Su retorno reaviva controversias políticas debido a sus conexiones con figuras como René Bejarano y Andrés Manuel López Obrador

El empresario argentino Carlos Ahumada, conocido por su implicación en el escándalo de corrupción política en México hace dos décadas, ha sido extraditado y enfrenta nuevamente el escrutinio de la justicia mexicana. Tras ser detenido en Panamá el 7 de junio bajo una orden de Interpol, Ahumada fue trasladado a Argentina y de allí a la Ciudad de México, donde arribó en un vuelo comercial este martes por la mañana.

Ahumada, famoso por el videoescándalo de 2004 en el que se le vio entregando dinero a René Bejarano, exlíder del PRD, ha tenido una relación controvertida con la política mexicana. Sus conexiones con figuras como Rosario Robles y el actual presidente Andrés Manuel López Obrador han mantenido su nombre en la esfera pública desde entonces.

La extradición de Ahumada ha sido un proceso complicado. Tras su detención en Panamá, el gobierno mexicano inicialmente no mostró interés en su extradición, argumentando que el empresario ya había saldado cuentas con la justicia y contaba con un amparo. Sin embargo, su regreso a México fue inevitable y, al llegar, fue escoltado por la Policía Federal Ministerial.

A pesar de estar bajo la mira de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por un fraude genérico cometido en 2002, Ahumada fue puesto en libertad inmediatamente después de su arribo, gracias a una suspensión provisional obtenida previamente. Esta suspensión, concedida por un juez federal en junio, impide cualquier orden de aprehensión o detención en su contra por parte de las autoridades del Estado de México, siempre y cuando cumpla con ciertos requisitos, como depositar una fianza de 79 mil 500 pesos y notificar su domicilio y datos de contacto.

La Fiscalía de la Ciudad de México ha invitado a Ahumada a comparecer voluntariamente para resolver el incumplimiento de la pena de cinco años de prisión que se le dictó en 2009 por fraude genérico. De esta sentencia, Ahumada aún debe cumplir un año y diez meses de cárcel y pagar una deuda de casi 30 millones de pesos.

A pesar de la invitación de la Fiscalía, Ahumada no se presentó este martes ante el Juez de Ejecución de Sanciones Penales, lo que ha generado expectativas sobre su posible comparecencia acompañada de sus abogados en los próximos días.

El retorno de Carlos Ahumada ha causado un revuelo significativo debido a sus antiguos vínculos políticos y su papel en uno de los mayores escándalos de corrupción en México. En 2004, los videos que mostraban a Bejarano, así como a otros políticos como Carlos Ímaz y Gustavo Ponce, recibiendo dinero de Ahumada, sacudieron al país y afectaron la reputación de varios funcionarios.

El desenlace de esta saga legal aún está por verse. La atención ahora se centra en si Ahumada cumplirá con las demandas de la justicia mexicana y cómo sus acciones influirán en el panorama político actual. La Fiscalía y la opinión pública esperan con interés los próximos pasos del empresario en su batalla judicial.