Hace unos días el Instituto Ortega Vasconcelos me invitó a dar una plática a los estudiantes de su maestría en políticas públicas y comunicación Hoy se lo agradezco a Antonio Meza y reproduzco un fragmento de esa plàtica a sus estudiantes.
“El periodismo le va dejando su lugar a otras cosas.
Hoy hablamos de plataformas digitales, de redes sociales, de centrales de medios. Hablamos de contenidos.
“La gente dice que hay contenidos, y los contenidos son meterle y meterle cosas al twitter y meterle y meterle cosas a la televisión; de hacer series, de hacer cosas y de distribuirlo todo al mismo tiempo y crear un movimiento circular por el cual las plataformas digitales, no solamente son mecanismos de transmisión de información sino de generación de información y de conciencia.
“Estamos llegando a una generación, como decía Humberto Eco, en la cual cualquier idiota opina porque cualquier idiota tiene un twitter.
“Claro, Humberto Eco, a quien yo tuve la fortuna de conocer aquí en México siempre estuvo preocupado por la naturaleza de los medios, y tiene un libro que yo les recomiendo, si lo pueden conseguir, cuyo título es “Cinco escritos morales” y en uno de esos textos analiza muy bien algo nunca admitido por los periodistas: y mucho menos por quienes patrocinan a algunos periodistas.
“Nosotros, a sabiendas o por ignorancia, pero nosotros no trabajamos para la sociedad. Nosotros no hacemos eso llamado desde el Concilio Vaticano II, “comunicación social”. No es cierto. La comunicación social no existe; existe una corriente de información y de datos en permanente cruce de un lado a otro en una gran maraña, pero los emisores y los verdaderos receptores de esos mensajes, son los grupos de poder.
“El poder habla con sus interlocutores; los otros poderes, sin importarle cómo por debajo de ellos hay una corriente por encima de la cabeza de los ciudadanos y de la sociedad y del conjunto social y la sociedad hace como si le estuvieran hablando a ella. No es cierto.
“Están hablando por encima de ella, sin tomarla en cuenta, porque los medios son los altoparlantes de las discusiones entre los poderosos.
“Y eso lo vemos perfectamente en las campañas políticas.
“Se mandan mensajes unos a otros y alguien se supone destinatario porque uno puede prender la televisión y ver lo cómo se están diciendo cosas, entre ellos, pero no para mi. Se lo están diciendo ellos entre ellos.
“A mí me daba una risa maravillosa, de veras, yo empecé a sentir como un cólico de las carcajadas de cómo doctamente –doctamente es una palabra padre– doctamente los comentaristas especializados en asuntos religiosos y vaticanos de la televisión mexicana, decían:
–“Es muy importante lo que el Papa le dijo a los obispos en su discurso en la Catedral Metropolitana. Y luego todavía se salió del texto escrito y les dijo: Si se van a pelear peléense como hombres”.
“A lo mejor el dicho o el regaño o la admonición del Papa era muy importante, pero no era muy importante para mí, yo no soy obispo, a mí no me estaba hablando, estaban hablando entre ellos, era un conciliábulo. Era el CEO de una empresa hablando con sus gerentes.
“Solamente faltó la foto de Norberto y dijera:
–“El señor ya no es empleado del mes. Ahora está Suárez Inda; él sí se porta bien, no como Norberto, este es un “caón”. No.
“Les dijo a los obispos de…”, pues qué bueno que se los dijo porque estaban hablando entre ellos. ¿Qué tenemos que ver nosotros con eso o qué tienen que ver los fieles de esa iglesia con eso? Es una cosa entre ellos.
“Y así pasa.
“Un día estuve en una reunión en San Petersburgo y estaban ahí los líderes del G-20, o sea, como decía mi amigo Héctor Lechuga, los más chipocludos.
“Había una agenda y la agenda se iba a discutir y a aprobar en una cena previa a la apertura de una sesión plenaria a la mañana siguiente, y en la cena el señor Vladímir Putin, quien además era como dueño del país donde se estaba haciendo la reunión, les dijo:
–“Bueno, aquí están los temas de la reunión, cada quién tiene una copia, eso queda aprobado, ¿verdad? Pero lo importante de la reunión es esto.
Si este señor, aquí presente, no retira sus portaviones y deja de amenazar a Siria, aquí todos nos vamos a agarrar a madrazos. Y el señor Obama echó para atrás sus portaviones y el mundo se sintió muy interesado por lo ocurrido en el G20. ¿Por qué? Porque estuvo a punto de renacer la Guerra Fría. Pero hablaban entre ellos…”