El populista mandatario, quien no había mostrado tanto interés por el magnicidio ocurrido en 1994, precisamente ahora, a meses de las elecciones quiere que se indague si hubo un supuesto segundo tirador

Presionado por los reclamos contra su gobierno, ante la incapacidad de sacar adelante problemas graves como la inseguridad, pobreza extrema, corrupción, entre otros, el populista presidente Andrés Manuel López Obrador se sube a la campaña electoral en apoyo a su abanderada Claudia Sheinbaum, a la que según encuestas sigue arriba en las preferencias, pero va perdiendo puntos pues no termina de convencer con su fiel copia del discurso presidencial, por lo que para seguir en los reflectores, el mandatario sacó ahora que el asesinato de Luis Donaldo Colosio, hace casi 30 años, se debe investigar y rechazó indultar al magnicida confeso, como pidió el hijo del presidenciable asesinado.

Desde la tribuna de su talk show en Palacio Nacional, el populista gobernante pidió este martes indagar si el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo de 1994 fue un crimen de Estado que involucró a un agente del gobierno del expresidente Carlos Salinas de Gortari.

«Ningún crimen se debe permitir, pero este es un asunto de Estado. Por lo general, la máxima en el argot del poder es que los crímenes de Estado nunca se aclaran, entonces no debemos nosotros decir: ya vamos a darle vuelta a la hoja”, expresó el mandatario, a quien este asunto del caso Colosio, que antes no había abordado, ahora en periodo electoral le surge un gran interés, como inicialmente lo impulsó también la Fiscalía General de la República (FGR), que asegura tener pruebas, justo a unos meses de las elecciones generales en el país, de que Jorge Antonio Sánchez, exagente del desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), fue un segundo tirador de Colosio en Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California aquel marzo de 1994.

¿Y LAS PRUEBAS?

El argumento de la FGR, que tuvo casi tres décadas para sacar a la luz evidencias del caso, presenta justo ahora en periodo electoral este asunto, donde también señala que Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública Federal y preso en Estados Unidos por narcotráfico, encubrió este magnicidio y protegió al supuesto segundo tirador, ya que él en ese entonces era subdirector operativo del Cisen y en «evidente encubrimiento delictivo» liberó y «rescató» a Sánchez horas después del asesinato.

De acuerdo con el discurso de López obrador sobre el caso Colosio, “si es un tirador solitario (Mario Aburto), esa es una motivación, aunque sea redundante, personal. Si interviene otro personaje y, además, es de una institución del Estado, ya hay una connotación distinta”, dijo, con el afán de calentar el tema y agarrar este asunto y que convenga tener presente para colocar a su gobierno entre reflectores, aunque las pruebas prometidas no surjan por el momento y posiblemente se desvanezca después de las elecciones.

INTERÉS ELECTORAL

El magnicidio del expresidenciable del PRI recobró relevancia este 29 de enero, luego de que su hijo, Luis Donaldo Colosio Riojas, actual alcalde de Monterrey, en Nuevo León, pidió a López Obrador indulte a Mario Aburto del asesinato de su padre, ya que este asunto que cumplirá en dos meses casi tres décadas, ha sido muy manoseado y siempre lo sacan a la luz cuando se avecinan elecciones, como en este caso, que la 4T busca sacar raja política del tema, como en el caso de la FGR, que no les ha presentado nuevas evidencias, por lo que señaló que hay motivos electorales en la investigación, que salpican a dos némesis políticos del presidente, García Luna y Salinas de Gortari, personajes que han servido de trampolín para los intereses del populista López Obrador.