No tiene ninguna importancia pero a veces las fechas nos juegan discursos de casualidad, simbolismos extraños, días marcados, dados cargados o cartas con seña.

Así ahora, cuando celebramos –signifique como sea el asunto–, el Día de la Bandera, tenemos el regusto amargo de las reuniones de ayer entre los funcionarios mexicanos en defensa de una posición tradicionalmente frágil y en ocasiones hasta sumisa, y un imperio insolente cuyos personeros parecen hablar discursos de Babélicos, cada quien su lengua, cada quien su idioma, porque en la orquesta del caos en la cual Donald Trump ha metido a su país, con  líneas contradictorias, discursos equivocados; frenazos y acelerones producto de la evidente falta de oficio político y administrativo, nadie entiende nada de nada.

Especialmente Donald Trump quien nada distingue. Para él son iguales las calabazas y los cuartos de Monet. Las primeras las cuelga de la pared y a los segundos les mete un  mordisco.

Los más altos personajes del gobierno americano, después del Ejecutivo, llegaron a México. No se sabe, ahora con cual objeto. Y si en un momento se discutía la pertinencia de recibirlos o desairarlos, como hacen allá con nosotros, ahora se vio la inutilidad –al menos por cuanto a la prensa trasciende–, de haber siquiera hecho el viaje.

No se entienden ni entre ellos, menos van a lograr acuerdos con alguien. No hay materia para el entendimiento.

Leamos esta información de ahyer por la tarde:

“(AP).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habló este jueves de una “operación militar” de su gobierno para detener y deportar a personas que entraron ilegalmente a su país, y que cometen crímenes.

“Pero horas más tarde, el secretario de Seguridad Interior, John Kelly, dijo en México que no intervendrán militares para labores de migración.

“No habrá uso de fuerzas militares en inmigración”, aseguró Kelly durante un mensaje a medios tras reunirse con los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray.

“Para abundar en las señalas confusas o contradictorias, después el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que el mandatario de EU usó el término de “operación militar” solo como un “adjetivo” o una expresión.

Claro, es una expresión y expresa sólamente el sentido de los términos; no otros. Un espagueti es un espagueti, no un cuadro de la zona Maco. Pero sigamos.

“El secretario Kelly también mencionó que no habrá deportaciones masivas de inmigrantes en Estados Unidos (en ese país hay al menos 5 millones de mexicanos indocumentados), y aseguró que ambos países deben trabajar para que la migración sea segura y ordenada.

“Hizo esa declaración, aunque días antes se difundieran documentos que firmó, en los que se abre la puerta a más deportaciones.

“Otra señal contradictoria es la de que en las circulares del Departamento de Seguridad Interior se menciona que los inmigrantes indocumentados sean deportados al país a través del que llegaron, y no a su país de origen”.

“Aunque el propio Kelly firmó la circular con esa directriz, el miércoles pasado dijo que los inmigrantes indocumentados sí serían deportados a su país de origen. Una contradicción más.

“En el caso de los procesos de deportación, el secretario mencionó en México que la actuación de las autoridades estadounidenses será apegada a la ley, respetando los derechos humanos y la dignidad humana”.

En esas condiciones nada se puede solucionar, ni siquiera abordar con  seriedad. Los funcionarios del gobierno estadunidense ya han padecido en carne propia, como el anterior jefe de la seguridad nacional, Michael Flynn a quien Trump acusó de hacer cuanto le había ordenado hacer. Obviamente Flynn no fue a ver por su cuenta al embajador de Rusia. Trump lo mandó y luego lo dejó colgado del mecate. De eso hace apenas diez días.

DISCURSO

LA respuesta de Andrés Manuel López Obrador a Miguel Ángel Yunes en el tiroteo verbal sobre los dineros supuestamente entregados por Javier Duarte a Morena, y la competencia del “corruptómetro”, nos recuerda a Fidel Castro:

Cuando lo echaron de la junta de Monterrey para congraciarse con Estados Unidos, Fidel dijo: yo tengo pruebas de mis dichos. Si yo mintiera renunciaría a todos mis cargos en la conducción revolucionaria de Cuba. Y sacó una grabación, puso en ridículo a Fox y probó la estupidez crónica del gobierno panista de aquel tiempo.

Y ahora vale la pregunta: ¿Tiene Yunes forma de probar los embutes a Morena?

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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