Hace algunos días el periodista Miguel Ángel Sánchez de Armas evocó de manera justa la figura y el recuerdo de Gilberto Bosques, el hombre por cuya alta calidad humana miles de miles de personas salvaron la vida en los aciagos días de la Segunda Guerra Mundial. Bosques supo combinar todas las herramientas del Derecho Internacional, con una aguda visión política de humanista y diploma tico.

“Escucho en la radio –dice MASA–, que los gobiernos de Francia y Alemania rendirán homenaje a la memoria de un compatriota ejemplar, don Gilberto Bosques, y la iniciativa me llena de alegría. En este espacio me he referido varias veces a la gesta de don Gilberto y me he preguntado por qué nadie de nuestra clase política o intelectual, que yo sepa, ha propuesto que su nombre sea inscrito en los muros del Congreso o que una gran avenida lleve su nombre. Desde luego no lo esperaría de la izquierda progresista y buena a cargo de la ciudad, arrobada como está con los Aliyev, los Chávez y los Kim Il Sung.

“Pedí públicamente antes y hoy lo reitero: que la efigie del héroe mexicano, a quien alguien caracterizó como “el Schindler mexicano”, sea instalada en el Paseo de la Reforma en el lugar en donde el perredismo intentó entronizar al dictador azerí. Sé que éste es un grito en el desierto y que no habrá un solo progresista del actual gobierno que acuse recibo, pero es mi obligación insistir”.

En esta ciudad, sin embargo, ya hay (al menos) una plaza en homenaje de Don Gilberto. Se trata del patio de la Comisión de Derechos Humanos del DF, en Coyoacán, en un edificio catalogado, arte de la obra del arquitecto Ricardo Legorreta. Al menos alguien le ha consagrado un espacio semipúblico (no esta en la calle, sino dentro de un recinto oficial) con lo cual la desmemoria pierde un punto, pero no gana el juego completo.

Bosques fue de muchas formas un precursor de los Derechos Humanos en México, esa materia ahora tan en boga y tan desvirtuada en muchos sentidos por muchas personas. En ese sentido basta ver la grillería desordenada en torno del actual “ombudsman” capitalino, cuya reelección es materia de pendencias y tironeo sin fin.

Por ejemplo este desplegado de abundante circulación en la “internet”:

“Al Pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, VI Legislatura

“A la opinión pública en general

“El pasado 26 de julio la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, VI Legislatura (ALDF), aprobó por unanimidad el Dictamen de Confirmación del Dr. Luis González Placencia para un segundo periodo al frente de la Comisión de Derechos Humanos del DF (CHDF), refrendando así la voluntad expresada por más de 380 organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas e internacionales, embajadas y organismos de derechos humanos, en cumplimiento de los procedimientos establecidos en la ley vigente.

“Las organizaciones abajo firmantes demandamos al pleno de la ALDF la aprobación del dictamen de confirmación citado, en congruencia con el respaldo histórico que ha recibido la CDHDF por quienes nos dedicamos a la defensa de los derechos humanos, debido a su labor que por más 20 años ha realizado con base en su autonomía, profesionalismo, fortaleza y compromiso por los derechos humanos de todas las personas que viven o transitan en la Ciudad de México. ..”

“…De no aprobarse el dictamen de confirmación del Dr. Luis Gonzalez Placencia se cometerá un daño a la vida democrática de la Ciudad de México, ignorando la opinión de las personas e instituciones que promueven y defienden los Derechos Humanos, además de que se estaría atentando contra la autonomía del organismo que es imprescindible para la adecuada protección de los derechos humanos de las personas que habitan y transitan en el Distrito Federal.

“Uno de los baluartes más importantes de la cultura de los derechos humanos en México es sin duda la CDHDF, por lo que su autonomía y labor no debe estar sujeta a la negociación política, ni a intereses de partido alguno. La pronta confirmación del actual ombudsman capitalino será muestra del compromiso de las y los diputados locales con los derechos humanos en esta Ciudad”.

Hace unos días hubo una ceremonia significativa en esa plaza:

“Las representaciones diplomáticas de Francia y Alemania en México (OEM) entregaron el Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos «Gilberto Bosques» 2013, al Director de la Casa del Migrante «La 72», Fray Tomás González Castillo, por su labor en la defensa y promoción de los derechos de las personas migrantes. Al darles la bienvenida a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), el Ombudsman capitalino, Luis González Placencia, señaló que el reconocimiento representa un significado especial para la institución a su cargo, porque desde hace varios años el nombre de Gilberto Bosques Zaldívar tiene un lugar principal en la agenda de esta Comisión”.

Quizá desde el centro del patio el espíritu de don Gilberto, si alguna vez pasara por ahí, se sentiría incómodo con tantas grillas.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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