La venta se concretó en 92 millones de dólares, 57% por debajo de su nivel de adquisición; su comprador el dictador de Tayikistán, gobernante de la nación más pobre de Asia Central

La desesperación por cumplir una de sus promesas de campaña llevaron al populista presidente Andrés Manuel López Obrador a malbaratar el Avión Presidencial, un Dreamliner 787-8 de la compañía Boeing de lujo que costó 218 millones de dólares al Gobierno Mexicano que lo adquirió en 2012 y que la 4T vendió en 92 millones de dólares, lo que representó una pérdida de 126 millones de dólares, lo que exhibe el desconocimiento en negociaciones de aviación de alto nivel.

Aunque López Obrador ha tratado de defender el remate del avión presidencial se debió a la devaluación que ha sufrido en los últimos años debido a fallas de construcción, la realidad es que la urgencia de quitarse de encima un gasto que absorbía dinero de las arcas de la 4T sofocaban el presupuesto que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP destinaba para su mantenimiento, tanto en refacciones como en la renta del lugar donde era estacionado.

Uno de los aspectos que ha llamado la atención en esta transacción es que la compra del avión “José María Morelos y Pavón” la hizo Emomalí Sharípovich Rahmón, el dictador de Tayikistán y quien desde 1994 ha gobernado este país de Asia Central, una de las naciones más pobres de esa región, donde la gente no tiene para comer, pero su gobernante puede presumir que tiene un avión de lujo.

De acuerdo con especialistas en aviación, el Gobierno Federal adquirió el avión presidencial TP-01 “José María Morelos y Pavón” en 218 millones de dólares, y la 4T lo malbarató una aeronave seminueva que tenía una vida útil por 30 años, por lo que al venderlo en 92 millones de dólares lo rematé con 57.8 por ciento por debajo del precio de venta actual en el mercado internacional.

LAS CUENTAS NO CUADRAN

De acuerdo con los antecedentes de compra inicial del avión presidencial, el propietario original de la aeronave es el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), que en 2012 la adquirió en 114,6 millones de dólares, pero con los arreglos que se le hicieron la suma se elevó a 128 millones de dólares. Banobras aún registraba un adeudo millonario por acumulación de intereses en pagos de renta, abonos y servicios, en cifras cercanas a los 90 millones de dólares, por lo que al hacer cuentas quedan tablas, sin ganancia alguna por esta transacción, por lo que la pregunta obligada es….¿de dónde van a sacar para construir losdos hospitales que prometió el presidente populista?