El tiempo de duración de los cinco informes anteriores oscilaron entre los 45 minutos y la hora con 35 minutos y para éste último show se estima que rebasará las dos horas de discurso
Acostumbrado a que se cumplan sus berrinches, ser el protagonista de su propio show y donde el discurso se centrará nuevamente en culpa a la oposición por las incapacidad de su gobierno, este 1 de septiembre el populista presidente Andrés Manuel López Obrador, al estilo de sus amigos Nicolás Maduro en Venezuela y de Miguel Díaz Canel en Cuba, montará su último show anual, al presentar su sexto y último informe de labores, mismo que advirtió será muy extenso y sin límite de tiempo, donde la novedad no serán los avances o logros de su gobierno, sino que sería un milagro que citara por lo menos, algunas de sus promesas sin cumplir, como el desabasto de medicamentos, que el sistema de Salud está a años luz de ser como el de Dinamarca, tampoco se erradicó la corrupción, no se resolvió el caso Ayotzinapa y tampoco hubo mejoras en la inseguridad, entre otros factores.
Para sentir que el pueblo lo quiere y está con él, aunque sean acarreados pagados como ya es costumbre de la 4T, la cita y presentación del insípido informe se llevará a cabo en el Zócalo de la Ciudad de México, sitio tradicional donde la presencia del “pueblo bueno” deberá estar presente para aplaudir cada palabra del pastor de la 4T, y es que está de por medio un incentivo económico para corear lo que los dirigentes guindas les pidan gritar, que aplaudan o incluso fingir que lloran si el momento del show así lo amerita.
López Obrador, quien se resiste a quedar fuera de los reflectores, ha buscado seguir en la escena internacional al hacerse el valiente y reclamar a Estado Unidos por el vacío de información sobre el secuestro y detención de Ismael “El Mayo” Zambada. Según medios estadounidenses, el mandatario mexicano también se ha agarrado del caso Ovidio Guzmán, uno de los hijos del “Chapo” y quien aparece ahora en calidad de testigo protegido, y a quien junto con su hermano Joaquín Guzmán, ya les considera traidores a la patria, por supuestamente haber secuestrado a “El Mayo” y entregarlo a las autoridades de EU y no a las de México.
AMLO, quien busca distractores hasta debajo de las piedras, ya advirtió que su último informe será más largo que los anteriores y se tomará su tiempo, pues la cuenta regresiva como Jefe de Estado ya comenzó y está a 29 días de ser un ciudadano común y corriente.
“Sí voy a tardar, ¿eh?, y de una vez lo adelanto, porque es bastante. Digo, por más que estoy haciendo así una síntesis, un resumen, me va a llevar algún tiempo; entonces, vénganse preparados con agua, con sombrilla, sombrero, gorra, paciencia, esa siempre tienen ustedes, mucha paciencia”, dijo en esa ocasión en total alusión a la marea de acarreados que ya quedaron confirmados en la lista de asistentes que fingirán otro día más estar con Obrador.
El último show de su sexenio, con su informe de actividades, sin duda rebasará la hora y 45 minutos, superando el tiempo a los cinco anteriores, por lo que analistas estiman que el de esta ocasión podría durar más de dos horas.
Analistas políticos recuerdan que los informes del populista mandatario han mantenido un tiempo estimado de entre 45 minutos a casi dos horas, con sus debidas pausas, por agregados históricos que le gustan siempre citar al mandatario para alargar sus informes.
El mensaje del 2019 duró una hora con 35 minutos, el del 2020, presentado en el contexto de la pandemia de Covid-19, no rebasó los 45 minutos; el del 2021, aun con secuelas de la emergencia sanitaria duró 55 minutos, el del 2022 fue el de menor duración que los anteriores, con 45 minutos, mientras que el del 2023, que por primera vez rompió la tradición al presentarlo fuera de la Ciudad de México, se llevó a cabo en el Centro de Convenciones Siglo XXI de Campeche, donde duró una hora con 24 minutos.
Para su último show de labores por el último año de gobierno, el tiempo estimado podría rebasar las dos horas y media, por lo que al menos ya se advirtió a la marabunta de acarreados guindas a llegar preparados para aguantar una tediosa letanía que sólo es del interés del propio orador.
Sin embargo, las benditas lluvias podrían hacer el milagro y salvar del tormento a quienes por compromiso y no por convicción acuden a esta cita con las dádivas, más no con su falso pastor.