Una de las mentes más lúcidas de México, Rodolfo Usigli, dramaturgo y diplomático; hombre de creación y reflexión, le puso a México varias coronas: la de luz con el mito guadalupano y la de sangre con el Imperio de Maximiliano y la de sombra con el Gesticulador.

Hoy, los panegiristas de un inexistente juego político moderno, liberador y participativo, nos han endilgado una “corona de aire”, colocada sobre la testa de una ilusoria “joven democracia mexicana” cuyos componentes –en buena parte– resultan puro viento.

Tanto como para construir instituciones endebles cuya edificación hace apenas unos años, llenaba la boca de los correctos con la celebración de nuestra enorme capacidad de organizar el país fuera de la única verdadera institución nacional: el sistema postrevolucionario el cual –con todos sus defectos, excesos y corrupción–, construyó un país hoy en proceso de erosión acelerada.

Así, a muy pocos años de su concepción, esas instituciones sufren un modelaje a la conveniencia de la coyuntura. Así vemos los estertores del Instituto Federal Electoral, el cual ha sufrido mutilaciones, omisiones, funcionamientos parciales, vejaciones de parte de los opositores y a fin de cuentas un amago de “extinción por evolución”. De la agonía del IFE asistiremos al parto del Instituto Nacional Electoral, cuya novedad es romper el federalismo político, perpetuar la minoría de edad de los estados (como ocurrió con los asuntos del manejo financiero; el pago de los maestros y hasta la compra de aspirinas) y facilitar otro tipo de negociaciones siempre con el pretexto de la equidad democrática y el fin de la influencia de los gobernadores.

El pretexto para transformar al IFE ha sido bastante discutible, pero a fin de cuentas rentable para sus promotores, los antiguos místicos del voto, quienes se han convertido en “mercaderes del voto”.

El argumento es simple: los gobernadores (priístas) meten la mano en sus Estados de manera impúdica en todas las actividades bajo su virreinal dominio. Controlan los Congresos y por consecuencia las designaciones de los funcionarios electorales, trampean, corrompen y a fin de cuentas vencen en procesos amañados.

Por eso se deben destruir los escenarios de su dominio, lo cual resulta infantil

Si los gobernadores dominan los congresos estatales como mangonean los órganos electorales, pues entonces desaparezcan los Congresos estatales. Y si esa lógica (ilógica) funciona, pues entonces eliminen los municipios pues harta resulta la influencia de los gobernadores en la designación de los candidatos de sus partidos y el impulso para sus victorias.

Una característica de Acción Nacional es su capacidad destructora. Cuando una realidad no conviene, se debe desaparecerla en lugar de corregirla. Ese fue el caso, por ejemplo, de la Compañía de Luz y Fuerza, aun cuando ésa ya viniera de un interrumpido proceso de liquidación. La liquidación, en todo caso es un proceso: la clausura con piquetes militares es otra.

Pero en fin, el juego de la corona de aire hace felices a muchos y pronto veremos en el Senado el desfile de presidentes de los institutos locales, en procesión para explicar sus puntos de vista en torno de la extinción. Si son treinta institutos, y en cada uno de ellos trabajan, digamos, 300 personas, ahí van a la calle (además del daño político) miles de personas para celebrar el compromiso nacional del empleo y el crecimiento del uno por ciento de la economía, si bien nos va.

Pero todo eso carece de real importancia. Los instituto y el IFE y el Nacional y todo lo demás no son sino apariencias. Su nacimiento no fue producto de la evolución sino de la negociación entre fuerzas. El PRI pasará a la historia de los partidos políticos, como el gran creador de instituciones cuya acción ayudó a quitarle el poder. Y ahora siguen en ese empeño.

Así pues veremos a los quejicosos llorar en el hombro de la senadora Cristina Díaz o pedirles sus pañuelos a Enrique Burgos y Miguel Ángel Chico con quienes hablarán en Reforma y Madrid para analizar las posibles reformas constitucionales y legales en materia política-electoral.

KIKI

Si las versiones publicadas por “Proceso” en torno del asesinato de Enrique Camarena, el espía gringo supuestamente asesinado por Rafael Caro Quintero, resultan ciertas y los halcones de la CIA hicieron el trabajo sucio, estaremos ante el más grave caso de sumisión del gobierno mexicano de los tratados Mc Lane-Ocampo a la Iniciativa Mérida.

Por desgracia muchos de quienes sufrieron el embate de la embajada americana aun viven y podrían corroborar (o desmentir) las historias de los nuevos informantes, Phil Jordan, Héctor Berrellez y Tosh Plumlee, quienes le jalan la cobija, entre otros, al arrogante embajador John Gavin.

Eso explica también la urgencia americana para recapturar y extraditar a Caro Quintero, liberado después del controvertido fallo judicial por errores de procedimiento tardíamente reconocidos, quien difícilmente llegaría a cargar los peregrinos. No lo quieren preso, lo quieren muerto.

PERROS

La Unión Protectora de Animales por una Vida Digna ha decidido cambiar el escenario de su protesta contra el IVA en comida para canes, felinos, pericos y tortugas. Ya no van a ir—con todo y los semovientes—a quejarse al Zócalo. Van a ir a las oficinas de Hacienda en la avenid Constituyentes 1001.

La cita es a la una de la tarde. No se sabe si “El perro” Bermúdez ha confirmado su asistencieee”

DALAI

Dicen de Tenzin Gyatzo, es un océano de serenidad y fuente de sabiduría. Ha de serlo, pero cuando uno lo ve compartiendo con Onésimo Cepeda ya no resultan tan convincentes n i la una ni la otra. Y si le agregan a Richard Geere, bueno, bueno…

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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