Y “todo lo que me dicen a mí ¿no es violación de género o el género es nada más femenino?”, señaló el mandatario al tratar de defenderse por la sanción que le prohíben hacer mención de Xóchitl Gálvez

El populista presidente Andrés Manuel López Obrador insiste no reconoce aún sus palabras con las que ha lanzado expresiones ofensivas e incluso con las que ha tratado de menospreciar la aspiración de la senadora de oposición Xóchitl Gálvez para ser candidata a la presidencia, luego de que tanto el Tribunal Electoral como el INE ordenaron medidas cautelares contra él por violencia política de género, a lo que ahora el mandatario quiere adoptar la imagen de víctima y mártir, al señalar que él sí es una víctima que sufre violencia política de género por las críticas de los medios de comunicación y opositores.

El mandatario, no acepta ninguna de sus responsabilidades, amaga con demandar al juez que ordenó que se abstenga de emitir todo comentario sobre la senadora, lo que lo enfadó, ya que está acostumbrado a que nadie lo reprenda.

López Obrador no ha querido quedarse atrás con el caso de Xóchitl Gálvez, a la que sigue citando, pero ahora como la “innombrable”, y en su defensa en su talk show matutino insinuó que él sí sufre de violencia política de género por los ataques que recibe por parte de la oposición y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), por proponer su sanción ante sus declaraciones contra Xóchitl Gálvez, de la que incluso ventiló información confidencial sobre sus empresas y clientes, lo que es un delito y que para el mandatario es algo insignificante.

“Y también una pregunta, todo lo que me dicen a mí ¿no es violación de género o el género es nada más femenino?”, dijo el mandatario al adoptar una posición de mártir ante sus sanción y frente a la cascada de críticas que recibe por sus controversiales declaraciones y acciones diarias.