La izquierda intelectual, o algo parecido a eso, no quiere a Omar García Harfuch y lo mostraron en un desplegado de apoyo a Clara Brugada, pero la mayoría de ellos tampoco moverá un dedo si Brugada no es la elegida por la encuesta.

Es un pulso con Claudia Sheinbaum. La izquierda intelectual, o algo parecido a eso, no quiere a Omar García Harfuch y lo mostraron en un desplegado de apoyo a Clara Brugada.

Consideran que ella es la indicada para continuar con el legado de la 4T. Indican en su toma de postura, que hay que garantizar lo logrado desde que Cuauhtémoc Cárdenas accedió a la jefatura de gobierno en 1997 por el veredicto de las urnas y cuya derivación es López Obrador en Palacio Nacional. 

Elena Poniatowska, Sabina Berman, Marta Lamas, Kenya Cuevas, Andrés Oropeza, Carmen Boullosa, Daniel Jiménez Cacho, Javier Jiménez Espriú, Julieta Fierro, John Ackerman, Laura Esquivel y Paco Ignacio Taibo II, entre otros mostraron sus cartas. 

Sí, los abajo firmantes ven a la exalcaldesa de Iztapalapa como una digna heredera de la 4T en la Ciudad de México. 

En el texto la comparan con Tomás Moro: “ha retomado para la política moderna la antigua y hermosa utopía de Tomás Moro, pero la ha liberado de su condición de idílica e imposible”.

Líneas algo recargadas y desproporcionadas sobre el proyecto UTOPIAS que tanto celebran y que tiene mérito porque muestra una forma de hacer política social con beneficios y atención a poblaciones vulnerables. 

Sostienen que “el amanecer democrático de esta gran urbe se debe mucho al trabajo y la lucha de los habitantes del oriente de la Ciudad”. 

La democracia, se desprende de su afirmación, provino de ahí, de la alcaldía más complicada de todas, donde las corrientes más poderosas y cuestionables de la izquierda han establecido un sistema clientelar de pactos y controles.  

En efecto, Iztapalapa en términos electorales es relevante y no se necesita de tanta cursilería para señalarlo. Podrían decir que optan por una política probada en las urnas, para hacer contraste con su adversario, pero el tono melodramático es para tratar de ablandar a la destinataria prioritaria del texto: Sheinbaum. Es con la coordinadora de la 4T con quien establecen el mensaje, para intentar que rectifique. 

Al exsecretario de Seguridad lo quieren para que los cuide, no para que los gobierne. Era previsible que las cosas se fueran decantando de esa forma, porque García Harfuch no pertenece a esos grupos, aunque haya firmado la papeleta de militante morenista. 

García Harfuch es policía y a los firmantes no les gustan los policías, aunque tengan que desayunar, comer y cenar con militares. 

A Sheinbaum se le complican las cosas, pero no al grado de rupturas, porque los futuros que puede vender siguen siendo notables. 

Sin embargo, las reacciones contrarias a su candidato resultaron más fuertes de lo estimado, y la cuota de género en las postulaciones a las gubernaturas pueden devolverle pertinencia al proyecto de Brugada. No se quieren arriesgar en la Ciudad de México, sostienen, pero más lo harán en otras entidades donde no hay mujeres tan aventajadas en la carrera por el poder.   

Los 800 firmantes, entre los que se encuentran personalidades de indudable prestigio, no impactarán nada en las encuestas. Supongo que lo saben. La mayoría de ellos tampoco moverá un dedo si Brugada no es la elegida por la encuesta. Apechugarán lo que venga, como la destrucción de instituciones, el desprecio por la ciencia, los intentos destructivos contra el Poder Judicial o la militarización. Saben que cada día los pueden sorprender con una nueva pirueta y si algo se trasluce en su texto, es la resignación. 

Pero, de no ser Brugada, sí se habrá roto algo, similar a lo que a no pocos de ellos ya les ocurrió con López Obrador, aunque les dé miedo hasta imaginarlo, ya que tendrán que asumir la enorme incoherencia del movimiento al que se suman cada tres años, porque piensan, cada vez, que ahora sí no serán engañados. 

Otros, los que sí son militantes, que también estamparon su firma en el documento, le harán la vida de cuadritos a García Harfuch, pero no más, al menos mientras de Palacio Nacional no indiquen otra cosa, ya que saben, por experiencia, el alto costo que puede tener llevar la contraria. 

Brugada, por lo pronto, se manifestó agradecida con el apoyo. Hace bien, pero no debe ilusionarse, porque en el partido al que pertenece las cosas son como son. 

“Su respaldo –les dijo– llena mi corazón de fuerza y determinación. Cada día somos más quienes anhelamos un segundo piso de la Cuarta Transformación”.

@jandradej