Tras el asesinato del exlíder de las autodefensas en Michoacán, Hipólito Mora, por una emboscada, suceso que aconteció este 29 de junio, el populista mandatario quiere evadir su responsabilidad por el aumento de violencia en el país e insite en que son herencias de otros sexenios
Con cinco años en el cargo y con políticas improvisadas donde no hay estructura definida, en ese marco es como ha aplicado su política de seguridad de “Abrazos, no balazos” el populista presidente Andrés Manuel López Obrador, quien para evadir su responsabilidad por el fallido esquema de protección ciudadana de su administración, sigue culpando a administraciones de sus antecesores por las casi 160 mil muertes que han ocurrido en su gobierno, así como de la imparable expansión de grupos del crimen organizado que tienen contra la pared a los mexicanos.
El más reciente episodio en el que López Obrador se lava las manos por la inseguridad que vive el país ocurre tras el asesinato en un ataque directo por parte de hombres armados contra el exlíder de autodefensas en Michoacán, Hipólito Mora, suceso que aconteció este 29 de junio, episodio del que el populista mandatario culpa al expresidente Felipe Calderón, quien desde hace más de 11 años ya no tiene las riendas del país.
“Esto que está sucediendo, pues tiene como antecedente, aunque a veces se olvida, lo que se provocó en el pasado, este es un remanente de la violencia que se auspició y permitió desde el gobierno, acuérdense de que hubo un narcoestado en México durante el gobierno de Felipe Calderón“, dijo desde el púlpito de su talk show matutino en Palacio Nacional.
López Obrador insiste en que esta violencia es la herencia de administraciones pasadas, pero al parecer ya se le olvido que durante más de 12 años recorrió el país, supuestamente para conocer la realidad y futuro que se avecinaba, por lo que no es posible que desconozca que la violencia y presencia de grupos criminales han aumentado, y más si no hay políticas reales de seguridad y todo se hace con improvisaciones como ocurre con su administración.
El populista mandatario sigue culpando a exgobernantes de cosas que están ocurriendo en su administración, lo que deja claro que quiere pasar a la historia como el mandatario que no asumió su responsabilidad, que culpa a otros de sus fracasos y que lo único que quiere es halagos, aplausos y servilismo de sus allegados que no saben y no quieren contradecirle para no ser expuestos como supuestos “traidores a la causa”.
Casos de miedo al mandatario los exhiben todos los días funcionarios de dependencias del gobierno que leen el guión que el huésped de Palacio Nacional quiere que expresen y que subrayen que todo pinta de maravilla, que no hay muertos por ola de calor, que tampoco hay apagones, que no hay desabasto de medicamentos, que los programas sociales llegan a todos, que el fraude en Segalmex es herencia de funcionarios corruptos, que los ministros de la Suprema Corte no apoyan al pueblo, que el AIFA ya está al nivel de los grandes aeropuertos del mundo aunque no haya vuelos, que la Refinería de Dos Bocas traerá autosuficiencia y que no habrá motivo para comprar crudo a otros países y otras barbaridades más.