Fiel a su costumbre de conmemorar sus aniversarios y fechas significativas con un discurso capaz de arrancarle gajos a la epopeya, el presidente Felipe Calderón ha propuesto la reelección inmediata de diputados y munícipes, lo cual no deja de ser sino a caravana con sombrero ajeno.
El 24 de junio de este año ya casi por concluir, Manlio Fabio Beltrones publicó un texto llamado “Las reformas necesarias”, conocido también como el discurso de “Las errres “.
Reforma, referéndum, reelección, revocación, rendición de cuentas, etc.
En su punto tercero dice:
“Reelección inmediata de legisladores y munícipes para hacer políticos de carrera y acercar a los representantes a sus electores…” y en su punto cinco: Referéndum en reformas constitucionales de trascendencia para integrar la participación ciudadana en los asuntos nacionales.”…”
Cinco meses y cinco días después, el Presidente Calderón propuso con los aromas del estreno:
“… presentaré –dijo en el festejo de su tercer año en Los Pinos–, una iniciativa de reforma política al Congreso, que busque crear una nueva relación en la corresponsabilidad entre los tres Poderes de la Unión, entre los distintos órdenes de Gobierno y entre las autoridades y la sociedad…
“…cambios profundos, como la elección consecutiva o la reelección de legisladores y de alcaldes en todo el país, para acercar la política a los ciudadanos y para obligarlos a una rendición de cuentas…
“Establecer el principio de iniciativa preferente, que permita la discusión prioritaria y ordenada de los temas más importantes de la Agenda Nacional, y a fin de abrir a los ciudadanos nuevas vías de participación política, la propuesta incluirá temas como la iniciativa ciudadana, el referéndum, y la posibilidad de participación en los procesos electorales sin la rigideces que tiene actualmente nuestros sistema…”
Todo eso está muy bien y una revisión somera de los asuntos pendientes en San Lázaro nos permitiría ver, junto con los promotores de las palabras presidenciales, cómo duerme (por oposición del PAN) la minuta ya terminada sobre la iniciativa preferente, cuya existencia es apenas un proyecto en el discurso presidencial.
Esa modalidad consiste en recibir y dictaminar sin dilación (no forzosamente aprobar) una iniciativa preferencial a cambio de suprimir en otras materias el “veto de bolsillo” por parte del Ejecutivo. Es decir, acabar con las congeladoras.
Las ideas están en el aire, dicen algunos. Sí, pero alguien las expone primero, pues ahora hasta el Observatorio Ciudadano SOS, se cuelga los méritos de la primicia:
“Al plantear la iniciativa de reelección para legisladores y alcaldes, el presidente Felipe Calderón se suma a las propuestas realizadas por diversas instituciones de la sociedad civil, entre ellas México SOS; Lupa Ciudadana, y otras corrientes políticas”.