Cuando alguien argumentaba sin mayores recursos y para imponer su punto de vista soltaba una frase feliz, Jacobo Zabludovsky le decía:
–¡No hagas frases!, viejito.
Y pronto ese recurso se convirtió en una frase más.
Hoy vemos cómo el discurso de cualquiera se nutre de cosas dichas antes por otros en contextos similares y a veces hasta en situaciones diferentes. La cosa es repetir; no pensar.
Por ejemplo, ¿cuánto talento necesita su jefe para decirle a usted final del día tal y cual…”
¿De veras usted puede respetar intelectualmente a quien le dice: en otro orden de ideas o en otro orden de cosas? Puro llover sobre lo mojado. Buscarle tres patas al gato (Eco le decía a Focault experto en tripodologia felina).
Los políticos y sus burócratas (o los burócratas con aspiración de política) convocan a interminables juntas para una cosa o la otra.
El camino más corto a la cortedad de las ideas es una junta (esta oración bien podría figurar en un compendio, ¿no?).
Los subordinados las usan (las reuniones) para engrandecer la figura de sus jefes, no importa si éstos se comportan como meros taxistas ávidos de subir pasaje a sus “Uber”, para lo cual llaman a la concurrencia, no a la inteligencia.
–Qué vengan todos (y todas, dicen las nuevas convocatorias), tenemos junta a las 9 y luego a las 11 y otra en la tarde. Hay mucho trabajo.
–¿Y si se la pasan en juntas cuando trabajan los burócratas?; porque el resto del tiempo se lo gastan en inauguraciones, ceremonias y visitas al señor secretario quien de momento no puede atenderlos porque, ¿sabe usted? Está en una junta.
En fin.
Si usted escucha a alguien decir alguna de estas frases manidas y bobas, desconfíe de él.
“No estamos frente a una crisis; estamos frente a una oportunidad”. Malo.
“Es el momento de tender puentes, no de levantar muros.” Malísimo.
“No estoy de acuerdo con tu dicho pero defendería hasta el fin tu derecho de decirlo”. Repugnante.
“Tu derecho termina donde comienza el mío”. Simplón.
Y podríamos irnos así por los cerros de Úbeda hasta llegar a ninguna parte, pero lo llamativo de esto es como (dicen los hacedores y repetidores de lugares comunes, no por frecuentes menos mensos) para ponerlo “en blanco y negro”, pues así le dicen a la escritura. Ponerlo en blanco y negro. Tinta y papel. No marche, mi general.
La política y por extensión el periodismo es abundante en la producción de etas frases. Pero cuando la imaginación se agota y mengua la escasa creatividad; es decir, “cuando no sube el agua al tinaco” (para usar otra), entonces hay libros compilados por otros ociosos quienes agrupan por volúmenes enormes las frases de otros.
Algunas de filósofos notables, unas más de pensadores modernos y antiguos y listas de ideas condensadas en la contundencia de una oración, una “cita citable”, para reproducir el nombre de aquella sección del Reader´s Digest.
Yo tuve un amigo cuya conversación era un ideario citable. Para todo recurría a una frase de otro. Y era lógico, su mamá había trabajado en una casa de citas y su cabeza era uno de estos establecimientos.
SANTAMARINA
Interesantes las opiniones y puntos de vista del curador de arte contemporáneo Guillermo Santamarina. Conceptos muy complejos, explicaciones prolijas.
¡Ah!, el arte contemporáneo.
Una bella forma de convertir objetos engañabobos, en aspiración cultural de fallidas aristocracias intelectuales. Dicho de otro modo, “puro rollo” para sostener el opulento mercado del esnobismo internacional y sacralizarlo en museos de vendedores de jugo de naranja. ¿Dónde estás Piero Manzzoni?
¿Rollo? Sí, puro rollo. Lea:
“ …(Mario García Torres) quien a partir de la disolución de fronteras entre la materialidad del arte y éste como idea propias del Arte Conceptual Histórico, desarrolló una serie de sutiles dudas sobre la credibilidad del registro e historiografía del arte norteamericano y europeo, pertinente postura crítica de un artista proveniente de la post-periferia mexicana…”
Lo cual equivale a decir:
“…la concreción definitiva del postulado preciso en la inmaterialidad del pensamiento original, disperso en la vaguedad de los recursos inventivos, conceptuales y técnicos, nos enfrenta con una circunstancia de asimilaciones progresivas con la tradición, la imposición y la reacción comparada con los parámetros y protocolos de la nueva corriente europea e industrializada ¿O no?”
ZACATECAS
Hoy rinde el gobernador de Zacatecas, Miguel Alonso, su último informe de gobierno.
Y lo hace con relativa comodidad.
Al menos el confort de haber entregado cuentas suficientemente buenas como para ver su desempeño reflejado en el resultado electoral. Los electores favorecieron de nuevo al partido de Alonso y Tello.
No le sucede a Alonso como a Xavier Duarte en Veracruz, quien enfrenta ya la furibunda actividad de un gobernador electo cuyo activismo y movilidad por todas partes logra en Xalapa la verdadera existencia de dos gobernadores. El saliente, emproblemado a más no poder y el entrante tirándole las puertas a patadas.