Con más pena que gloria el ahora exfuncionario se suma al equipo de Sheinbaum; solo le faltó subrayar en su mensaje a López Obrador: “Misión cumplida”

Con más dudas de claridad y donde solo le falta expresar la frase preferidas de funcionarios de la 4T que es la de “misión cumplida”, este jueves con más pena que gloria y con la investigación del caso Ayotzinapa en punto muerto, sin ningún avance, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, presentó su renuncia al cargo para sumarse al equipo de Claudia Sheinbaum, que lo invitó a trabajar en su equipo de campaña, con miras a la elección presidencial del 2024.

En su talk show matutino, el populista mandatario informó que Encinas presentó su renuncia y en su lugar llega Félix Arturo Medina Padilla, actual procurador Fiscal.

Encinas deja pendiente un verdadero informe sobre el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, ya que los reportes que ha presentado es lo mismo que “La verdad histórica” que entregó el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, pero cambiando el orden del documento original.

El ahora exsubsecretario de Derechos Humanos de Gobernación fue premiado para sumarse al equipo de campaña de Sheinbaum, como si su aporte en el caso Ayotzinapa sea de gran aporte, cuando los padres de los 43 jóvenes desaparecido han criticado que más que avanzar hay retrocesos y encubrimiento por arte de López Obrador, que busca sacar culpables de donde sea para no afectar a elementos del Ejército Mexicano que han resultado involucrados en estas desapariciones.

HARFUCH

Encinas llegó a acusar a elementos del Ejército e incluso señala de manera directa de haber participado en la fabricación del documento de “La verdad histórica” al actual aspirante a Jefe de Gobierno de la CDMX, Omar García Harfuch, discípulo indiscutible del extitular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna. Sin embargo, el populista mandatario ha entrado al quite para tratar de minimizar la participación del Ejército y de García Harfuch como cómplices de este crimen sin resolver, lo que de alguna manera también hace cómplice al propio mandatario, por encubrir a presuntos responsables en un caso que sigue lastimando los derechos humanos en México