Las posibilidades de Acapulco como centro turístico de importancia se han ido reduciendo paso a paso hasta llegar a las actuales condiciones. Ya no rinde más la belleza de la enorme bahía cuya siesta de agua azul parece haber dejado paso a una catatonia masiva. El puerto duerme y no tiene sueños; en sus mejores momentos alberga pesadillas.
Lo peor ha sucedido: la mezcla entre pésimas administraciones (el “Toro sin cerca”, Félix Salgado es un caso dramático y no lo fue menos Manuel Añorve) y las graves condiciones económicas de miles de lugareños sin empleo ni recursos, todo eso estimulado por los hervores del temperamento costeño, la vecindad con las zonas peligrosas de Michoacán, los residuos de una actitud permanente contra la autoridad y sus injusticias hasta llegar a los excesos de la guerrilla y la eterna inconformidad (justificada casi siempre) de los pueblos serranos, la pobreza incurable de Guerrero, han roto a pedradas el espejismo de los tiempos de Miguel Alemán y Melchor Perrusquía .
Pero si las condiciones socioeconómicas de Guerrero han sido siempre las mismas, ¿cómo hubo un tiempo de negocios florecientes, inversión prosperidad, injusta, pero prosperidad al fin?
Dice “El Sol de Acapulco”:
“El Ayuntamiento de Acapulco está en quiebra, aseguró el presidente municipal Luis Walton Aburto durante una conferencia de prensa, donde dio a conocer que la administración municipal que encabezó el hoy diputado federal por el PRI, Manuel Añorve Baños, dejó una deuda de dos mil 142.8 millones de pesos, lo que representa un incremento de 400 por ciento en comparación a los 396.4 millones de pesos heredados por el gobierno del perredista Félix Salgado.”
Denuncia Walton, con toda seriedad –dice– las condiciones actuales y ni siquiera lo achaca abiertamente a malos manejos, como si la pésima administración no fuera en sí misma un mal manejo, pero en fin, se refiere desde luego a la inmoralidad en el manejo del dinero público para provecho privado y le echa la pelota a los auditores profesionales mientras clama a las alturas federales y estatales para recoger migajas y así pagar las deudas de una burocracia del doble del ayuntamiento de otras ciudades mejor administradas como, por ejemplo, Guadalajara.
Obviamente el dinero vendrá como el maná llegó del cielo y no hará sino darle otra vuelta a la tuerca del mundo inviable. Pero aquí no se trata de resolver problemas sino de repartir culpas y ganar disculpas. Es el mundo de los inocentes. Nadie tiene la culpa de nada.
Leamos las palabras de Añorve:
“El ex alcalde de Acapulco manifestó que son falsas las declaraciones de Carlos Álvarez, el secretario de Planeación y Desarrollo Económico de Acapulco, en las que asegura la administración de Añorve dejó una deuda de 919 millones de pesos, casi tres veces mayor a la heredada por el gobierno de Félix Salgado Macedonio en 2008.
«Nosotros supimos salir adelante, con fortaleza y responsabilidad, pese a la influenza H1N1, el retiro del Tianguis Turístico y la agudización de la crisis económica», aseveró.
“Asimismo aclaró que la deuda real que dejó a Walton Aburto, es de 806 millones de pesos, 113 millones menos de los que se le están imputando.
“Reconocen que dejó deuda el gobierno perredista. Anteriormente esta deuda se había negado”, manifestó.
«…Mucho se han lamentado, de una pesada carga burocrática y pago de nómina anual. Debe puntualizarse que en la administración perredista de Salgado Macedonio en 2008, recibimos una carga burocrática de un total de 7 mil 920 trabajadores, para 2012 fueron 8 mil 168, lo que significa solamente un incremento de 248 trabajadores, de los cuales 223 fueron policías en mi administración», sentenció.
Pero en la otra costa, en el Golfo, en Veracruz, no solo el puerto recuperado de manos violentas por la fuerza coordinada de los marinos y la policía local, depurada y con malos elementos en la cárcel, sino en el estado completo, las cosas comienzan a cambiar.
En su informe de hoy Xavier Duarte de Ochoa podrá explicar con un cierto grado de satisfacción las distinciones internacionales obtenidas como reconocimiento a la calidad de sus acciones contra la pobreza, en especial “Adelante” , un programa de programas como fue llamado, en el cual se agrupan bajo una sola directriz todos los programas sociales del gobierno.
El Banco Mundial, entre otras instituciones internacionales, reconoció el esfuerzo contra la marginación en el cual destaca como notable ejemplo el caso de Mixtla de Altamirano, rescatado de la paupérrima condición en la lista de los municipios más marginados de México.
Notables diferencias en los dos puertos de mayor contenido histórico en el país.