Por: Guillermina Gómora

De manteles largos estuvieron en la sede nacional del tricolor. El evento denominado “Unidad para Continuar con la Transformación de México” representó para el presidente Enrique Peña Nieto un oasis después de todo lo sucedido en los últimos días en el país.

Ante más de diez mil personas y frente a la clase política del Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz, dirigente nacional, y el primer mandatario realizaron un corte de caja del primer tercio de la administración y delinearon los escenarios para el relevo en el partido y rumbo al 2018.

Sin cortapisas, Peña Nieto frenó las ansias de quienes buscan sucederlo al advertir: «Hoy no hay espacios para proyectos personales, hoy es momento de un proyecto de nación”, y ahí estaban en primera fila para escucharlo fuerte y claro: Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray, Aurelio Nuño, Manlio Fabio Beltrones y Eruviel Ávila.

En torno al sustituto de Camacho, para tomar las riendas del PRI, y de cara a las elecciones en 2016, donde habrán de renovarse 12 gubernaturas, el jefe del Ejecutivo se pronunció por renovar al partido para estar acorde a los cambios demográficos, a los avances educativos y tecnológicos, y precisó: “Es momento de que el PRI actualice su organización y estructura… regrese a las universidades y despierte nuevamente el entusiasmo de la juventud”

Emplazamiento que no pasó desapercibido para los suspicaces, quienes voltearon a ver a Manlio Fabio, Aurelio Nuño, César Duarte, Enrique Martínez y Luis Videgaray, los más sonados para tomar las riendas del partido, mientras cruzaban datos cronológicos de los personajes y hacían apuestas para ver quién cumplía con el perfil que habrá de ser electo del 16 al 20 de agosto próximo.

No hay que olvidar que en el padrón electoral el 30 por ciento lo representan los jóvenes de entre 18 y 29 años y el 50 por ciento son mujeres, por lo que a decir de un destacado priista, “la brújula marca hacia juventolandia”, y en los siguientes días veremos qué criterio se impone para renovar la presidencia del PRI: si el de un militante con trayectoria y peso político propio, o el de la cofradía mexiquense que busca mantener el control del partido y la sucesión en 2018.

El corte de caja sirvió para presumir los triunfos de las 12 reformas estructurales aprobadas en el Congreso y que, como afirma el senador Emilio Gamboa, ya comienzan a reflejarse en el bienestar de las familias mexicanas. También se hizo una reseña de los logros del PRI desde su fundación hasta nuestros días, como la creación del IMSS, el ISSSTE, la UNAM y otras instituciones.

Durante el acto que significó el cierre de filas con el gobierno peñista, César Camacho entregó un balance de su gestión, donde reconoció que son «tiempos retadores» y asentó que nadie desconoce los escollos ni se desatiende de las dificultades que prevalecen en el país.

En su discurso, Camacho afirmó: «Ninguno de nosotros rehúye los desafíos, ni ignora las críticas. Más bien asumimos plenamente nuestra responsabilidad… Es cierto que los esquemas de seguridad han sido vulnerados, que el entorno económico dificulta el crecimiento y complica las condiciones de vida… y que no falta quien medre ideológica, económica y políticamente con tal estado de cosas», acusó el dirigente priista.

Como en sus mejores épocas del tricolor, el aplausómetro, la guerra de porras y ahora la selfimanía hicieron del pasado sábado el día del partido del Presidente, que en 30 minutos dejó en claro quién tiene el control y marca los tiempos, por si alguno olvidó aquella máxima política: “el que se me mueve no sale en la foto”.

Vericuentos

“Guerrero no es Disneylandia”

Así, directo y sin escalas, le recordó el senador guerrerense René Juárez Cisneros a Rogelio Ortega la complejidad y responsabilidad que asumió al aceptar gobernar Guerrero. Es decir, no es momento de aventar la toalla.

IFT y la competencia

Nuevo reto enfrenta el Instituto Federal de Telecomunicaciones ante el desarrollo de las tecnologías y los productos que logran colocarse en el mercado de la banda ancha. Deberá entrar a la regulación de un mercado hasta ahora liderado por los sistemas de televisión de paga altamente competitivo, como lo confirma la Asociación Mexicana de Internet, al revelar que en México la penetración por esta vía alcanzó en 2014 al 51 por ciento de la población, un mercado de 54 millones de internautas. Oportunidad que aprovechan plataformas como Netflix, ClaroVideo o Veo, para sumar suscriptores que buscan consumir contenidos a través de internet. Calidad y precio para los usuarios, la base de las nuevas reglas.

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