El joven aspirante a estratega político logró por fin una cita con el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
Se presentó al edificio de Insurgentes Héroes Ferrocarrileros. Quiso primero entrar por una puerta lateral pero lo desviaron a otro acceso. Finalmente llego a la explanada. Miró de reojo el horrible busto de Plutarco Elías Calles y celebró en silencio las bayonetas como filoso plumaje en las triunfante figura del mural de Eppens con su abierta alegoría de una revolución vencedora.
–Tras una breve antesala en la cual ojeó sin ánimo un viejo ejemplar de “La república”, entró a una salita de juntas.
Desganado entró el Presidente del PRI. LO saludó poniéndose de pié. Ambos tomaron asiento y el joven comenzó su exposición.
–Gracias por recibirme, señor. Le traje aquí, como le anticipé por teléfono, una campaña para desarrollarse en estos próximos tres meses. Se trata de sembrar un concepto tal y como se hace con las marcas comerciales. Es necesario algo para identificar a su principal opositor por ahora; el Partido Acción Nacional:
“Y veo –dijo ya encarrilado—un error en la forma como se ha querido atacar a la esposa de Felipe Calderón. Eso es lo primero. No deberían ustedes hablar de ella como la señora Zavala o Margarita. Margarita ya es sinónimo de candidatura feliz. Se debe hablar de ella siempre como la cónyuge del ex presidente. De ese modo se le trasladan automáticamente todos los negativos del hombre cuya miopía bañó en sangre al país o cualquiera otra cosa con la cual lo quieran atacar”.
–Bueno, pero eso no es suficiente, dijo el priista mientras acercaba la taza de café a la boca.
–Obviamente, pero esa es la base. Eso nos va a permitir “vender” el verdadero concepto. Felipe Calderón usa a su esposa para lograr la primera reelección presidencial desde los tiempos de Álvaro Obregón. Cosa curiosa, mire usted. Si en aquel tiempo la iglesia frenó –o ayudó a frenar—la reelección ya lograda de Don Álvaro, ahora la iglesia o parte de ella, promueve o tolera la reelección conyugal de Felipe Calderón.
“Por eso le digo señor, con todo respeto, se han equivocado. ¿Cómo la quieren atacar por asuntos de corrupción si en el inconsciente nacional la corrupción y el PRI son sinónimos. No le saquen la “Estela de luz”, no sirve de nada. Tampoco los negocios de Pemex ni el actual empleo de Don Felipe como consejero de empresas extranjeras a las cuales él favoreció, como Zedillo por cierto. No sirve de nada.
“El sistema Nacional Anticorrupción es iniciativa de ellos expresamente lo trabajó mucho Ricardo Anaya. No, no es la corrupción el tema para desinflar a los panistas; es la reelección.”
–Sí, comprendo.
–Mire, la reelección es un terma central desde el Plan de Tuxtepec de Porfirio Díaz. La reelección sostuvo al “porfiriato” y desencadenó la Revolución primero electoral y luego todas las otras consecuencias y luchas internas. Hoy un partido, alguna vez liderado por el descendiente de Francisco I. Madero, promueve la reelección por la vía transversa del matrimonio.
“El PRI debería hacer una edición popular del librito de Madero, “La sucesión presidencial” y repartirlo como el catecismo o el exorcismo contra el demoño reeleccionista del PAN. Una traición a la historia ,si señor. Mire usted esa frase tan linda.
“Calderón, traiciona la historia con su reelección.” Es casi un lema de campaña”.
–Pero no están cometiendo ninguna acto ilegal, en eso debemos ser cuidadosos.
–Perdón señor, pero en política no hay legalidad. Ustedes nos lo han enseñado. En política hay conveniencias”.
Y siguió animosamente.
–Si quieren atacar al PAN por cosas pasadas se van a quedar en él Si quieren impedirle el futuro, deben referirse a cosas evitables. Y una de ellas es este intento reeleccionista. No tienen otro camino, según yo. La señora goza muchas simpatías entre las mujeres como ella; es decir, discretas, hasta cierto punto calladas, con actitud de abnegación mexicana. No se le puede golpear directamente. Es mujer y resulta contraproducente.
“Por eso no “prendió” el ataque de César Camacho, si usted me permite decirlo. Fue como cuando quisieron golpear a Doña Amalia Solórzano por sus terrenos en Playa Eréndira, Michoacán, para pegarle a su hijo Cuauhtémoc. No funcionó. Hasta disculpas acabaron ofreciendo.
Le voy a dejar aquí, señor, si me lo permite un documento para su revisión. Obviamente yo ya he registrado ésta campaña en el Indautor, no vaya a ser, ¿verdad? Pero con toda confianza le dejo el documento completo. Usted me dirá”.
–Oiga, ¿y contra “El peje”, ¿no tendrá usted alguna idea?
–Si, pero esa se la voy a vender al PAN…