En la más notable aportación final de su gobierno a la construcción de espacios culturales, el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, entregó el martes pasado en San Miguel Coatlinchán, el espectacular Centro Cultural Mexiquense de Oriente (CCMO).
Eso no tendría importancia mayor si no fuera por dos circunstancias.
La primera: es la segunda edificación monumental en cuyo cumplimiento se advierte un contraste entre la ineficacia del gobierno federal (al menos en esa materia) y la responsabilidades de la saliente administración del Estado de México. La otra obra es el conjunto escultórico arquitectónico de las Torres del Bicentenario (65 metros de altura; 450 toneladas de peso).
En el caso de ese monumento construido a la entrada de Toluca (obra del arquitecto Guillermo Maya López) con todo y un museo interior, la inauguración fue el pasado quince de septiembre mientras la “Estela de luz” se hundía en el cenagal de ineficiencia y corrupción de sobra conocidas.
El Centro Cultural del Oriente mexiquense, en la misma comunidad donde el centralismo arqueológico de Adolfo López Mateos extrajo en los años sesenta el enorme Tláloc para colocarlo en el Museo Nacional de Antropología, tiene una sala para mil 200 personas; un foro al aire libre para otras mil 500 y ocupa 17 hectáreas.
Tan notorio esfuerzo costó 800 millones de pesos, muchos menos de los invertidos en una cuestionada e inútil “remodelación” del Palacio de las Bellas Artes de la ciudad de México.
No tendría mucho caso comprar esta inversión con la ya dicha estela luminosa pues esa ni siquiera existe a pesar de haberse tirado por un agujero en el Paseo de la Reforma casi mil millones de pesos… y contando, pues no se ve para cuando terminen ese monumento con más simbología de lápida y poco de punto conmemorativo.
Pero también llama la atención el programa inaugural del citado CCMO. Enrique Bátiz, fundador de la Orquesta Sinfónica del Estado de México, conducía los sonidos de Verdi en el célebre coro de los esclavos (“Va penseiro”), de la ópera Nabuco, que como todos sabemos narra la tristeza infinita del pueblo hebreo en Babilonia y es un lamento por la pérdida de la patria.
«Oh mia patria sì bella e perduta!» (Oh patria mía, tan bella y perdida!).
Hoy muchos mexicanos podríamos considerar esas palabras como la definición más precisa de nuestro momento actual.
Pero mientras eso ocurría en el estado de México, el presidente Felipe Calderón en el Museo ya dicho, se dirigía a un grupo de niños becarios. No los llamaré “el futuro de México”, pues es una frase muy vieja, manida y sangrona pero les decía cosas como para no escuchar a Verdi.
“…quiero explicarles qué es lo que está pasando.Hay gente muy buena, y les voy a decir, que la mayoría de los mexicanos lo son, pero hay gente mala, y esa gente mala debemos combatirla. Ahora, ¿qué quiero decirles?
“… que ustedes tengan la certeza de que hoy estamos luchando por ustedes y por su futuro. Que también consideren, no se preocupen, porque por cada gente mala, por cada mexicana o mexicano malo hay decenas y decenas de miles de mexicanas y mexicanos buenos, como lo son sus papás, como lo son sus hermanos, como son ustedes, buenas y buenos estudiantes; que por cada gente mala hay miles, decenas de miles buenos, que somos una abrumadora mayoría de la gente que queremos a México y queremos sacarlo adelante, mucho más fuerte y mucho más grande que esos pequeños grupos.
“Segundo. Que sepan, también, que estamos combatiendo a los criminales; que ustedes hagan su chamba, que es estudiar, ustedes no se preocupen por ellos, esa es nuestra preocupación, esa es nuestra obligación…”
Pero mientras el presidente les hablaba a los niños sobre las veleidades humanas entre los buenos y los malos y la inconveniencia de angustiarse, la vida seguía adelante y por las redes comenzaba a circular el video de Jonás Larrazábal, hermano del alcalde de Monterrey (panista, por cierto), implicado en la cobranza de dinero sucio en los casinos de la capital de Nuevo León.
MANLIO
Muy comentado el informe de Manlio Fabio Beltrones. Más por su formato y menos por su contenido. Y cómo si no. Beltrones se convirtió en el primer “Ciber-senador” de la historia nacional.
El informe del Senador MFB se realizó desde un set de grabación ubicado en la colonia Héroes de Padierna, desde donde se transmitió vía “streaming”, a la página www.senadorbeltrones.com y a su“fan page” de facebook/beltrones.
Las preguntas para este legislador se recibieron y se siguen recibiendo al 01800 01 78626, en twitter @mfbeltrones y en facebook, y además se pueden “subir” videos con preguntas, así como mensajes SMS con la palabra ALTA al 78626.
Muy “modernou…”