea la capital, Reikiavik, experimentó un aumento de la actividad sísmica desde finales de octubre.

La Oficina Meteorológica dijo que la erupción se localizó a unos 4 kilómetros al noreste de Grindavik y que la actividad sísmica se desplazaba hacia la ciudad.

Diversas imágenes y videos publicados en redes sociales muestran como la lava brota del volcán apenas una hora después de que se detectaran múltiples sismos.

La erupción puede verse desde Reikiavik, a unos 42 kilómetros al noreste de Grindavik. Un islandés que fue testigo de la erupción del volcán dijo que la mitad del cielo en dirección a la ciudad estaba «iluminado en rojo» por la erupción y se podía ver humo ondeando en el aire.

La policía ha advertido a la población que se mantenga alejada de la zona.

La longitud de la grieta en el volcán es de unos 3,5 km, y la lava fluye a una velocidad de entre 100 y 200 metros cúbicos por segundo, mucho más que en erupciones anteriores en la misma zona, aseguran en la Oficina Meteorológica.

Vidir Reynisson, alto cargo de la Defensa Civil declaró a la emisora nacional RUV que la erupción se produjo rápidamente, parecía ser «un evento bastante grande» y que la lava fluía en todas direcciones desde la grieta del volcán.

El ministro de Asuntos Exteriores de Islandia, Bjarni Benediktsson, informó en la red social X, que «no hay interrupciones en los vuelos hacia y desde Islandia y los corredores de vuelos internacionales permanecen abiertos».

«Los chorros (de lava) son bastante altos, por lo que parece ser una erupción potente al principio», añadió.

Islandia llevaba varias semanas en alerta máxima por una posible erupción del volcán y el mes pasado las autoridades ordenaron a la población que abandonara Grindavík por precaución.