Nuestra vida se ha convertido en una búsqueda de la seguridad y por ella compramos chapas, cerrojos, postigos inviolables; candados y –antaño–, cinturones de castidad; cámaras, púas y cables electrificados, utensilios para el sexo seguro; pruebas de Covid para saber, con certeza, si estamos o no infectados.