El populista mandatario dio instrucción a la canciller Alicia Bárcena, para que en la denuncia contra quito ante la CIJ se busque el apoyo de todos los países para escarmentar al país sudamericano por invadir la embajada mexicana
Como si buscara desterrar a un enemigo que se le quiere salir del huacal al desafiarlo y crearle un daño que estaría al nivel de lo irreparable, el gobierno del populista Andrés Manuel López Obrador quiere no solo una condena internacional contra Ecuador por haber invadido la embajada mexicana, sino que busca que Naciones Unidas lo expulse como país miembro, algo que solo ronda en la mente de un aspirante a dictador que trata de sacar beneficio propio bajo un intento de orden malévola.
La instrucción a la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena fue clara, poner en calidad de víctima a México, aunque en los videos difundidos se observe la mala intención y barbarie cometida por elementos de las fuerzas del orden ecuatorianas. La orden no leva mensajes a medias, ya que la denuncia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) es que se le expulse a Ecuador de la ONU, en lugar de buscar sanciones severas.
La canciller explicó en Palacio Nacional las órdenes que le dictó el patrón en la que se exige «la suspensión de Ecuador como integrante de la Organización de las Naciones Unidas, en tanto no se emita una disculpa pública (algo que Quito dijo que no haría), reconociendo las violaciones a los principios y normas fundamentales del derecho internacional», señaló.
Alicia Bárcena señaló que en la denuncia el Gobierno de la 4T exige también «juzgar y declarar que Ecuador es responsable del daño que las violaciones de sus obligaciones internacionales han causado y siguen causando a México» tras la invasión por parte de las fuerzas de seguridad ecuatorianas a la sede diplomática de México en Quito el pasado 5 de abril, lo que llevó como consecuencia que México rompiera relaciones diplomáticas con el país sudamericano.
De acuerdo con la denuncia, México acusa a Ecuador de violar la Convención de Viena por allanar la embajada y agredir a personal diplomático para llevarse por la fuerza al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, a quien tenía en calidad de huésped desde diciembre pasado, pero el mismo día 5 en un berrinche de AMLO, por sus comentarios fuera de lugar, decidió concederá la calidad asilo, para evitar con ello que fuera detenido en su país al estar acusado de corrupción.
«Hoy, al amparo del ordenamiento jurídico internacional y sirviéndonos de la ley, hemos decidido por instrucciones del señor presidente (Andrés Manuel López Obrador), llevar a Ecuador a rendir cuentas por su flagrante transgresión a la inviolabilidad de nuestra embajada», declaró la canciller, que lo único que hizo fue seguir el guion que le entregó el populista gobernante.
PUNTOS
La demanda de México también pide «establecer el precedente que cualquier Estado o nación que actúe como lo hizo Ecuador será expulsado en definitiva» de la ONU.
Asimismo, busca «declarar que, en caso de una violación, de los principios de la Carta de las Naciones Unidas similar a la cometida por Ecuador, la Corte Internacional de Justicia es el órgano judicial adecuado para determinar la responsabilidad de un Estado».
«Es tan importante evitar la repetición de estos casos que el Tribunal Internacional de Justicia podrá presentar la expulsión del Estado que viole el derecho internacional de manera rápida y expedita ante el Consejo de Seguridad de la ONU, evitando el veto de sus miembros», establece.
La proclama de México, agregó Bárcena, «es que el sistema multilateral debe estar a la altura de la gravedad de los hechos», por lo que el Gobierno demanda «que la justicia internacional y el sistema internacional condene y sancione sin ambigüedades las graves violaciones ocurridas y se evite un precedente de impunidad».
Mientras que López Obrador argumentó que lo «que se busca es que no se repita un hecho deleznable como el que sufrió, padeció México».
«Que no se repita en ningún país del mundo, que se garantice el derecho internacional, que no se violen los locales, las embajadas de los países, en ninguna nación”, señaló el mandatario.
SOLIDARIDAD
El populista mandatario indicó que «pueden acompañar otros países de manera voluntaria esta denuncia» y se pueden «adherir para buscar la solidaridad internacional”, como si fuera un mitin de acareados en donde la invitación lleva el mensaje de estas conmigo o contra mí, al estilo de la 4T.
“Porque es un asunto de todos, no nada más de México», apuntó.
López obrador, quien busca ser protagonista, aunque él haya detonado esta crisis con sus comentarios absurdos y mal intencionados sobre la vida política de un país en el que no debe entrometerse, pero asunto del que trata de no reconocerlo, señaló que “la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA), aprobada el miércoles solo con el voto en contra de Ecuador y la abstención de El Salvador, que condena “enérgicamente” la irrupción de la policía ecuatoriana en la embajada mexicana.
Bárcena pidió el martes en una reunión extraordinaria de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que se sumen a la demanda de México ante la CIJ.
“En esta circunstancia ha quedado de manifiesto que todos los países están apoyando a México y es también el momento para que México, como se está haciendo, encabece un movimiento mundial (como si se tratara de una protesta de vecindad) para dar protección a los diplomáticos y para hacer valer, reforzar el derecho internacional”, sostuvo López Obrador, quien nuevamente fue el causante de una crisis de la que difícilmente reconocerá su responsabilidad, o en su defecto dirá, como es su costumbre, que es herencia de administraciones pasadas.
Sin embargo, la respuesta de la ONU a través de Stéphane Dujarric, portavoz de Antonio Guterres, secretario general de la organización internacional es que éste como todos los asuntos relativos a la membresía, depende de los Estados miembros, por los instó a ambas naciones a buscar una solución a su crisis mediante el diálogo.