A dos años para que culmine la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador hay varios asuntos que desde que él era precandidato a la presidencia prometió resolver, como es la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el rescate de los 63 mineros en Pasta de Conchos, la inseguridad en el país y la pobreza, a los que se sumaron después la masacre de la Familia Lebarón en 2019 y el desabasto de medicinas, un lastre que arrastra su gobierno y que la solución inmediata a esto casos es dejarlo en promesas, lo que se ha convertido en su dolor de cabeza.
El pasado 1 de noviembre el mandatario dijo que si él hubiera llegado desde el 2006 a la Presidencia se hubieran evitado numerosas tragedias en el país, como la guerra contra el crimen organizado o la pobreza, pero en los cuatro años que lleva su administración ha demostrado que su improvisado programa de gobierno para enfrentar estos y otros asuntos no han funcionado y no han sido efectivos.
En julio de 2018 López Obrador, ya como mandatario electo enumeró algunas de las transformaciones que llevaría a cabo no solo de fondo, sino de forma en México y por importancia las ubicó como dar un cambio en la figura presidencial, combatir con efectividad la pobreza, erradicar la corrupción, combatir como nadie la inseguridad y mejorar el sistema educativo del país, factores que no ha cumplido y por el contrario ha dejado mucho que desear.
En lo que respecta a la transformación presidencial aseguró que aplicaría una política de austeridad, renunciaría a vivir en la residencia oficial de los Pinos, lo que sí cumplió, pero se mudó a Palacio Nacional, lo que falta a su palabra de austeridad, donde los lujos y tener servidumbre lo alejan de ese objetivo de transformación.
Sobre la pobreza, sus programas sociales no han funcionado y al contrario hay más pobres que antes. Un reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que entre 2018 y 2020 el porcentaje de pobres a nivel nacional pasó de 41.9 a 43.9 por ciento, lo que representa un aumento de 3.8 millones de personas, es decir, se pasó del 51.9 millones de personas a 55.7 millones de personas en pobreza.
Asimismo, el Inegi estima que para el cierre de este 2022 se calcula que los pobres en México serán 58.1 millones, o sea, 2 y medio millones más que hace dos años y 6,1 por ciento más que al principio de López Obrador.
CORRUPCIÓN.
Sobre unos de los factores en los que más ha apostado el actual gobierno es el combate a la corrupción, pero éste no ha logrado moverse en lo más mínimo, e incluso hay denuncias que salpican al Gobierno Federal en donde están involucrados personajes cercanos al mandatario, entre ellos familiares y funcionarios de Morena. Por mencionar están los casos de los hermanos del presidente López Obrador, sus hermanos Pío y Martín captados en video recibiendo dinero en actos comprometedores. En la misma línea están conflictos de interés, donde se otorgaron contratos de Pemex a su prima Felipa. Esto sin contar la vida de lujos que lleva su hijo mayor José Ramón, en Houston, Texas, lo que contradice los dichos del presidente de no proteger a nadie y ser ejemplo de austeridad, incluso con su familia.
López Obrador aseguró que castigaría incluso a amigos y familiares que incurrieran en corrupción y es todo lo contrario, ya que se ha encargado de presionar a las fiscalías para evitar que estos polémicos asuntos avancen.
Otro de los casos que también exhiben la corrupción dentro de Morena es el desfalco detectado en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), que ascienden a más de 12 mil millones de pesos, lo que fue detectado entre 2019 y 2020 y exhibido por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y por lo cual hay denuncias ante la Fiscalía General de la República (FGR); sin embargo, hasta ahora el caso sigue en veremos, ya que al ser una dependencia creada en el gobierno amlista los obstáculos para aclarar este desvío de recursos podrían tardar años o no conocerse.
INSEGURIDAD.
La inseguridad es sin duda el Talón de Aquiles de este gobierno, ya que la promesa que pregonó el mandatario aún como precandidato presidencial no ha mejoras e incluso las cifras que presenta su gobierno sobre una mejor seguridad ciudadana han dejan mucho que desear, ya que las cifras que presenta su administración no coincide con cifras de organizaciones que vigilan en todo momento el rubro de la seguridad.
El 22 de abril de 2019 el mandatario prometió que con su proyecto de combate a la inseguridad en seis meses bajarían los niveles de violencia, esto, luego de la masacre ocurrida en Minatitlán, Veracruz, lo que dejó 14 muertos, entre ellos un bebé. Sin embargo esa promesa se esfumó y la violencia sigue al alza, con más inseguridad y temor ciudadano para incluso salir con tranquilidad a las calles, a pesar de la insistente militarización del país que pretende la 4T.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en septiembre pasado sumaban 132 mil 217 personas asesinadas en el país, entre el 1 de diciembre de 2018 y el 30 de septiembre de 2022. De ellas, 128 mil 535 corresponden a casos de homicidio doloso y 3,682 feminicidios.
Dentro del rubro de inseguridad se incluyen algunos casos que se han convertido en el dolor de cabeza de AMLO y su gobierno, como son la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la desaparición 63 mineros en Pasta de Conchos, la desaparición de 10 mineros más en Coahuila y la masacre de nueve integrantes de la familia Lebarón en noviembre de 2019, casos que no han sido resueltos y de los que mucho menos el actual gobierno ha hecho justicia.
Sobre el caso Ayotzinapa, el 26 de septiembre de 2020 cuando se cumplieron cuatro años de la tragedia, en Palacio Nacional el Ejecutivo Federal aseguró que su gobierno no protege a nadie y no hay impunidad como en años anteriores.
El pasado 30 de junio López Obrador aseguró a padres de los normalistas que “ya sabemos lo que sucedió, nos faltan algunas cosas para complementarlo, porque acuérdense que es un proceso judicial y se pueden tener pruebas pero hay que certificar esas pruebas, hay que validarlas de acuerdo a procedimientos, pero ya tenemos mucho avance que es una de las demandas incumplidas o de los compromisos que hice que no he podido cumplir. Este año va a quedar lo de Ayotzinapa”.
Sin embargo, el pasado 26 de octubre el caso entró en un bache, ya que el informe presentado por la Comisión de la Verdad y la Justicia que encabeza el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, no aportó nada nuevo al informe existente de la llamada “Verdad histórica”, además de que se desecharon órdenes de aprehensión giradas en contra de sospechosos militares clave, lo que ha puesto bajo la lupa la supuesta protección del presidente López Obrador para miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional, además de que el fiscal principal del caso renunció tras exhibir ese punto. Y ahora, la columna vertebral del nuevo reporte del gobierno está en duda, e incluso los padres de los normalistas han comenzado a reclamar a López Obrador para que tome con seriedad el caso y realmente se encomiende por hacer justicia.
Otro asunto delicado es la promesa incumplida del rescate de los 63 mineros de Pasta de Conchos. El mandatario prometió a las familias sacar los cuerpos, pero su palabra quedaron en el aire.
El 4 de mayo de 2019 y a 16 años de la tragedia, el mandatario prometió que los 63 cadáveres de los 65 mineros sepultados en la mina de Pasta de Conchos el 19 de febrero de 2006 serían rescatados. Desde el 2012, cuando buscaba la presidencia, López Obrador prometió a familiares de los mineros que una vez en la presidencia su objetivo sería sacar los cuerpos de los trabajadores; ya lleva cuatro años en el gobierno y no se ha hecho nada y trata de no tocar el tema para que no surjan los reclamos por su falta de compromiso y palabra, ya que su prioridad ahora está ventrada en posicionar su iniciativa de reforma electoral y colocar al candidato presidencial de Morena que buscará relevarlo en el 2024.
Otra promesa incumplida es la del rescate de 10 mineros atrapado en un pozo de carbón en Sabinas, Coahuila, tragedia ocurrida el pasado 3 de agosto.
Dos días después de este siniestro el presidente aseguró que se trabajará intensamente hasta rescatar a los 10 mineros y para ello se cuenta con asistencia de especialistas extranjeros. A pesar de que mineros locales ofrecieron su ayuda para el rescate, ésta fue rechazada por la 4T.
El 29 de agosto y al ver que el rescate no era “pan comido”, el Presidente de la República dio por muertos a los mineros y dijo a los familiares que la recuperación de los cuerpos tardaría entre 6 y 11 meses, sin que hasta ahora se conozcan avances de los trabajos y si las familias ya fueron indemnizadas y si los verdaderos responsables ya enfrentan a la justicia.
DESABASTO DE MEDICINAS
Un punto que se ha convertido en un lastre del que no se ha encontrado solución es el desabasto de medicamentos. La crisis en el sector salud por este punto se agudizó desde el primer año de gobierno de la 4T en 2019 y a cuatro años de la administración amlista no hay solución debido a los recortes presupuestales y a los cambios irresponsables en la compra de las medicinas impuestos por el gobierno, que subestimó la complejidad de la cadena de acceso a los medicamentos, cambiaron los procesos de adquisición y distribución de manera atropellada y sin que se tuviera noción para su manejo y organización.
A pesar de las denuncias y reclamos de derechohabientes en los distintos institutos de salud del país ante la escasez de medicinas, el gobierno federal no se ha cansado de prometer soluciones que aún no llegan.
El 21 de noviembre y fiel a su estrategia en el manejo de la retórica, el presidente López Obrador, adoptando una posición de desafío dijo: “me dejo de llamar Andrés Manuel si no se resuelve el desabasto de medicamentos”. Se han cumplido cuatro años de su gobierno y de supuestas reuniones con su gabinete de salud y el problema sigue sin cambios, por lo que su palabra y su nombre han dejado de tener algún valor. Pacientes con cáncer, entre ellos muchos niños y niñas, adultos mayores, se han enfrentado a cuatro años de pesadilla por falta de medicinas y vacunas en todos los niveles.
Frida Romay Hidalgo, jefa del área de Salud y Bienestar de la organización Cero Desabasto, señaló el 2 de marzo de 2022 que «en 2021 más de 22 millones de recetas no se surtieron efectivamente y, desde 2017, fue el año con el mayor número de recetas no surtidas efectivamente (recetas negadas y surtidas parcialmente) en los principales subsistemas del Sistema Nacional de Salud».
La ONG, que integran más de 81 organizaciones y grupos de pacientes, presentó la «Radiografía del Desabasto: Informe de transparencia en Salud 2017-2021» en el que se recabaron datos de fuentes públicas, reportes de pacientes y solicitudes de información a instituciones de salud y hospitales.
EDUCACIÓN
Otros de los factores también claves es el de la educación, y es que el presidente se comprometió a mejorar el nivel educativo, apoyar a los niños, niñas y adolescentes de todos los niveles educativos y apoyar a los docentes.
Desde su entrada a la presidencia López Obrador se ha empeñado en destruir el sistema educativo nacional y comenzó con la desaparición de las Estancias Infantiles, ayuda para padres y madres trabajadores. Este programa ha sido rescatado por algunos gobiernos estatales. También se buscó desaparecer el sistema de Escuelas de Tiempo Completo, pero también poco a poco ha sido rescatado.
En el caso de los docentes, más que apoyarlos les ha frenado su crecimiento profesional e incluso desde el 2019 comenzó el proceso de extinción de los sistema Centros de Maestros de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que con el pretexto de las políticas de austeridad les han quitado recursos de apoyo para el reforzamiento profesional docente y de asistencia a estudiantes. En decenas estos centros se han retirado los equipos de cómputo, se quitó el servicio de internet, papelería e incluso los inmuebles que eran rentados para este servicio ya se dejó de pagar, lo que deja en total indefensión a alumnos y maestros.
La pesadilla con la 4T no ha terminado, quedan dos años y todo gira en torno a promesas que están a años luz de cumplirse.
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