Personal del Grupo Beta y del Instituto Nacional de Migración, ambos dependientes de la Segob, se echaban la bolita sobre el destino de estos caribeños
Desde este mediodía al menos tres autobuses contratados por la Secretaría de Gobernación estuvieron dispuestos para el traslado de los más de 400 migrantes haitianos que desde hace más de una semana instalaron la Pequeña Haití, un campamento improvisado en la Plaza , Giordano Bruno, en la colonia Juárez de la alcaldía Cuauhtémoc, y a unas calles de las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). El destino de este contingente migrante es incierto, ya que tanto personal del Grupo Beta y del Instituto Nacional de Migración se echaban la bolita sobre el destino de estos caribeños.
El Cristalazo interrogó al personal de ambas instancias que dependen de la Segob y ninguno supo explicar hacia dónde trasladarían a los migrantes que desde antes de las 10:00 horas de la mañana se les informó que serían trasladados a unas oficinas donde les tramitarían los documentos para su libre estancia en el país de manera temporal.
Una fila que rodeaba parte de la plaza Giordano se hacia kilométrica y en ella se observaba a niños, mujeres y hombres que manera ordenada aguardaban el momento de su traslado.
Personal de una organización defensora de los derechos de los migrantes que asistieron para conocer el destino de este contingente haitiano, comunicaron que es mucho el hermetismo que guarda el personal del Grupo Beta y de Migración que nadie les informó hacia que lugar o albergue llevarán a estas más de 400 personas.
Sin embargo, trascendió que nuevamente serán llevados a oficinas de la COMAR en Estado de México, Hidalgo y Morelos.
ALGUNOS PREFIEREN QUEDARSE
Ante el desconocimiento de saber a qué lugar los llevarán, algunos haitianos advierten que prefieren quedarse hasta que los reciban en las oficinas de la COMAR, ya que temen que sin informes del sitio al que los llevarán temen sean regresados a su país.
Phillipe tiene 35 años, viaja con su esposa Marie y su pequeño Pipe de 7 años. Ellos dicen tener más de cinco meses en la Ciudad de México y les han dado largas para tramitarles un permiso de estancia temporal en México.
“A mí si no nos dicen con seguridad a donde vamos yo no me subo al autobús y tampoco arriesgo a mi familia, prefiero aguantar la lluvia, frío y el calor que arriesgarnos a ser deportados con engaños como ya unos hermanos de Delmas, (ciudad en Haití dentro de Puerto Príncipe), a quienes con engaños los regresaron”.