Quien se haya quedado únicamente con el almíbar chorreante en las palabras de John Kerry y su elogio por las posibilidades ecológicas del programa “Sembrando vida”, cuya finalidad no es ni la sustentabilidad, ni la reforestación, ni el arraigo de los campesinos empobrecidos de todas maneras en sus tierras feraces e ingratas, sinoel acarreo electoral, solamente escuchó la mitad del discurso.