Con razón o sin ella cada diagnóstico del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero viene seguido de una humorística cauda de censuras; una cascada de críticas; burlas en alud y remoquetes.

Y tras ello, una nueva explicación sobre lo dicho antes con lo cual no se corrige la apreciación sino se ahonda el error inicial.

Es una vieja lección de los profesionales de la prensa, no trates de corregir un error. Sólo lo harás más notable. Ese es el problema de los desmentidos. Quien no se enteró de lo primero se entera de lo segundo.

Más allá de analizar a fondo si en México resulta heroico (o imposible) pertenecer a la sacrificada y ejemplar clase media (como después diría EC) con un ingreso familiar de seis mil pesos mensuales o si se vive en un país de economía emergente y de ingreso medio con cincuenta millones de pobres de solemnidad o si es creíble el aumento (modestísimo) del poder de compra del mini salario, la suerte del secretario en los medios da la impresión de obedecer a un grave y quizá crónico problema de comunicación.

Ya deberíamos saber si el secretario habla con apego a la realidad o si no puede explicar la realidad económica en términos políticos.

Hoy, ante la crítica del gobernador del estado de México, Enrique Peña quien hizo cuentas distintas en torno del salario mínimo, Cordero reta al gobernante a un debate. Quiere comparar los diez años del PAN con los 70 del PRI.

Pero mientras son peras o manzanas, el problema se agrava para el señor Cordero por una razón simple: su condición de secretario de Hacienda, heredero de una continuidad de control macroeconómico por cuyo relativo éxito ha cual ha transitado con buenos resultados en su encargo, el escenario se le ha contaminado debido a su asumida postura de pre candidato en pausa.

En esas condiciones se ha puesto él mismo en riesgo: sus planteamientos económicos se toman como propuestas políticas y no se le toma en serio.

Si es complejo e inconveniente servir a dos amos pues con alguno se queda mal, dice el refrán, resulta más difícil servir a dos ambiciones. O se quiere ser un eficaz secretario de Hacienda o se asume una candidatura presidencial.

Pero ambas cosas son complicadas a la hora de la hora. Quizá decidirse pronto sea lo mejor para su causa. Por eso ahora se ve obligado a someter sus diagnósticos económicos sobre ingreso y salario a un debate político donde no dominaría la ciencia sino la polémica.

Sin embargo muchos son los asuntos por atender y de entre ellos –por si faltaban complicaciones–, destaca la labor internacional del señor Cordero quien hace unos días generó esta noticia:

“El secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, en su carácter de gobernador por México ante ese organismo internacional, propondrá la candidatura de Agustín Carstens para ocupar la posición de director gerente del Fondo Monetario Internacional”.

En esas condiciones el gobernador del Banco de México, el rotundo señor Agustín Carstens, emprendió una gira trasatlántica y americana de promoción cuyo costo no sabemos si le corresponde al autónomo banco ahora bajo su conducción por control remoto o al Tesoro, dependiente del Ejecutivo y de paso a la siempre atinada Secretaría de Relaciones Exteriores.

En ese sentido la nacionalidad del aspirante ha sustituido a la autonómica condición del gobernador del Banco Central.

Pero su posición en el FMI le daría a este gobierno algo de lo cual está muy necesitado: buena imagen. Respaldo y reconocimiento internacional. No podemos quedarnos nada más con “El chicharito”.

Necesitamos aplausos del mundo, especialmente cuando nuestra imagen mundial es de cabezas cercenadas y cadáveres por todas partes; pleitos con Francia y desencuentros diplomáticos con Estados Unidos además de quejas de los centroamericanos por los atropellos a migrantes.

HANK

Dice Carlos Navarrete, si el PRI ha decidido no defender a Carlos Hank, no solo debe decirlo, sino deslindarse del todo.

Pero también expresa: si la Procuraduría no logra sostener este caso y todo queda en agua de borrajas (las borrajas las puse yo) eso va a ser un “petardazo” altamente inconveniente para el gobierno.

Por eso mismo causan extrañeza las declaraciones de la Procuradora Marisela Morales, en torno de la solicitud del arraigo:

«…se aplicará estrictamente la ley y por ello se continúa investigando y se duplicó el término, para resolver conforme a derecho».

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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