Hace algunos años, cuando el director de Caminos y Puentes Federales de Ingreso era Francisco Javier Alejo (quien había dirigido además el Fondo de Cultura Económica en el echeverrismo) la modernidad quiso alcanzar a ese sistema carretero y se dieron los primeros pasos para la conversión de todo el sistema de Capufe.
Los argumentos fueron los de siempre.
La mejoría en el servicio, la comodidad del usuario, la seguridad y todo lo demás. Pero en el fondo había –y hay—muchos negocios, entre ellos uno grande, al menos en el telepeaje, hoy en manos de una sola compañía cuyo nombre me reservo pero a la cual usted puede identificar si mira al cielo y ve un globo aerostático azul sobre todo nuestro territorio. Pero eso es apenas la punta del iceberg. Hay mucho más.
Caminos y Puentes, como suele suceder en todo arranque sexenal digno de respeto, ha sido para los nuevos funcionarios del sector de las comunicaciones y los transportes (o de cualquier otro sector), una caja de Pandora, paradójicamente sin sorpresas. Comporta las mismas características de todo lo demás en este país: números rojos en medio del absoluto desorden administrativo. Punto.
Un noble colaborador de esta columna, cuyo nombre como el anterior me reservo, pero no por oculto deja de ser confiable, me dice algunos detalles sobre cómo fue la más reciente asamblea de Capufe (presidida por el subsecretario de infraestructura de Comunicaciones y Transportes, Raúl Murrieta Cummins en representación del secretario, Gerardo Ruiz Esparza) y cuáles algunos de los hallazgos:
“Lo “que venía ocurriendo” consiste en licitaciones irregulares y subjetivas, cuya decisión, en su mayoría, dependían de un solo funcionario, de contratos incumplidos o ventajosos para el prestador del servicio, ya sea a medias o de plano equivocados; sobrepoblación en la empresa; tarifas desiguales en contra de Capufe; que en general generan riqueza pero no a favor de la institución.
“… (en la reunión) se convocó a una junta de trabajo cercana ,que ofrezca alternativas de solución que rompan inercias y que permitan cumplir metas en favor de Capufe, del usuario y del país. Se autorizó al Director General a contratar despachos externos que hagan un diagnóstico real y que sugieran la mejor de las formas de solucionar las anomalías
“El Director General reiteró que, desde que tomó posesión del cargo, en diciembre pasado, el discurso diario es el compromiso y la responsabilidad que se tiene con el presidente de la república para lograr transparencia y acabar con los números rojos en la dependencia ,que debiera ser altamente rentable”.
El caso fue intenso. La asamblea fue motivo para reconvenciones y recomendaciones. Según mi corresponsal esto ocurrió:
“Si cuando ustedes dejen la oficina –les dijo Murrieta– no se han hecho los avances que se tenían que lograr y aparezcan como cualquier ciudadano haciendo largas filas para regresar de Cuernavaca, se van a acordar de que tuvieron la oportunidad de hacer todo lo que se tenía que hacer y no van a tener con quien quejarse (aquí el “subse” pudo haber dicho, excepto con su mala conciencia llena de remordimientos, lo cual hubiera sido altamente melodramático).
“A lo largo de la sesión, que tuvo una duración de aproximadamente dos horas y media, se hizo un análisis detallado de la situación por la que atraviesa Capufe, subrayándose el estado deficitario de la dependencia, debido a decisiones equivocadas en el mejor de los casos.
“Tanto el subsecretario como el director general de Capufe (Benito Neme) coincidieron en que Caminos y Puentes Federales es un operador que en esta administración debe ser sumamente eficiente. El reto, dijeron de varias formas Murrieta y Neme, es que todo el mundo se dé cuenta que hay un nuevo Capufe y que se arranque de raíz lo que todos sabemos que venía ocurriendo.
“En la sesión de Consejo, el subsecretario tomó protesta a nuevos funcionarios entre ellos al director jurídico, Jorge Martín Jiménez Zarate;al director de Administración y Finanzas, Adolfo Riveroll y al director de Infraestructura Carretera, Mauricio Sánchez Woodworth”.
EJÉRCITO
Se festejará el Día del Ejército y eso explica la insidia del gobierno de los Estados Unidos a través del New York Times (órgano frecuente del Departamento de Estado) y sus “filtraciones” sobre los verdaderos motivos de la designación del general Cienfuegos al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Pero más allá del caso mencionado, del cual ya se han hecho aclaraciones, queda el residuo de la colonización voluntaria al menos en materia de opinión pública. Confundir a la prensa extranjera como la única válida, la infalible, la independiente, la grande, cuando en su comportamiento presenta los mismos defectos de toda la prensa mundial, no importa el tamaño de los medios.
La prensa mexicana, con estrépito de hecho mayor, reprodujo el 6 de febrero, más o menos lo siguiente:
“Mandos del Ejército y de la Armada de México reconocieron que el gobierno de Estados Unidos dio el visto bueno al general Salvador Cienfuegos Zepeda y al almirante Vidal Francisco Soberón Sanz para que ocuparan las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina.
“En tanto el general de división retirado Luis Garfias Magaña señaló que la revelación hecha por el periódico estadunidense New York Times de que el gobierno de Barack Obama presionó para que el general Moisés García Ochoa no fuera designado secretario de la Defensa Nacional, por presuntos vínculos con el narcotráfico y por corrupción, es tan delicada y tan grave que el presidente Enrique Peña Nieto, en su calidad de comandante supremo de las fuerzas armadas, debe dar una respuesta contundente sobre estos hechos.
“La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no hizo ningún pronunciamiento al respecto.
“Sobre la relación con Estados Unidos, los mandos comentaron que si bien la última palabra la tuvo el presidente Peña Nieto, las agencias estadunidenses le hicieron llegar sus comentarios sobre los candidatos, por lo que no descartaron la veracidad de la información publicada sobre García Ochoa, en cuanto a que uno de los factores para no ser designado titular de la Defensa Nacional fue el punto de vista de la Casa Blanca.
“Dentro de las fuerzas armadas, apuntaron, se sabe que la posición que tuvo en el pasado sexenio García Ochoa, como director de Administración de Sedena, es una de las más susceptibles de incurrir en actos de corrupción, por las millonarias cantidades de dinero que están en juego y porque los proveedores de servicios de las fuerzas armadas son proclives a ofrecer dinero extra a los funcionarios encargados de las adquisiciones.
“En cuanto a los posibles vínculos con el narcotráfico, los entrevistados señalaron que en todo caso, si los estadunidenses tienen pruebas de presuntos actos de corrupción, deberían entregarlas al gobierno mexicano para que obre en consecuencia.
“En cuanto a las acusaciones que menciona la publicación, de que siendo coronel fue el primer director del Centro de Inteligencia Antinarcóticos (Cian) de la Defensa Nacional –tiempo en el que habría sido uno de los oficiales que probablemente deseaban seguir lucrando con una relación continua con organizaciones de narcotráfico, o que en su momento organizó una redada contra el cártel de Juárez con el propósito de permitirle a Amado Carrillo Fuentes que escapara–, los informantes señalaron que esos señalamientos no parecen ser del todo sólidos para involucrar a García Ochoa con el crimen organizado.
“También señalaron que sería extraño que habiendo sospechas sobre la conducta del general –quien fue considerado para dirigir la Sedena hace unos meses–, hubiera sido designado comandante de la 12 Región Militar, que abarca estados tan delicados como Chihuahua y Cohauila…
“…La Secretaría de Gobernación aseveró anoche que el presidente Enrique Peña Nieto designó al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Salvador Cienfuegos) haciendo uso de la facultad que le confiere la Constitución para nombrar y remover libremente a los secretarios de Estado.
“De esa forma el gobierno federal respondió a la información divulgada en la víspera en el diario estadunidense New York Times, en el sentido de que Estados Unidos presionó para impedir que el general Moisés García Ochoa fuera nombrado secretario de la Defensa Nacional, ante sus posibles vínculos con el narcotráfico y casos de corrupción.
“En seguida el texto íntegro del comunicado:
“En relación con la nota del periódico estadunidense “The New York Times”, que recogen diarios mexicanos, en el sentido de que el Gobierno de Estados Unidos vetó en diciembre pasado un supuesto nombramiento para la Secretaría de la Defensa Nacional de la actual administración, esta dependencia afirma lo siguiente:
“El Presidente de la República valoró en su oportunidad los perfiles de los generales de división en activo del Ejército Mexicano para seleccionar al secretario de la Defensa Nacional, decisión que realizó en ejercicio pleno de las facultades que la Constitución le confiere para nombrar y remover libremente a los secretarios de Estado”.
Pero les seguimos creyendo como si fueran La Biblia. Y no lo son.