Indudablemente los mexicanos guardamos devoción extraña por capirotes, capuchas, pasamontañas; pañolones de embozo, antifaces y máscaras. Vamos del “Enmascarado de plata al “Cabeza de trapo” de la selva lacandona.
Dice Octavio Paz, hemos enmascarado hasta las palabras. Nos ocultamos por miedo, pero también como amenaza. Adornamos al enmascarado de plata y celebramos los chistes políticos del Tapado.
Cubiertos van los penitentes de la Semana Santa con el rollo de zarzas a la espalda en Taxco, Guerrero y también los flagelantes con cadenas en los tobillos. O somos dos caras o nos tapamos el rostro.
Hoy en toda la república se multiplican los actos vandálicos. El vándalo –anarquista o estudiante; réprobo o borracho de pandilla, como sea—, se esconde como los encapuchados de Chipinque, habría dicho Luis Echeverría en sus buenos tiempos.
Las capuchas sirven para incendiar un árbol de Navidad simbólicamente yanqui en la ciudad de México, o para saltarse los torniquetes del Metro o para protestar por las reformas de la energía y tratar de frenar el proceso constitucional en los congresos estatales, cosa por lo visto tan difícil como ganarle al León en el Estadio Azteca, si se le permite a esta columna mezclar los graves asuntos nacionales con los más graves aun asuntos del deporte y la televisión.
La información divulgada hace unos días sobre la proliferación de grupos vandálicos cuya arena de entrenamiento (“ludus” se llamaba una escuela de gladiadores en la vieja Roma), ha sido la ciudad de México, solamente nos puede mover a la preocupación, pues estos grupos de incendiarios voraces e impunes, se extienden y se esconden sin poder humano o legal para impedirlo.
Los hemos visto en Oaxaca, en Guerrero, en la Alameda Central y en los edificios del Poder Legislativo. En todas partes. Pero el caso de Guadalajara; llama la atención, sobre todo por el contraste. Hace años, en una reunión contra las globalización, el ex gobernador Ramírez Acuña les metió candela y el mundo se le vino encima.
Las movilizaciones de defensores les ha permitido regresar ahora con otro disfraz y con otro motivo.
Veamos:
“Como parte de una fuerte manifestación por integrantes de la Federación de Estudiantes Universitarios, Morena, Movimiento Ciudadano y Partido Revolucionario Democrático, esta mañana autoridades bloquearon las entradas del Congreso del Estado para evitar que ingresaran al recinto los diputados y se aprobara en Jalisco la Reforma Energética. Con un fuerte dispositivo integrado por elementos de seguridad pública estatal antimotines en todos los ingresos, el Poder Legislativo lucía con el aspecto de una trinchera.
“Alrededor de 300 personas con pancartas en mano se presentaron desde muy temprano a las inmediaciones del recinto legislativo para manifestar su rechazo a la reforma energética.
“En pocos minutos el ambiente se tornó tenso, y es que los presentes comenzaron a romper las vallas del lugar para poder ingresar, sin embargo fueron recibidos con lujo de violencia y con gases lacrimógenos, por lo que en respuesta comenzaron a lanzar objetos contra los policías antimotines”.
MANLIO
Hace unos días en este espacio se comentaba la importancia del trabajo de Manlio Fabio Beltrones en la capacidad renovadora del PRI en su regreso a Los Pinos, expresada en el cumplimiento de la oferta reformadora ahora ya plenamente constitucional en la materia energética, la base y cimiento del futuro de toda esta administración. Hace unos días hubo una reunión en la Casa Presidencial. A ella fueron invitados los legisladores y los elogios del Ejecutivo hacia la capacidad de Manlio Fabio, colmaron hasta los ahuehuetes de Chapultepec.
La única pregunta después de eso es sobre el futuro de Beltrones quien es, sin duda, uno de las excepciones de calidad en la política mexicana y cuya responsabilidad como diputado se terminará en un suspiro.
¿Y después cómo lo aprovechará el neo sistema?
El otro gran operador, Emilio Gamboa, llevará su encargo hasta fines del sexenio, pero Beltrones debería estar contemplado y en su tiempo convocado, a nuevas y más hondas responsabilidades públicas.
TURISMO
Las diferencias de tiempos anteriores entre la Secretaría de Turismo y Fonatur, ahora no solamente han estado ausentes, sino por el contario, cada vez más siente una labor de equipo entre la secretaria Claudia Ruiz Massieu y el Director del Fondo, Héctor Gómez Barraza.
Por eso el anuncio de mayores recursos al sector turístico a través de la Banca Comercial y de Desarrollo, emitido durante la instalación de la Mesa de Facilitación de Inversiones y Financiamiento para ese rubro, fue un espaldarazo para Gómez Barraza, quien junto con los Directores Generales de instituciones de la Banca de Desarrollo como BANCOMEXT, BANOBRAS y NAFIN escuchó los pormenores de esas operaciones.
La tarde fue redonda, pues la Secretaria de Turismo Claudia Ruiz Massieu resaltó cómo FONATUR ha recobrado su esencia, con base a la experiencia y reorientación de sus actividades.
Ruiz Massieu destacó la productividad del trabajo en conjunto con la Banca de Desarrollo y también con entidades como ProMéxico y el INADEM para poder avanzar en los objetivos de la Política Nacional Turística y, particularmente, para identificar nuevas oportunidades de inversión en la industria sin chimeneas, como se le llama comúnmente.