La Universidad Nacional bajo la 4T: de amenaza en amenaza

El discurso de AMLO sobre la UNAM es básico, como suele serlo en muchos casos: para él la Universidad Nacional se derechizó y los rectores son parte de lo que, una y otra vez, el mandatario mexicano llama “los conservadores”.

En esta campaña, el populista AMLO ha contado a su lado con lo que se denominan máscota de facto: «reporteros» en la mañanera y legisladores en San Lázaro que, como haría un buen chucho, menean la cola y moran fijamente a su amo hasta que éste lanza la pelota para entonces correr frenéticos. La pelota, en esto, es la autonomía universitaria.

En octubre de 2021, el Presidente resumía esto así: “Es lamentable que la UNAM se haya derechizado como sucedió en los últimos tiempos. Y es una gran universidad, pero no estuvieron a la altura de las circunstancias; la crítica al neoliberalismo no surgió de la UNAM. Al contrario, muchísimos académicos e intelectuales de la UNAM se dedicaron a legitimar la privatización; Salinas los cooptó a casi todos”.

Cualquier análisis ligeramente serio encontraría la principal crítica a la llamada modernización salinista en textos de los investigadores de la Universidad Nacional y a una institución que vía sus estudiantes, trabajadores y profesores representaron siempre oposición al salinismo.

Curiosamente, Presidencia destina parte de algunas de sus mañaneras a atacar a la Universidad Nacional pero no en boca del mandatario, sino de los pseudoperiodistas que lanzan preguntas argumentadas en las que las descalificaciones contra la Universidad son constantes.

López Obrador, el año pasado, después de una larga exposición de este tipo, respondió: “Si, como tú lo mencionas, por la reforma electoral nos acusan de querer destruir al INE, si me meto a dar mi opinión sobre la UNAM, pues algunos —no todos desde luego, porque hay muchos universitarios conscientes, pero hay muchos también conservadores furibundos— a lo mejor me acusarían que ya quiero destruir las universidades públicas o desconocer la autonomía universitaria. Entonces, no, no…”

…Pero sí.

Sin importar la fortaleza o debilidad del argumento amlista contra la UNAM, las acciones concretas del régimen contra la UNAM se han presentado en repetidas ocasiones. La llamada 4T tenía un par de meses en el poder cuando cometieron un desliz legislativo y borraron la autonomía constitucional de la UNAM cuando realizaban una reforma sobre otro tema. Se dijo que se trataba de un error, pero en realidad el asunto no dejó de generar sospechas.

En 2020, la propia bancada morenista presentó una iniciativa destinada a “democratizar” la Universidad Nacional, lo que fue calificado tajantemente por el rector como un intento de intromisión en la vida universitaria.

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior respaldaron a la UNAM ante este primer intento y el asunto perdió fuerza con el paso de los meses. Eran además los días difíciles de la pandemia en los que diferentes sectores especializados de la Universidad criticaban la inacción oficial contra el Covid, así que otros temas se tornaron secundarios.

Finalmente en este 2023, utilizando a un diputado oaxaqueño procedente de la APPO, la iniciativa ha revivido hablando, ahora sí, de eliminar a la Junta de Gobierno de la UNAM del proceso de elección del rector. El discurso, también muy básico, de una elección abierta en una institución de educación superior, comienza a tomar fuerza.