A pesar del incremento en precios de productos básicos y a una Inflación que no cede, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró este lunes en Palacio Nacional que en México no habrá “cuesta de enero”, tras las fiestas de fin de año.
López Obrador pidió a los mexicanos regalar afecto y no comprarlo con obsequios materiales. ”Decirle a la gente que no va a haber ‘cuesta de enero’, también hay que ahorrar, regale afecto, no lo compre. Hay que ahorrar”, dijo.
El mandatario apuntó que su gobierno seguirá al pendiente con las medidas contra la inflación, y aunque no ha dicho nada sobre las fallas que ha presentado su Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC), lo que es una realidad es que los productos básicos como huevo, aceite, cebolla, aguacate, tortillas y pan han elevado su precio, lo que repercute en el bolsillo de los mexicanos.
A pesar de estos y otros aumentos que se avecinan con el inicio del 2023, para el presidente López Obrador “no habrá cuesta de enero”, ya que considera que con los aumentos del 20 por ciento al salario mínimo y del 25 por ciento en el aumento en la pensión para adultos mayores a partir de enero, todo estará resuelto.
“Por lo que a nosotros corresponde vamos a seguir manteniendo el plan antiinflacionario, estamos al pendiente de eso, de que no aumenten los precios, que no haya carestía. No va a haber cuesta de enero, porque la primera semana empiezan a dispersarse los fondos para los adultos mayores y vienen con un 25 por ciento de aumento, esa es una muy buena noticia”, agregó.
“Como tenemos que estar aquí el día 2, que es lunes, vamos a informar. Ese día se va a dar a conocer que empiezan la dispersión de los fondos en la semana para los adultos mayores. Todo eso es ara que estemos contentos, la gente está bastante, bastante contenta. Lo mejor es la salud, que no se tengan enfermos, que estemos todos en familia”, refirió.
Las posadas navideñas mexicanas arrancan este viernes sin limitaciones tras dos años marcados por las restricciones sanitarias por el coronavirus, y se debaten entre la ilusión por retomar la tradición y las complicaciones impuestas por la inflación a la hora de las compras.
Las restricciones sanitarias de otros años ya no existen, pero fueron sustituidas por las limitaciones económicas provocadas por la inflación, que en noviembre alcanzó una tasa general anual de 7,8 por ciento.