No es una disciplina olímpica, pero si lo fuera, Alfredo Castillo ya luciría orondo y satisfecho, con su novia al brazo, la medalla de oro (con himno, pódium de vencedores, guirnaldas y todo) a la declaración más estúpida jamás imaginada.

“La Codame cuando mucho es una agencia de viajes”.

Lo dijo así, y lo cito de memoria, en una emisión radiofónica de 102.5. Y lo hizo en la mitad del desastre de unos juegos en los cuales la delegación mexicana ha hecho algo más allá del fracaso: el ridículo. No hay quien se salve, al menos hasta ayer.

Quizá la dimensión del desastre se pueda ejemplificar en el caso del fútbol, nuestro popular deporte nacional (por lo extendido de su práctica, no por otra cosa) de la medalla de oro en los juegos pasados a la muerte en la primera orilla en éstos. Y con equipos segundones como Corea o Fidji.

Dos mil ochocientos millones de pesos fue el presupuesto de esta comisión cuyo funcionamiento como agencia de viajes resulta caro, inútil y vergonzoso. Obviamente la merma en el presupuesto será una de las peregrinas explicaciones para esgrimirlas como justificantes dente el imperio de la mediocridad.

Otros, como este redactor, diríamos menos mal, se dieron cuenta a tiempo y les recortaron el dinero a estos vividores “deportivos” de pantalón largo.

Esto ya se sabía:

“…En pleno año olímpico, el deporte nacional seguirá viendo reducido su presupuesto. La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) espera recibir para el 2016 un poco más de 2,800 millones de pesos de acuerdo con el proyecto de paquete económico para el ejercicio fiscal del 2015.

“Éste sería el monto más bajo en lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto, apenas un poco más de lo que se otorgó en el 2008 cuando fueron los Juegos Olímpicos en Beijing y 55% menos de lo que se otorgó en el 2012 cuando la justa olímpica en Londres, donde los mexicanos tuvieron una de las mejores actuaciones en la historia con siete medallas: un oro, tres platas y tres bronces.

“El año que viene es uno de los más importantes, debido a que aún hay eventos clasificatorios internacionales a Río 2016. Así, según el documento entregado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a los diputados, en el rubro de atención al deporte, se otorgarán 757 millones 805,763 pesos, 94 millones menos de lo que se otorgó el año pasado en este apartado”.

Pero no se logran o se pierden las cosas sólo por dinero. En la política siempre se ha dicho: si algo se resuelve con dinero, siempre será barato. Pero aquí no se puede sacarle jugo a una piedra ni siquiera con todo el oro del mundo. Si natura non lo da, ni el gimnasio te lo presta, podría ser el “mantra” para todos estos deportistas cuya boca florece con justificaciones pueriles.

En el salto sincronizado la sincronía brilla por su ausencia, los ha cegado una luz, los molestó un  resplandor, los jueces se rehusaron a repetir el salto; el agua estaba verde,  la leche estaba fría, el caldo estaba caliente, los zapatos me aprietan, el viento se llevó mi flecha, el balón estaba resbaloso, la mafia deportiva se ha vengado, las federaciones no rinden cuentas las cuentas no cuentan, la pelota se vuelve cubo, la garrocha se quiebra pero no se dobla, la bicicleta tienes triángulos en vez de ruedas, los uniformes están caros, los taxis no pasan el autobús huele a meados… nadie nos entiende.

Pronto, cabizbajos y con figas de madera en las manos y los llaveros, regresarán los atletas. Algunos tristes; otros satisfechos por haber ido a competir donde estaban los mejores del mundo y saberse entre ellos, así sea en el lugar 40 o 50. No importa. Fuimos, competimos, perdimos y nos divertimos y cuando llegue la edad provecta o nos hunda en la memoria el vuelo de la senectud, les diremos a los nuestros nietos cómo era la vida cuando estábamos jóvenes y oímos el hermoso rumor de los estadios.

Y los señores diputados y los conspicuos senadores llamarán a cuentas al señor Castillo y la preguntarán con fingida severidad por qué pasó lo ocurrido y él volverán a su papel de acusar a las federaciones y éstas dirán pestes de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (por nombres rimbombantes no paramos) y habrá importantes estudiosos del deporte convocados a interminables mesas de análisis en los medios de comunicación y jactanciosos todos ellos expondrán como doctores de le iglesia muscular una larga sarta de lugares comunes y boberas más o menos estructuradas y cuando llegue el día todo se habrá olvidado porque ya vendrán los siguientes juegos (panamericanos, olímpiocos y demás)Y se negociarán los siguientes presupuestos y ya podremos tirar a la basura ( o a los bolsillos de los vivales),  el dinero en el nombre del cuerpo sano en la mente sana o como le queramos decir a esa patraña.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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