En enero de 1910 mientras el presidente Díaz le daba frenéticas instrucciones a don Genaro García para avanzar con los preparativos de las fiestas del Centenario, se estrenaba en el teatro Eslava de Madrid la zarzuela “La corte del faraón” escrita por Guillermo Perrín y Miguel de Palacios y musicalizada, como cualquiera sabe, por Vicente Lleó.
El pasado viernes, en Cuernavaca y Tepoztlán, ocurrieron cosas dignas de un nuevo faraón. Si la zarzuela se conoce en el mundo musical como el género chico, el asunto morelense sobre el cual trata esta columna, es digno de un género todavía más chico. Enano.
Como si se tratara de un acontecimiento extraordinario (cuando simplemente es el paso normal del calendario) el alcalde de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós, les envió a sus súbditos (léase la burocracia del ayuntamiento) una invitación obligatoria con el logotipo del Partido Revolucionario Institucional:
“El comité directivo municipal del PRI en Cuernavaca, y el presidente municipal de Tepoztlán, Gabino Ríos Cedillo se complacen en invitarlo a la celebración de cumpleaños del Lic. Manuel Martínez Garrigós, presidente municipal de Cuernavaca.
“Dicha celebración se llevará a cabo el día sábado 22 de mayo del presente año, a partir de las 14.00 horas en la Av. Revolución, sin número, colonia La Presa (frente a Comex) en el municipio de Tepoztlán, Morelos.”
Esta ciudad, dicho sea de paso, se quedó el sábado entero sin transportes policíacos pues muchas de las camionetas “pick-up” del patrullaje municipal se convirtieron en transporte para los amplificadores y demás equipo del compositor y cantante Joan Sebastian quien fue parte del elenco contratado para festejar al edil a quien no le faltan –believe it or not– asesores. Ya se habla de Alí Babá y sus 40 asesores).
Para quien no lo sepa, el ayuntamiento de Cuernavaca es el más asesorado del mundo, pues tiene en la nómina de sus gratitudes a decenas de personajes relevantes a quienes se les asigna jugosa sinecura a cambio de labores hasta el día de hoy desconocidas. Ninguna palabra tiene mayor vaguedad: asesoría.
Dijo el “Diario de Morelos” el 7 de mayo:
“El edil no tuvo empacho en confirmar que personas como Antonio Riva Palacio López, Juan Salgado Brito, Víctor Rubio Herrera, Samuel Palma César y 38 más están en lista de nómina como asesores de la comuna capitalina.
“Sí están trabajando todos y cada uno tiene su función. (Antonio Riva Palacio López) está trabajando aquí, está haciendo lo que tiene que hacer en materia de asesoría legal (pues sí, que tal, si hiciera lo otro); es un gran jurista, tiene toda la experiencia como gobernador y aquí está haciendo un gran trabajo (…)
“Por supuesto que se justifica la presencia de todos y cada uno de ellos; han dado resultados”.
“Explicó que los asesores están distribuidos en diferentes áreas operativas de la administración municipal y no sólo en la presidencia.
Asimismo, Martínez Garrigós pidió a quienes acusaron que existen aviadores, que lo demuestren (como si él mismo no lo hubiera ya confirmado).
Pero la crítica es materia sin sentido para la corte del faraón quien así declaró a “El sol de Cuernavaca”:
“Luego de atender a cada una de las personas que se le acercaron para saludarlo o felicitarlo por su reciente cumpleaños, Martínez Garrigós dijo en tono irónico estar acostumbrándose a las críticas, las cuales arrecian en la medida en que va cumpliendo las exigencias ciudadanas (sic). «¿No ven que ahora, no llega el mole y tiene la culpa Manuel Martínez Garrigós? ; sale alguien embarazada y también, pero estoy abierto a la crítica, no tengo problema, aunque –que quede claro–, los señalamientos deben ser con sustento; no como los demonios azules que acusan y nunca entregan pruebas, lo que demuestra que sólo tienen interés en hacer leña del árbol caído».
Quizá el emperador municipal cuyo aniversario de llegada a este mundo es suficiente para movilizar a más de dos mil invitados y acarrear empleados municipales hasta el pie del Tepozteco para impresionar a sus otros invitados, (hacerse el importante y poderoso; querido y notable y de paso comerse un taco -o dos- de carnitas con quienes se saben dignos de ofrecerle su sumisión y saludo) haya cometido un acto fallido al hablar de sí mismo como árbol caído, pero derribado o enhiesto como se halle su tronco, Martínez Garrigós es un ejemplo de cómo en el PRI no entienden, de cómo las enfermedades hereditarias no se curan y cómo el tricolor se ha convertido en un partido de lento aprendizaje.
–¿Para eso quieren el poder? Pues se lo hubieran dejado a los otros, al fin y al cabo todos caen en los mismos errores, hubiera dicho José Alfredo. Ándale Emiliano, tómate esta botella conmigo…
Pero ahí estaba los de las alquiladoras de las sillas y los del toldo para tapar el enorme y brillante sol; ya llegaron los de las letrinas (donde hay cumpleaños de estos siempre debe haberlas, no vaya a ser y la cosa se rebalse) y ya escuchamos el canto de la Sonora Dinamita… es la boa, es la boa.